Secciones
Servicios
Destacamos
Manuel García
Valencia
Jueves, 19 de diciembre 2024, 01:43
La gran presión a la que se han visto sometidas miles y miles de personas a lo largo de estos casi dos meses, desde el fatídico 29 de octubre, no ha esquivado por supuesto a un sector profesional que se encarga de la salud de ... los demás: los sanitarios.
Los diferentes problemas a los que han tenido que hacer frente: con pérdidas incluso de seres queridos, el destrozo en muchas de sus propiedades y la adaptación a la nueva situación, desconocida para todos, ha provocado que la salud mental de muchos profesionales de este sector se esté viendo resentida.
Desde algunos centros de salud de fuera de la zona más directamente afectada han ofrecido datos estremecedores sobre esta situación: la gran mayoría de trabajadores que viven en los municipios más afectados, «hasta el 80%» en algunos casos, está teniendo que someterse a tratamiento mediante la ingesta de ansiolíticos debido a la dificultad de sobrellevar todo lo ocurrido.
Y aquí viene la segunda parte del problema, porque la cantidad de profesionales que se requieren para atender a esta gran demanda no está resultando la suficiente.
Concha Estellés es médico de familia y coordinadora del centro de salud Just Ramírez-Tendetes y lamenta que, ante esta gran demanda, haya «pocos profesionales de psiquiatría y pocos psicólogos clínicos. Esta es un área a desarrollar», reconoce.
Los trastornos por estrés y ansiedad han aumentado en gran medida, eso es algo obvio. Pero, recuerda esta doctora, no sólo, como se podría pensar, en las zonas directamente afectadas donde el barro se lo llevó todo, sino en otros puntos que en esta ocasión no se han visto dañadas pero sí lo hicieron en episodios anteriores o incluso por la pandemia del Covid, por lo que el recuerdo del pasado se ha manifestado en forma de estos trastornos mentales que requieren un tratamiento que no se está dando con la celeridad que se requiere en muchos casos.
Estellés ha explicado que en los casos más graves, como posibles casos de esquizofrenia o una psicosis maniaco depresiva, sí se produce una valoración inmediata y ven al paciente en unos pocos días.
En otros casos no tan graves, ha lamentado que, más de la demora, habría que hablar de la frecuencia, a veces excesiva, con la que los médicos pueden ver a los pacientes. Ha reconocido el esfuerzo tanto de los servicios de salud mental como de la atención primaria pero hay un problema «en que ha de haber una cadencia en las visitas. El tiempo es limitado y los profesionales también».
En el 'territorio dana' sí hay, de eso no hay duda, un incremento en el uso de fármacos ansiolíticos y antidepresivos: «Es un acontecimiento vital muy estresante por la pérdida de pertenencias materiales y por la propia vivencia y la dificultad de afrontar el futuro», señala esta doctora. En este caso se encuentran también trabajadores sanitarios que han sufrido la dana o han participado en labores de ayuda que también están padeciendo de ansiedad fundamentalmente.
Manuel Medina, otro médico de atención primaria, ha señalado que se encuentra con pacientes de todas las edades pero abunda «el adulto joven, entre los 35 y los 50 años». En la zona cero se han producido episodios de depresión que, en casos extremos, incluso ha llevado a afectados a marcharse a su país de origen, en el caso de extranjeros, para escapar de esta situación.
Desde la Conselleria de Sanidad se informó la pasada semana que un total de 120 profesionales en salud mental ya estaban prestando asistencia psicológica a las personas afectadas. En la primera semana tras la riada, la Conselleria de Sanidad, a través de la Oficina Autonómica de Salud Mental, empezó a activar progresivamente y en función de la accesibilidad que se iba teniendo, los 17 puntos extraordinarios instalados en diferentes municipios de las zonas afectadas de l'Horta Sud y de La Ribera.
En estos locales se ha estado ofreciendo una atención integral y especializada, además de continua, al mantener la asistencia los fines de semana en un punto concreto de los municipios de Albal, Alfafar, Benetússer, Chiva, Massanassa, Paiporta, Picanya, Sedaví y Torrent, y en el caso de Aldaia y Catarroja contaban con dos puntos en cada municipio.
Aunque el departamento de salud de La Ribera mantuvo abiertas todas sus unidades de salud mental, se activaron puntos extraordinarios en Guadassuar, L'Alcúdia, Algemesí y Sueca para evitar el desplazamiento de los pacientes.
Por su parte, las unidades de salud mental del departamento de Requena estuvieron prestando asistencia desde el inicio a las poblaciones afectadas de esa zona.
Noticia relacionada
Juan Antonio Marrahí
Además, de esos puntos de atención en los municipios, se puso en marcha la Unidad de Atención Psicológica, en el Centro de Eventos de Feria Valencia, desde la que 30 profesionales dieron asistencia, tanto presencial como remota, mediante llamadas telefónicas y videoconferencias.
Por otra parte, durante toda la primera fase de la emergencia, las Oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito movilizaron 40 efectivos: psicólogos, trabajadores sociales y letrados para la atención y acompañamiento a familiares de fallecidos y desparecidos, prestando asistencia a más de 180 familias, tanto en el momento de presentar la denuncia y la recogida de datos, hasta la posterior derivación a servicios específicos según el caso, como los servicios puestos a disposición por Salud Mental.
Posteriormente, tras la posible recuperación de la actividad en la mayoría de las consultas de las unidades de salud mental de las zonas afectadas, se está atendiendo desde las mismas. No obstante, se mantiene un punto extraordinario de atención en Paiporta y, en el caso de la unidad de salud mental de Catarroja, la consulta se está prestando en un centro habilitado 'ex profeso' en Albal.
Las medidas incluidas en la primera fase han sido complementadas con la puesta en marcha de cuatro unidades de Atención al Trauma Psicológico, destinadas a proporcionar atención integral a las personas afectadas. Estas unidades están en funcionamiento, en horario de tardes, en los departamentos de salud de La Fe, Hospital General de València, Doctor Peset y La Ribera. En cuanto a los departamentos de salud de Manises y Requena, se está en disposición de incorporar sendas unidades de trauma si las circunstancias lo requieren.
Estas unidades fueron diseñadas nada más producirse la emergencia como parte de un plan estratégico para garantizar la continuidad asistencial más allá de los primeros días, puesto que la afectación en salud derivada de esta situación puede extenderse a meses y a años posteriores.
Noticia relacionada
De esta manera, desde la Conselleria de Sanidad se ha ido dando respuesta a las diferentes fases; desde la intervención en crisis, hasta la configuración de unidades especializadas en el trauma psicológico.
Estas unidades se encargan de dar seguimiento a los pacientes atendidos inicialmente por los 17 equipos de salud mental que fueron desplegados en municipios de L'Horta y La Ribera, así como a las personas que recibieron atención en el centro temporal de Feria València. También asumen la atención de nuevos casos identificados por los equipos de Atención Primaria y de Salud Mental en los municipios afectados, además de los familiares de personas fallecidas o desaparecidas, derivados desde la Oficina de Víctimas de la Conselleria de Justicia.
Cabe recordar que los pacientes que previamente a la riada ya recibían atención en las distintas unidades de salud mental, y especialmente aquellos con patologías más graves, han continuado recibiendo seguimiento telefónico desde los servicios correspondientes.
Se espera que estas unidades permanezcan activas durante los próximos años, dado que el impacto emocional de la catástrofe puede manifestarse en meses posteriores. Hasta ahora, más de mil personas han sido atendidas en ellas por reacciones de estrés de diversa índole. Según los expertos, el impacto emocional de catástrofes como la riada no se limita a las primeras semanas tras la emergencia. Como recogen estudios internacionales, hasta un 25% de la población expuesta podría desarrollar trastornos relacionados con el estrés meses después de la catástrofe.
Cada unidad está compuesta por un equipo multidisciplinar que incluye psiquiatras, psicólogos clínicos para adultos, niños y adolescentes, así como profesionales de enfermería de salud mental y de trabajo social. Más de 120 profesionales de la salud mental participan en los distintos dispositivos de salud mental constituidos para afrontar los efectos de la DANA. Este enfoque integral busca abordar tanto las necesidades inmediatas como las consecuencias emocionales a largo plazo.
En las unidades de trauma se tendrá en cuenta «las prioridades absolutas de salud mental» como son el trastorno mental grave y la prevención del estrés postraumático.
Con el objetivo de optimizar los recursos y la detección temprana, los médicos de Familia y pediatras de Atención Primaria disponen de cuestionarios de cribado, que permiten identificar de manera precisa a quienes necesitan atención especializada, evitando derivaciones innecesarias y asegurando una cobertura eficiente.
Como parte de la respuesta integral, la Conselleria de Sanidad ha destinado 20 psicólogos de reciente incorporación a los centros educativos más afectados. Estos profesionales, adscritos a los equipos de Salud Mental de la Infancia y Adolescencia, trabajarán en coordinación con los equipos socioeducativos de la Conselleria de Educación para la detección precoz de posibles trastornos emocionales entre niños y adolescentes, así como en la prevención de futuras complicaciones.
Se realizarán cribajes regulares a través de cuestionarios específicos de estrés, o las unidades de prevención de las adicciones, así como formación especializada y continua a los profesionales.
El refuerzo que se ha llevado a cabo ha sido posible gracias a que el Consell ha realizado el mayor incremento en personal para la atención a la salud mental en la Comunitat Valenciana con la creación el pasado mes de octubre de 200 nuevas plazas previstas en el Plan de Salud Mental 2024-2027, lo que ha permitido evitar el colapso del sistema y garantizar una atención de calidad a las personas afectadas.
En concreto en la provincia de Valencia esto ha supuesto un incremento de plantilla de 19 psiquiatras y 55 psicólogos, lo que permitirá mantener la asistencia en el resto de la provincia, al tiempo que se presta servicio específico a las personas damnificadas por la riada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.