El aroma a fresco y limpio inunda el principio de la calle Jacinto Labaila, cerca del mercado de Jesús. La 'culpable' es la lavandería autoservicio de Carlos Lozano, una de las decenas de este tipo de negocios que proliferan por las principales poblaciones de la ... Comunitat Valenciana.
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El principal gasto diario es el detergente, el suavizante y la energía, su talón de Aquiles. «Lo hemos notado mucho», afirma Lozano. La factura de la luz se les ha disparado pero la del gas todavía no.
La factura eléctrica de hace un año «fue de unos 200 euros y la última ha sido de 279», asegura. Se podría decir que el recibo ha aumentado un 40%.
Desde que el pasado julio empezó a dispararse el precio de la energía eléctrica las lavanderías autoservicio, en general, han ido asumiendo ese sobrecoste. Pero Carlos Lozano teme el envite del precio del gas, la energía que usan para calentar el agua de las lavadoras. «Cuando nos llegue y nos repercuta la subida del gas, eso sí que nos va a fundir», reconoce.
Por eso está pensando en lo que hasta ahora han tratado de evitar estos negocios: «Tenemos que subir los precios».
El negocio, hasta ahora, va viento en popa. Hasta tal punto que confiesa Lozano que tienen ahora más clientela que antes de que se disparase la factura eléctrica porque a su público le viene más en cuenta bajar la ropa a la lavandería que usar la lavadora de su casa.
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