Calicanto se une para construir un paso que los salve del aislamiento

Calicanto es una extensa área que reúne varias urbanizaciones y chalets que pertenecen a diferentes términos como Torrent, Chiva y Godelleta. La particularidad de esta zona, rodeada de barrancos y torrentes, la ha hecho especialmente vulnerable a fenómenos meteorológicos como el vivido en la provincia de Valencia. La DANA que descargó sobre la región y provocó el desbordamiento del barranco del Poyo ha sumido a Calicanto en el caos.

El concejal de Medio Ambiente de Godelleta, Vicente Ruiz, describe la situación con una mezcla de frustración y desaliento. «La DANA ha hecho mucho daño. Los puentes se los ha llevado, ha entrado el agua en algunas viviendas hasta el techo y la situación está muy mal», relata. Según Ruiz, la falta de recursos y maquinaria ha dificultado aún más la respuesta. «Ayuda hay muy poca; maquinaria no hay para quitar escombros. La cosa está muy mal en la zona de Calicanto perteneciente a Godelleta», afirma con preocupación.

Para muchos, la incomunicación es el principal obstáculo. «Al llevarse el agua los puentes, el problema que hay es la incomunicación», explica el concejal. Aunque comprende que la ayuda se concentre en los municipios más grandes, insiste en que «aquí también hace falta. Hoy no tenemos ni una pala». Las zonas más perjudicadas, indica, son las conocidas como La Herradura y La Alameda, donde «las vías de acceso están en una situación muy grave». De momento, desde el consistorio se ha solicitado maquinaria a la Diputación para empezar a despejar los accesos. Ruiz asegura que «lo más importante para estas urbanizaciones son esos trabajos de limpieza y de apertura de vías» y subraya que, en Godelleta, el núcleo urbano no ha sufrido y la peor parte se la han llevado las urbanizaciones de Calicanto.

Sin esperar más, los propios vecinos decidieron hacer algo para recibir los suministros básicos. Milena Gómez, residente de la zona de San Miguel, explica cómo un grupo de vecinos, al verse incomunicados, decidió organizarse para construir una pasarela improvisada. «Aquí en Calicanto todos nos sentimos vecinos, independientemente del ayuntamiento que tengamos asignado», dice. Para ella, la idea de quedarse sin acceso era inaceptable, así que se pusieron manos a la obra.

«Hemos montado un puente en la Urbanización Monsec y lo hemos construido en el barranco del Murtal», explica Milena y puntualiza que se encuentra en la zona de La Alameda. La construcción no fue fácil, pues el barranco estaba «anegado, completamente destrozado». Sin embargo, los vecinos no se dejaron amedrentar. «Fuimos a una empresa de materiales de construcción cercana y conseguimos una excavadora para allanar y limpiar la zona», recuerda. Además, otra excavadora se sumó para agilizar el trabajo, junto con la ayuda de los bomberos forestales, que con motosierras y esfuerzo colaboraron para levantar la estructura.

Milena destaca la solidaridad de los vecinos, quienes «empezaron a traer material de todo tipo: palés, herramientas, maderas... de todo», y gracias a eso lograron completar la pasarela el domingo. Aunque el paso es precario y solo debe usarse para emergencias y distribución de suministros, el puente provisional ha permitido que las furgonetas con agua y comida lleguen a las áreas más necesitadas.

«Con esto hemos conseguido que pueda llegar ayuda de comida y agua y que la gente no tenga que hacer grandes desplazamientos para llegar a los suministros», explica. A pesar del logro, reconoce que «necesitamos grava y materiales para mejorar este puente temporal con un paso seguro».

Iván, vecino de Cumbres de Calicanto, ha sido uno de los primeros en cruzar el puente para repartir víveres entre las urbanizaciones aisladas. En sus palabras, su labor consiste en «guiar a los que vienen con los suministros y llevarlos hasta los bancos de alimentos», pero lo que más le impacta es el esfuerzo realizado.

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