De cajeras de supermercado a heroínas anónimas

Generosidad elevada al máximo exponente tras la DANA. La solidaridad humana en los peores momentos surge y deja con la boca abierta a los testigos de algunas acciones. Albal ha sido uno de los municipios más afectados por la ola de agua y barro que lo ha arrasado todo. Entre los todos los edificios y negocios más dañados está el supermercado Masymas en la calle Hernández Lázaro.

Cuatro tiendas de esta cadena de supermercados están destrozadas, pero la de Albal ha sido la que se ha llevado la peor parte. De este modo, se ha decidido la donación de la comida y bebida a los vecinos que más lo necesitaban, que no eran pocos.

Pero a esta acción, ya solidaria de por sí, se une el hecho de que trabajadores de otros supermercados han recorrido varios cientos de kilómetros para apoyar a sus compañeros y a los vecinos que más lo necesitan.

María José ha madrugado mucho. Ha recorrido los más de 130 kilómetros que separan Benidorm de Albal y se ha puesto a trabajar: «Pedían gente de otras tiendas y yo me he ofrecido», explica sin darle excesiva importancia. «Hemos venido a ayudar», comenta con la normalidad de quien sabe que está haciendo lo correcto. Ella y sus compañeros han terminado bañados en barro pero satisfechos de haber podido aportar un poco en medio de la inmensidad de la tragedia.

De este modo, ella, junto a sus compañeros, ha entrado en el almacén y la tienda para ofrecer todo lo que el agua ha dejado dispuesto para ser consumido: «La gente pedía mucha agua», detalla. De este modo, las botellas y garrafas se han volatilizado en pocos minutos: «Cada persona ha cogido lo que necesitaba», explica esta trabajadora quien no duda en que repetirá su acción en los próximos días. No se puede quedar a dormir en Albal, porque no hay luz, por lo que volverá a su casa y cuando se le solicite volverá para ayudar en lo que pueda.

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