Los casos de tosferina, a la baja en la Comunitat

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La tosferina se dispara en la Comunitat y ya acumula más casos que en todo 2023

Los datos facilitados por el Instituto de Salud Carlos III del Centro Nacional de Epidemiología aumentaron la preocupación sanitaria sobre la tosferina, puesto que en el momento en el que los contagios alcanzaron su punto más álgido se registraron 16 casos más que los 142 contabilizados de manera global en 2023. A modo de recordatorio, el 18 de febrero se contabilizaron en la Comunitat 119 casos siendo entonces la tercera autonomía en incidencia. Sin embargo, dos semanas más tarde, y con las cifras relativas al 3 de marzo ya publicadas, la cantidad aumentó considerablemente en 39 infectados más hasta alcanzar el pico de infecciones por tosferina. Mientras tanto, en el conjunto del país se notificaron 1.066 casos.

La tosferina es una enfermedad muy contagiosa que afecta a las vías respiratorias provocando una tos con sensación de asfixia sobre quienes la padecen. Los carraspeos terminan con estridor inspiratorio, un ruido estridente durante la inspiración. Incluso se pueden dar vómitos tras los ataques de tos. La transmisión se produce por contacto directo con las personas infectadas por inhalación de pequeñas gotas de saliva. Esta infección afecta principalmente a niños y se detectan casos que revisten de mayor gravedad en bebés menores de seis meses, aunque cada vez es más frecuente su aparición en adultos.

El Centro Nacional de Epidemiología explica que a partir del pasado verano de 2023 la tosferina ha experimentado un repunte muy llamativo, en España así como en otros países de diferentes zonas del mundo. Está afectando a niños y adolescentes, en general bien vacunados, con presentación clínica leve. Además, las buenas coberturas registradas con vacuna dTpa en las embarazadas están reduciendo el riesgo de tosferina grave en lactantes durante su primer medio año de vida. Según los datos del año pasado, esta enfermedad afectó sobre todo a los niños de entre 10 y 14 años y también entre 5 y 9 años, pero en su gran mayoría de forma leve. En los adultos el grupo de edad con mayor incidencia fue de entre 45 y 54 años.

El actual calendario de vacunación recomienda cuatro dosis de vacuna frente a la tosferina. Las primeras entre los 2 y los 4 meses de vida, cuando esta enfermedad presenta un mayor peligro, y dos dosis más de recuerdo a los 11 meses y a los 6 años. En 2016 se introdujo la vacunación de las embarazadas a partir de la semana 27. Durante el año pasado, uno de cada tres bebés que se contagiaron de tosferina necesitaron ingresar en el hospital, mientras que en el resto de franjas de edad sólo el 5% de los casos la enfermedad se presentó de forma grave.

La aparición de nuevos casos de infección de tosferina, según el Centro Nacional de Epidemiología, se debe a la disminución de la inmunidad adquirida, tanto por la vacunación como por el padecimiento de la enfermedad, así como por la menor efectividad de las vacunas acelulares y por los cambios genéticos en las nuevas cepas y variantes que van surgiendo. Se trata a través del consumo de antibióticos como la eritromicina o la claritromicina, además de prevenirlo con la vacunación. Aunque el Ministerio de Sanidad indica que el 93,3% de los bebés españoles recibieron las dos primeras dosis de dos y cuatro meses que les tocan en el calendario.