R. V.
Domingo, 13 de junio 2021, 00:07
El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, considera en su carta semanal que es «una gran barbaridad» y una «aberración» la «disposición del Gobierno de la nación a sancionar, incluso con pena de prisión, a quienes en la inmediaciones de las clínicas abortistas, aconsejen, en verdad y libertad de expresión, a las mujeres que vayan a abortar para que no lo hagan y les informen de otros caminos abiertos a la vida».
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Cañizares hace referencia en esta misiva dirigida a los feligreses a personas de organizaciones pro-vida que han sido denunciadas por «empresarios desaprensivos», no por mujeres que acudían a abortar a estos centros. El arzobispo apunta que «algunas o muchas de esas personas que se disponían a abortar, según su propio testimonio, sí que han sido, sin embargo, coaccionadas gravemente» por su pareja, familiares o amigos. «Y de esa coacción real nadie habla», indica monseñor Cañizares. «Con esta coacción que induce a una obra mala nadie se mete, y se meten, sin embargo, con unas gentes pro-vida, que informan, aconsejan, u orientan, sin coaccionar, a una obra buena como es la maternidad, la vida, la elección libre de la vida», sostiene el prelado.
Sostiene el pastor de la Iglesia en Valencia que la disposición sancionadora del Gobierno «nos muestra muy a las claras donde se sitúa: además de ponerse decididamente en favor del aborto, se sitúa en contra de aquellos, como yo ahora, que declaran el aborto como un mal, o como un 'crimen abominable', cual lo califica el Concilio o Magisterio».
Incide el arzobispo en que se sitúa con claridad y decisión «junto a quienes informan en verdad y libertad en las inmediaciones de clínicas abortistas» a las mujeres que acuden a abortar. «¿Cometo un delito que se castigue con prisión? Pues conmigo tienen a muchos candidatos a prisión, incluidos los Papas», advierte Cañizares.
El arzobispo califica de aberración esta intención del Gobierno que a su juicio es intención del Ejecutivo y se pregunta «¿dónde está la justicia, la verdad, la libertad, el deber de difundir y defender la vida, la persona, el bien común?» De ahí que asegure que «es una gran barbaridad y una aberración que ofende la razón y el sentido común la intención del Gobierno de sancionar incluso con prisión, a quienes solo pretenden ofrecer, no imponer, una ayuda a quien lo necesita».
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Afirma monseñor Cañizares que el aborto «es una hecatombe silenciosa» que tampoco puede dejar indiferentes «a los responsables de la cosa pública».
Y reitera el arzobispo de Valencia que es «una gran barbaridad y una gran aberración, un insulto incluso a la razón, sancionar con penas de prisión a quienes en su deber de justicia y caridad aconsejan a las puertas de clínicas abortivas».
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