El próximo viernes se conocerán las notas de selectividad, básicas para que miles de alumnos pongan la primera piedra de su nueva etapa formativa: elegir carrera. La decisión nunca es sencilla. La vocación no siempre existe, la oferta es enorme y también influye el ... factor de la empleabilidad, la mayor o menor facilidad para dar el salto al mundo laboral.
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Varios son los informes que pueden ayudar a madurar la elección en base a este criterio. El último estudio de Infoempleo y Spring Professional, del grupo Adecco, ofrece una aproximación desde las ofertas de empleo con las que trabajan, mientras que el INE se centra en encuestas realizadas a una cohorte de titulados, a los que se les pregunta por su situación al cabo de los años. Metodologías distintas que dejan rankings lógicamente diferentes, aunque con puntos en común. Sucede con la alta inserción laboral de los títulos de la rama sanitaria, la buena salud de Administración y Dirección de Empresas -la carrera con mayor oferta en el sistema valenciano- y el peso de algunas ingenierías, como Industriales o Informática.
El primer trabajo sitúa en el podio a ADE, Enfermería,Medicina y Biomedicina en base al porcentaje de ofertas registradas en 2020 sobre el total y su crecimiento respecto al año anterior. El protagonismo de los títulos de Ciencias de la Salud se explica en el informe por la influencia de la pandemia, con mención especial para Enfermería. «El año pasado figuraba en séptima posición y ahora es la segunda titulación más demandada por las empresas», se señala. Además, es el grado que más peso gana respecto al global de ofertas (+4,4 puntos), seguido de Medicina (+3,6). Sobre todo, como explica Víctor Tatay, director de Adecco en la Comunitat Valenciana y Baleares, por el papel del sector privado. «Lo mismo sucede con la educación y la pedagogía ante las necesidades de personal, por ejemplo con los desdobles de aulas», añade.
Respecto a ADE, vincula su pujanza -que se viene produciendo en los últimos años- con su flexibilidad: «Diría que no es una carrera del todo vocacional, pero abre un abanico de opciones enorme, como los dobles grados».
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En el otro extremo de la clasificación, entre las carreras menos solicitadas por los empleadores destaca el área de Artes y Humanidades y los grados de Geografía e Historia, Ciencias Políticas o Periodismo. El informe detalla que quedan fuera de la lista de las 50 con más inserción.
El estudio incluye datos llamativos. Entre las ofertas analizadas el requisito mínimo exigido fue un título universitario en una de cada tres, frente al 22,8% de los grados superiores de FP y el 18,6% de los ciclos medios, lo que da idea de la importancia que cobran los estudios profesionales. Y más de la mitad de las ofertas se concentraron en Madrid (22%), Cataluña (16,2%) y el País Vasco (13,3%), frente al 6,8% de la Comunitat Valenciana.
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El pasado octubre el Instituto Nacional de Estadística (INE) actualizó la encuesta de inserción laboral de titulados universitarios. Se centra en los que terminaron en el curso 2013-2014, a los que se les preguntaba por su situación laboral a finales de 2019. Más allá de los cambios en el mercado de los últimos años, es una buena radiografía al contar con la participación de 31.000 graduados de toda España.
Los alumnos de Enfermería, Biomedicina, Medicina, Odontología o Podología estaban trabajando en más del 92% de los casos -llegando al 96,9% en la última carrera-, mientras que los que manifestaron encontrarse en paro no superaron el 3,3%.
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Los títulos citados se ubicaron en los 20 primeros puestos de un ranking compuesto por 102 grados, aunque en el podio, a diferencia del informe de Infoempleo y Spring Professional, destacaron las ingenierías en Electrónica, Desarrollo de Software y Multimedia y de Telecomunicaciones, con más del 97% de los estudiantes empleados. En la ordenación anterior la que más destacó fue Industriales (duodécimo título para el INE), si bien las anteriores también están representadas.
Para poder comparar, el promedio se situó en el 86,1%. Y en cuanto a los grados peor posicionados destacaron Conservación y Restauración, Filosofía, Historia del Arte y Literatura. Todos con un porcentaje inferior al 69%.
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Decidir qué carrera estudiar es complicado en la mayoría de los casos. Los expertos, salvo situaciones vocacionales muy claras, optan por combinar los criterios a valorar. «Deben preguntarse si lo que desean es firme y no tanto un deseo o una influencia de terceras personas», señala Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunitat, que alerta de la elevada tasa de abandono durante el primer curso universitario, seguramente debido a decisiones erróneas.
«Si tienen una firme convicción les invitaría a que persigan su sueño, aunque son poquísimos los ejemplos que me he encontrado en este sentido. En caso contrario busquemos el equilibrio entre vivir de manera digna con el ejercicio de la profesión y los gustos personales», sentencia. Además plantea que «en caso de no tenerlo claro no se asusten por pensar en ciclos superiores de FP, que aportan muchísima experiencia y madurez».
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También les anima a cursar idiomas -«aunque con el inglés ya no te diferencias del resto de aspirantes al mercado»- y a «disfrutar» del tránsito por la universidad. «No es como en Bachillerato. Se va a clase, se asiste a conferencias o eventos culturales y se enriquece la formación de la persona. Si sólo es estudiar tendrán un grado, pero quizá no ese plus que les puede diferenciar».
«Yo apostaría por un término medio: pensar lo que me gusta y me hará sentir bien y en las perspectivas del pasado mañana», responde Tatay a la pregunta sobre qué criterios tener en cuenta para elegir. Sobre el último, se refiere a nichos que crecen y en los que se prevé una buena oferta laboral, como el del turismo, el ocio, la salud física y emocional o la tecnología. Y también destaca la pujanza de los estudios sobre el tratamiento de datos. «Muchas decisiones de negocio se basan en modelos matemáticos», dice.
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LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA SALVADOR NAVARRO, PRESIDENTE DE LA CEV
El presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana destaca que las habilidades tecnológicas «son imprescindibles, y en ese ámbito los jóvenes juegan con ventaja respecto a los más mayores, por lo que pueden abrirles muchas puertas en todos los sectores». También advierte de que «los estudiantes se acercan al mundo laboral sin tener conocimiento de cómo funciona realmente una empresa. En las aulas no se aprende a arriesgar, emprender, negociar o manejarse en la incertidumbre», destaca.
También pide que los alumnos que salgan de la universidad «estén preparados para adaptarse rápidamente a los cambios», que «suceden a tal ritmo que lo que sirve hoy puede que quede desfasado mañana», ejemplifica. «Antes el trabajo en una empresa y los conocimientos eran para toda la vida; hoy eso es impensable», concluye.
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LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA EVA BLASCO, PRESIDENTA DE EVAP
«Posiblemente, desde la óptica empresarial, la actitud es valorada por encima de los conocimientos, pues estos pueden llegar a ser aprendidos siempre que la actitud sea la adecuada», explica la presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia, Eva Blasco.
También se refiere a la capacidad de aprendizaje, el trabajo en equipo, las habilidades de comunicación y «la flexibilidad y la preparación para los cambios», sin olvidar las competencias digitales.
LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA MARTA COSCOLLAR, DE EDEM
La directora del departamento de Relaciones con Empresas y Empleabilidad de EDEM Escuela de Empresarios incide en las habilidades directivas. «Más allá de los conocimientos técnicos y la formación tradicional es importante desarrollar habilidades necesarias en los puestos de trabajo actuales y del futuro: comunicación, colaboración, capacidad de venta o negociación, entre otras», explica.
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No deja de lado el inglés y la experiencia internacional, aspectos que cuidan especialmente en EDEM, ni la formación práctica con aplicación en una empresa real «para entender cómo es su día a día y los problemas a los que se pueden enfrentar».
Por último, alude a la formación 'tech'. «Las habilidades tecnológicas y los conocimientos de nuevas metodologías de trabajo, muy arraigadas en las 'startups', cada vez están más demandadas en el mercado», añade.
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