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La Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia (UCV) celebró ayer su solemne acto de apertura del curso, y no faltaron las reflexiones y posicionamientos sobre las últimas medidas anunciadas en relación a la educación superior. El rector de la institución, José Manuel Pagán, se mostró crítico con la futura Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), especialmente con la falta de consenso en la gestación del anteproyecto, y también aludió al real decreto de creación y reconocimiento, que obligará a dar un mayor peso a la faceta investigadora para poder mantener la condición de universidad. Por ejemplo, la necesidad de destinar al menos un 5% del presupuesto a estos programas.
Sobre la ley orgánica, Pagán indicó que «si nos atenemos a cómo se ha gestionado su anteproyecto, sin consultar y sin dialogar, tiene mal pronóstico». «Mucho me temo que también con esta ley, como ha pasado con otras recientemente, se renunciará al debate y a la reflexión, y se impondrá por una mayoría suficiente a la par que exigua, renunciándose a una mayoría amplia, que es lo que exigiría un tema clave como es la educación superior«, añadió, recurriendo, sin citarlo, al antecedente de la Lomloe, la conocida como ley Celaá.
En relación al real decreto, que da un plazo de adaptación a los nuevos requisitos de cinco años, dijo que «más allá de ciertos aspectos que vulneran la autonomía universitaria consagrada en nuestra Constitución, supone una motivación adicional para seguir con nuestra progresión investigadora».
En este sentido se mostró a favor de consolidar los programas de doctorado «y trabajar en otros nuevos en colaboración con otras instituciones», así como en implementar «la figura del investigador», trabajar en la puesta en marcha de los nuevos laboratorios de investigación y en desarrollar la investigación en Humanidades, entre otros proyectos. «Iniciativas todas ellas que buscan de manera principal desarrollar el talento interno, la retención del mismo, además de la captación de talento externo», reflexionó.
«No tengamos miedo a ser signo de contradicción«, dijo a este respecto, »convencidos de lo que en conciencia se presenta como verdad, que nos libera de la tiranía de la mayoría, que está mutando hacia un totalitarismo intelectual que reconoce un pensamiento único y arrincona a quien tenga otra visión, aunque ésta sea razonable«. »Ayudemos como universidad a dar luz en los debates que están presentes en la sociedad, con una propuesta antropológica y cultural que se cimiente sobre los conceptos de persona, verdad y bien común«, concluyó.
El rector también tuvo palabras para la comunidad universitaria. «La mayor fortaleza es el equipo humano que trabaja en la UCV. No quiero olvidarme de nuestros estudiantes y de sus familias, por su confianza y generosidad durante este tiempo tan especial. Una confianza que se ve renovada con 2.455 nuevos alumnos«, dijo.
Asimismo, extendió su agradecimiento a las entidades que han ayudado a proyectos de investigación sobre Covid-19, o que han facilitado becas y recursos tecnológicos a alumnos con dificultades económicas. Y también a Generalitat y a la directora general de Universidades, Pilar Ezpeleta, por «su preocupación e interés por agilizar la vacunación de nuestros estudiantes y por su protagonismo en la decisión de volver a la presencialidad».
Por su parte, el cardenal de Valencia y gran canciller de la institución, Antonio Cañizares, puso en valor el papel de las universidades católicas, «clave e imprescindible en una sociedad libre y democrática que implica un encuentro entre la fe y la razón», por lo que apeló a «estrechar cada vez más las relaciones» con el resto de instituciones similares.
Además, se refirió a la Universidad Católica de Ávila, que cumple su vigésimo quinto aniversario. «Siguiendo sus pasos, la UCV abre sus puertas a la esperanza de un mundo nuevo«, dijo, antes de »agradecer la imparcialidad y la sensibilidad que mostraron para aprobar la UCAV tanto la administración central como la autonómica de Castilla y León, así como su libertad y objetividad en la aplicación de la ley«.
En cuanto a los retos del curso, Pagán se refirió a la culminación de la integración de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, a la revisión de la oferta académica «reforzando la visión profesional e internacional» de los estudios, a las políticas de profesorado, con mayor selección de docentes e investigadores para captar talento junior y senior, o al fortalecimiento y desarrollo de la actividad investigadora.
Además, en las próximas semanas se iniciarán las obras de rehabilitación integral de la sede de la Facultad de Teología que albergará a partir del curso 2023-2024 la Facultad de Teología, la de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales, la de Filosofía, Letras y Humanidades y la de Derecho Canónico, además de otros institutos y cátedras.
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