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Patio interior de los adosados agrietados en la calle Tribunal de las Aguas de Catarroja. Jesús Signes
DANA en Valencia

«Nos fuimos de casa tras crujir los muros»

Desalojan a once familias de una manzana de adosados de Catarroja próximos al barranco del Poyo tras la aparición de grietas en sus casas

Lola Soriano Pons

Valencia

Sábado, 9 de noviembre 2024, 01:42

La tromba de agua y barro que anegó el martes poblaciones del área metropolitana, la Ribera, la Plana de Utiel, la Hoya de Buñol y pedanías de Valencia se llevó por delante muchas vidas y miles de coches, pero además, ya empiezan a aflorar otros problemas: las grietas.

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Una de las últimas propiedades desalojadas de forma preventiva es parte de un bloque de adosados próximo al barranco del Poyo, en Catarroja. Concretamente en la calle Tribunal de las Aguas. «Por si no teníamos bastante con la tragedia, porque uno de nuestros vecinos ha fallecido, el jueves empezaron a crujir las paredes de algunos de los adosados y a hacerse grietas y salimos a la calle a buscar a los bomberos», explica Ana Jiménez.

Desde entonces, once de los cuarenta adosados han quedado precintados y se han puesto unos testigos en las grietas para seguir su evolución y ver si van a más.

Los vecinos relatan que al menos tres de esos once adosados se tendrán que derribar y algunos del mismo tramo se han desalojado por si hay efecto dominó.

Fachada exterior de los adosados con grietas y enseres que han rescatado de las casas en Catarroja. Jesús Signes

En el patio interior de este complejo residencial, donde predomina la armonía y el apoyo vecinal, todos lloran la pérdida de su vecino, que permaneció sin vida tres o cuatro días en su baño porque no se podía acceder y los que han podido, han ido limpiando y sacando muebles, tablas de surf, bicicletas y mil recuerdos. A pesar de que las familias de once adosados no han podido dormir en casa, se centran en conseguir un plato caliente, detergente para lavar ropa y agradecen el acogimiento que les han dado en sus casas familiares y amigos.

Ana y su marido, Víctor, se han mudado de momento a casa de su hija en Albal. «Cuando pasó el desastre, ella estaba en Valencia y allí se ha quedado, en casa de una amiga porque está ayudando al Ayuntamiento de Valencia con su trabajo y su marido está ayudando a sus padres, en Massanassa. Mi marido y yo dormimos en Albal, pero todos los días vengo a Catarroja a ver cómo está mi casa». Además, a sus 71 años no quiere dejar de ayudar a los demás. «No puedo barrer el barro a mi edad, pero sí voy a buscar a donde sea todo lo que necesitan mis vecinos, comida o lo que sea y se lo traemos».

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Otra vecina de los mismos adosados de Catarroja, Mari Carmen Jara. «Me asomé a la galería de la cocina y había grietas y habían saltado algunos ladrillos y se oía crujir». Explica que hay «cuatro o cinco casas que o caen solas o las tienen que tirar».

Lo dramático de su caso es que su hija, que vive en Parque Alcosa, «en el bajo de una finca, también ha perdido su vivienda y tuvieron que sacar a los hijos por la ventana. Ni nosotros podemos ir a su casa ni la puedo acoger».

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En su caso, ha recibido cobijo en la casa de unos amigos y su hija, en la de los suegros. «Mi hija es maestra de un centro especial que está en la montaña de Cheste y ha perdido la moto. A ver cómo va», indica Mari Carmen.

Mientras los vecinos están pendientes de sus hogares, la Conselleria de Vivienda, con participación del Instituto Valenciano de la Edificación, Bomberos y colegios profesionales de arquitectos e ingenieros siguen inspeccionando edificios en todos los municipios afectados. Ya han revisado 400 y han desalojado 58.

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Desde la Generalitat han abierto el Centro de Atención Temporal de Emergencia en Burjassot, donde han aceptado ir 15 de las 99 familias que solicitaron el realojo el jueves y han dirigido a algunos a hoteles y preparan 184 pisos para acoger a gente en el antiguo Sociópolis, donde tienen primero que retirar el agua que ha entrado en el garaje y amueblar las casas. También contarán con otras 30 viviendas en la provincia de Valencia y se prepara el acuerdo para la cesión de viviendas de la Sareb.

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