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Toda una jornada de atascos. El by-pass se convirtió el pasado 19 de noviembre en una trampa para miles de conductores a causa de un accidente entre un camión y tres coches en Paterna. El accidente de circulación se saldó con seis heridos y generó colas de casi 20 kilómetros que duraron todo el día. El grave problema en la circunvalación de la A-7 repercutió en algunos de los principales accesos a la ciudad, con un colapso generalizado. Pero esto no es un caso aislado. Según las últimas estadísticas de Tráfico, la principal circunvalación del área metropolitana de Valencia sufre cada dos días un accidente con camiones implicados.
Los datos solicitados por este diario a la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia lo dejan claro: el tramo de la A-7 correspondiente al by-pass, entre el kilómetro 307 y el 354, fue escenario el año pasado de 139 accidentes con camiones implicados. Un siniestro cada dos días. En lo que llevamos de año, y hasta septiembre, se habían registrado casi un centenar.
La realidad es que los siniestros de transportes en esta crucial vía de la red van a más. Han pasado de los 115 que había en 2015, hace cuatro años, a los 139 de 2018, un incremento de casi el 20% en sólo tres años. No sólo hay más siniestros con esta tipología, sino que se trata de accidentes con peores consecuencias: los accidentes con camiones implicados en el by-pass dejaron 29 personas heridas en 2014. En 2018 eran ya 64, más del doble.
Carlos Prades es el presidente de la Federación Valenciana de Empresarios Transportistas (FVET). Desde su experiencia, «hay más vehículos de todo tipo, tanto coches como camiones». El sector del transporte, agrega, «se ha recuperado por un aumento de las mercancías en tránsito», a lo que también ha contribuido, menciona, «los envíos de paquetes de pedidos por internet».
El by-pass soporta desplazamientos de muy distinta índole. Por un lado, hay quien lo atraviesa de principio a final en movimientos por la costa mediterránea en los que se busca evitar la entrada en la ciudad. Además, es la vía por la que acceden al puerto de Valencia muchos camiones procedentes del norte que penetran en la circunvalación para luego enlazar con la V-30. Y también lo emplean otros usuarios que se mueven entre poblaciones del área metropolitana.
En esta tesitura, entiende Prades, «resulta urgente una ampliación». Su propuesta es la de «dos carriles diferenciados y separados para aquellos que busquen el recorrido total más largo, de norte a sur, y otros dos para quienes pretendan desplazamientos más cortos entre poblaciones». De ese modo, comprende, «probablemente se evitarían las constantes interferencias, cruces y adelantamientos que se producen actualmente».
Los datos de la DGT no entran en valorar las causas o responsabilidades de los accidentes, que van desde vuelcos, efectos de 'tijera', colisiones entre camiones o choques entre coches y transportes. Pero Prades opina que algunos conductores de turismos «parecen desconocer la dimensión real de los camiones y las necesidades especiales de espacio o frenado» que precisan tráiles, cisternas o porta vehículos. «En una vía en la que somos muchos, con diferentes límites de velocidad y repleta de salidas y accesos hace falta empatía y mucho respeto, porque de lo contrario el accidente está servido».
Álvaro Órtiz está al frente de la Asociación de Transportistas del Puerto de Valencia (Asotrapor). Valenciano de 44 años, lleva 21 en la carretera y hoy conduce un camión portacontenedores. «El by-pass es una zona extremadamente conflictiva, de las más peligrosas de Valencia. Hay tramos de tres carriles, pero aún así está resultando insuficiente porque el tráfico está creciendo y hay demasiado», expone.
Entre los problemas que aprecia en el by-pass sitúa también «la falta de arcenes más amplios ante posibles averías» Por su experiencia, «el tramo más crítico es el del norte, el comprendido entre El Puig y la salida hacia la A-3» en Ribarroja.
Otro punto débil para el transportista es el acceso de esta vía hacia el by-pass en dirección a Alicante, escenario habitual de los tapones por la llegada de turistas desde el centro del país en verano o periodos de vacaciones.
Además de la enorme densidad de tráfico, a la hora de valorar la causa de los siniestros incide en «la agresividad de algunos conductores de coches que no terminan de comprender la complejidad de los camiones o no guardan las distancias de seguridad como debieran. Todo el mundo debería montarse alguna vez en un camión para comprender sus necesidades y dificultades».
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