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Valencia
Sábado, 2 de abril 2022, 01:41
La subida de precios y la baja oferta de algunos productos pronostica un mes de abril liderado por el malestar de los consumidores. Como consecuencia, ... el posible desabastecimiento actual está afectando a las asociaciones solidarias como los economatos, que se dedican a prestar ayuda alimentaria y otros recursos a las personas vulnerables.
Los economatos son establecimientos que están destinados a vender comida y bienes de primera necesidad a menor precio que en las tiendas habituales. Uno de los centros de Cáritas ubicado en el barrio de la Fonteta se dedica a asistir familias en riesgo de exclusión social. La responsable de acogida, Amparo Rupérez, explica el funcionamiento de este establecimiento. «Las familias vulnerables vienen al economato y realizan su pedido en los ordenadores. Los voluntarios lo preparan y se les sirve en el mismo centro», explica la responsable.
Normalmente estos productos están reducidos al 50% pero el precio final depende del nivel adquisitivo de cada familia. «Ofrecemos un total de 69 productos para elegir», aclara. La otra mitad está financiada por varias parroquias. «No se les da una bolsa de comida sino que se les ofrece la oportunidad de comprar en función del número de integrantes de su familia», destaca.
Sin embargo, estas semanas los bancos de alimentos y asociaciones solidarias atraviesan dificultades para completar sus pedidos.
El pasado mes de marzo tuvieron que recorrer varias tiendas en búsqueda de alimentos básicos como pasta y legumbres, que viene escaseando en las grandes superficies desde hace varios días. «En el supermercado quedaban 10 paquetes de macarrones y nos los llevamos», afirma la responsable. Aunque pudieron cubrir lo que les faltaba para marzo las expectativas para abril se presentan de modo diferente ya que sus proveedores tienen limitado el suministro.
Como consecuencia, las previsiones para las fechas de Semana Santa no se van a poder cumplir. «Había un calendario establecido para Pascua que nos hemos visto obligados a retrasar porque los proveedores están desbordados con el servicio. Normalmente compramos 7.000 litros de leche al mes pero ahora tenemos que recibir el género poco a poco hasta finales de abril, cuando el proveedor lleve todo lo requerido », explica la responsable.
Sin embargo, el equipo de voluntarios de la Fonteta se muestra optimista con los objetivos y asegura que van a trabajar duro «para que todo el mundo pueda disponer de los alimentos». Por el momento se ven obligados a «retrasar el pedido una semana», afirma. Esto es un inconveniente porque significa que las familias vulnerables van a estar en casa con los niños durante la Semana Santa lo que implica un consumo más activo. Lo más seguro es que estas tengan que hacer un esfuerzo y estirar los tiempos de espera. «Algunos vendrán en mayo para recoger las compras de abril», cuenta Amparo.
Por si fuera poco la crisis de Ucrania ha provocado una oleada de refugiados que mayoritariamente ocuparán las colas de espera para solicitar la subvención y obtener su carro de la compra. «Se calcula que la gran mayoría de personas necesitadas que vayan serán procedentes de este país en guerra. Mientras podamos abarcarlo lo haremos«, asegura la voluntaria.
El objetivo principal de la asociación es devolver la dignidad a aquellas personas que están atravesando dificultades económicas. Para ello, el economato también dispone de un espacio lúdico para los niños mientras los adultos realizan la compra y asisten a los talleres impartidos sobre cómo llevar a cabo una alimentación saludable. «Esto no es un supermercado, porque aquí hay acogida, talleres, trato humano y se dignifica a la persona», afirma Amparo.
Este año el economato ha acogido a 273 familias, un porcentaje menor que en abril del año pasado, cuando se llegó a atender a 300 familias. Una de las causas de este descenso de usuarios que han dejado de acudir al centro de ayuda se debe al incremento del precio de los alquileres de la zona que está obligando a muchas personas a mudarse al extrarradio. «Las viviendas de alquiler en el barrio de Monteolivete se están poniendo muy caras», aclara.
La historia de los economatos se remonta a los años 80 y hasta el momento, se han llegado a fundar 50 en la diócesis. Fuentes de Cáritas aseguran que estos centros han evolucionado en gran medida y, en la actualidad, se están llevando a cabo sistemas de ayuda que dignifiquen más a la persona, como la entrega de las tarjetas monedero.
Con este sistema, que ya han puesto en práctica 13 economatos, se realiza un ingreso mensual para poder comprar en las tiendas de barrio. De este modo se potencia el «derecho a la alimentación básica» y se «dignifica la compra» porque la tienda no sabe que la persona es beneficiaria de Cáritas. Además, el sistema fomenta el comercio local y un sistema más integrador.
En 2020 había 13 economatos con las tarjetas solidarias y 37 que operan de forma tradicional. Por otro lado, más de 350 familias fueron beneficiarias del Proyecto de Tarjetas Solidarias.
Por otro lado, el número de familias atendidas por los economatos (5.654) descendió con respecto al año anterior, dato que es correlativo al aumento de familias beneficiarias de Tarjetas Solidarias.
La tendencia es que cada vez más economatos adopten un sistema más justo y digno para las personas.
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