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Hospital Arnau de Vilanova. AFP

Calma tensa en el Arnau entre mascarillas y cámaras de televisión

El personal sanitario rehusa hablar de cómo vive la situación mientras quien los ve a diario confiesa que tienen miedo

Francisco Ricós

Valencia

Jueves, 5 de marzo 2020, 00:17

El entorno del hospital Arnau de Vilanova respiraba una calma tensa tras conocerse el martes que sus instalaciones albergaron el 13 de febrero la primera víctima mortal en España por el coronavirus. Médicos, enfermeras, celadores y administrativos, en general, rehusaban hablar de su día a día y quienes lo hacían solicitaban que se omitiese su identidad.

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El centro sanitario era un ir y venir de pacientes. A media mañana se llenaron los bares de batas blancas. Era una normalidad rota por las cámaras de televisión apostadas en la acera de enfrente de la puerta principal.

Miguel Ángel, un administrativo que habló bajo un nombre ficticio, indicó que hay «preocupación y precaución» por la situación, aunque confía en que se solucione «porque tenemos la mejor sanidad del mundo».

Una joven de prácticas salió con la bata blanca puesta y la mascarilla colocada en el bolsillo superior. «Las mascarillas las llevamos depende del lugar. Se ponen cuando se entra a las habitaciones pero los de prácticas no entramos», dijo.

Identificarse como periodista motivaba el inmediato rechazo. «No. Gracias» fue la frase más pronunciada mientras las batas blancas se encaminaban al bar a tomar un bocado. Sentados en una terraza tres hombres conducía una intensa conversación sobre coches, mientras en otra mesa tres batas blancas de corte femenino conversaban sobre absentismo laboral de tal o cual compañera, del psicólogo del colegio del niño y de los turnos de vacaciones. En otras mesas, pocas palabras. Seriedad.

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Uno de los vendedores apostado en las cercanías de la puerta del hospital confesó que entre el personal «hay miedo». Es partidario de tomárselo con ingenio. «Me he puesto una mascarilla con un agujero y un cigarro y han venido los de seguridad para decirme que me la quitara, que estaban las teles. No tienen sentido del humor. Si no morimos por el coronavirus moriremos de depresión».

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