Los institutos valencianos necesitan profesores de varias asignaturas. Y con urgencia. Por ello la Conselleria de Educación acaba de crear bolsas de trabajo extraordinarias a las que se puede apuntar cualquier aspirante que reúna los requisitos para ejercer la docencia en la Comunitat: una ... carrera universitaria vinculada al área a la que se opta, el máster que habilita para trabajar como profesor en España y el nivel C1 de valenciano, el antiguo Mitjà. Una vez validada la documentación ya tendrá opciones de entrar en las aulas sin necesidad de superar una oposición ni tener la consideración de personal interino.
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Las nuevas bolsas se van a utilizar para realizar sustituciones que se necesitan debido a incapacidades temporales (bajas por cuestiones de salud, accidente o maternidad) o para cubrir vacantes, que son las plazas que quedan libres del todo porque el titular acaba de salir del sistema, sobre todo por jubilaciones, o que se crean por nuevas necesidades. Tal y como explican fuentes del departamento autonómico, el plazo para inscribirse, de diez días hábiles, finaliza el próximo día 22 a las 23:59 horas. La solicitud es telemática y se tiene que rellenar a través de la página web de la Conselleria de Educación.
Las bolsas se refieren exactamente a seis especialidades del profesorado de Secundaria y a una de Música y Artes Escénicas, el propio de los conservatorios. Son Lengua y Literatura Valenciana, Lengua y Literatura Castellana, Tecnología, Informática, Organización y Gestión Comercial, Historia de la Música y Orientación Educativa. Una vez la conselleria las cierre, convenientemente ordenadas tras la baremación de los admitidos, los aspirantes podrán ser llamados para ejercer, algo que sucederá cuando la bolsa ordinaria, la que habitualmente nutre de profesorado interino a los centros, no sea suficiente para cubrir las necesidades que se plantean.
¿Y por qué es necesario crear un sistema extraordinario para proveer de puestos a los centros? Los factores son múltiples, pero se pueden resumir en que las bolsas actuales, las normales, se han adelgazado hasta tal punto que son deficitarias para estas áreas, lo que provoca que la conselleria tenga problemas para cubrir sustituciones y en menor medida vacantes (que son mucho más escasas). Y no hacerlo no es una opción, pues el alumnado debe estar convenientemente atendido y acompañado durante su aprendizaje.
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Nacionalidad. Hay que tener la española, ser nacional de estados de la Unión Europea o de aquellos en los que rijan acuerdos de cooperación. Si no se dispone de ella y no se infiere que de su procedencia se conoce el castellano, el aspirante debe acreditarlo con los títulos oficiales que se recogen en la convocatoria.
Titulación. Se exigen los estudios superiores relacionados con la especialidad a la que se opta. Por ejemplo, para la de Castellano se recogen decenas de grados universitarios relacionados con la filología hispánica, para la de Orientación los de Psicología y Pedagogía y para Informática más de una quincena de ingenierías distintas.
Máster habilitante. Como sucede con cualquier profesor de Secundaria y Otros Cuerpos, se requiere el máster obligatorio para poder dar clase.
Lengua propia. Es necesario disponer del certificado de nivel C1 de valenciano de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià (JQCV) o equivalente.
Las bolsas de trabajo ordinarias están formadas por personas que se presentaron a la oposición correspondiente a su especialidad pero no consiguieron un destino definitivo. Tanto por aquellos que aprobaron como los que no, convenientemente ordenados. Dicho de otra manera, se renuevan con cada procedimiento selectivo que se resuelve. Y el último que afectó a las que se incluyen en la nueva vía extraordinaria se celebró a mediados de 2021, incorporándose los aspirantes a finales de ese año y a principios de 2022.
Con el paso del tiempo muchos de los integrantes (tanto los nuevos como los anteriores) se han desactivado, por lo que no están disponibles en los tres procesos de adjudicación continua que se convocan cada semana para cubrir sustituciones y vacantes. Por ejemplo por estar estudiando, haber encontrado un trabajo fuera de la docencia o en un centro privado o concertado, por poner algunos ejemplos.
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Además, algunas de las especialidades se refieren a asignaturas obligatorias, y por tanto con una elevadísima presión en cuanto a coberturas, sin olvidar la curiosa situación que afecta a algunos perfiles profesionales especialmente demandados como el de la informática, en el que las oportunidades de trabajo en el sector privado, lejos de las aulas, suelen ser mucho más halagüeñas.
También influye el factor novedad. Desde el curso pasado todos los colegios públicos de Infantil y Primaria cuentan con orientadores, que son profesionales que pertenecen al cuerpo de Secundaria y que se centran en la atención del alumnado con necesidades de apoyo educativo. El cambio, que desde este curso también se aplica en los colegios concertados, ha implicado un importante incremento de la demanda de estos docentes, sin olvidar que también se les requiere en los institutos (al menos uno por centro).
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Fuentes del departamento que dirige Raquel Tamarit explican que buena parte de las plazas de las especialidades que van a contar con una bolsa de trabajo extraordinaria acaban en el proceso de difícil cobertura. Y ni aún así es fácil conseguir aspirantes.
Los puestos que se quedan libres en el sistema público (las sustituciones y vacantes) se ofrecen a los interinos de las bolsas ordinarias. Es el procedimiento habitual, que se concreta en dos convocatorias semanales (martes y jueves por regla general). La conselleria los oferta y los interinos de cada cuerpo y especialidad piden los que les interesan, accediendo los que mejor posición ocupan en la lista. Si no hay aspirantes la plaza en cuestión pasa a la vía a la que se refiere Educación, propia de los viernes, y en la que ya se relajan los requisitos para conseguir su cobertura.
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Para participar en este proceso no es necesario siquiera formar parte de la bolsa ordinaria. Con cumplir los requisitos básicos para acceder a la docencia basta. Y entre todos los solicitantes se hace un sorteo. Con la creación de bolsas extraordinarias se pretende conseguir que las plazas se ocupen antes y sin el criterio arbitrario del azar, pues también se ordenarán atendiendo a un baremo de 15 puntos. Se valorarán las partes de una oposición que hayan llegado a aprobar (hasta cinco puntos), los servicios prestados anteriormente en centros públicos y concertados en la especialidad a la que se opte (hasta cinco puntos) y la experiencia laboral en el área de conocimiento en cuestión (también un máximo de cinco).
Las mismas fuentes señalan que todos aquellos que estando en la bolsa extraordinaria lleguen a trabajar pasarán automáticamente a la ordinaria, lo que significa que de cara a siguientes procesos de provisión de puestos se encontrarán en mejor posición para elegir destino.
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