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Personal de la UPV durante el escrutinio de la primera vuelta. irene Marsilla

A la caza del electorado derrotado

Barat y Capilla se disputarán el rectorado de la UPV en la segunda vuelta de las elecciones. Y llegar con opciones pasa por captar votos del descontento: bien de la abstención o, más probablemente, procedentes de la candidatura que queda apeada

Joaquín Batista

Valencia

Jueves, 6 de mayo 2021, 00:29

La Universitat Politècnica de València (UPV) afronta una nueva fase en la carrera para elegir al rector que sucederá a Francisco Mora. La primera ... vuelta despeja una incógnita y abre otra: queda apeado el catedrático de Organización de Empresas, Ángel Ortiz, pero su masa electoral (el 30,99% del voto ponderado) puede tener la llave del futuro.

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Lo saben los dos vencedores, José Manuel Barat y Pepe Capilla, que poco después de conocerse el escrutinio telemático ya lanzaron algún guiño en este sentido. Teniendo en cuenta la igualdad del resultado, que refleja la división de la universidad en tres tercios, no hay tiempo que perder.

Para entender el escenario que se abre, la caza del voto derrotado, hay que situar a los tres equipos. Barat y Capilla han sido vicerrectores (cuatro y ocho años respectivamente), por lo que desde la candidatura de Ortiz se insistió, durante la primera campaña, en definirlos como sus contrarios, como el continuismo frente a la renovación. Eran los herederos de los males que atenazan a la universidad, desde la asfixiante burocracia hasta la apatía a la hora de solucionar los problemas de personal o la sobrecarga docente.

Sobra decir que los ganadores de la primera vuelta se revolvieron contra la etiqueta: buena prueba son los programas, trufados de mejoras y cambios, como los referidos a la gerencia (sin duda el servicio más criticado durante la campaña).

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Al final, la soberanía universitaria optó por descabalgar al candidato 'outsider'. El margen ha sido muy pequeño, pero suficiente: el 35,65% de los votos (ponderados) para Barat, el 33,35% para Capilla y el 30,99% para Ortiz. Con tan poca distancia, un puñado de apoyos más, de cara al día 18, puede ser la diferencia entre la gloria del primero y el olvido del segundo.

Una opción para ganar músculo electoral es mirar hacia la abstención, aunque es difícil movilizar a quien no ha querido votar de primeras. Otra es el voto en blanco, pero pasa lo mismo: se molestaron en ejercer su derecho, aunque sin pronunciarse, y sería raro que cambiaran de opinión en dos semanas. Y la última pasa por los que se movilizaron a favor de quien ya no está en la carrera.

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Esa bolsa de votos, mejor dicho parte de ella, es la que interesa. Aunque está difícil: se decantaron por el candidato autoproclamado renovador, el que más insistió en distinguirse. Esto decía sobre la cuestión el propio Ortiz, en declaraciones a LAS PROVINCIAS, tras conocer el resultado de la primera vuelta. «Éramos un proyecto diferencial, fresco, que quería renovar la universidad. No sabría decir hacia dónde va a virar ese voto«, explicó. Para más inri, Ortiz fue el único candidato que descartó cualquier posible alianza pensando en la segunda fase.

¿Qué piensa José Manuel Barat? Pues que sí puede atraerse a parte de los apoyos de Ortiz. «Veo difícil incorporar el voto de la abstención, pero hemos hecho una campaña respetuosa, hemos trabajado centrándonos en el mensaje, en tratar bien a la gente sin criticar a los demás, y entiendo que eso facilita que parte del voto de la candidatura que queda fuera pueda sentirse más cómodo con esta actitud. Una parte irá a la abstención, pero de lo que se trata es de convencer a esa otra parte que sigue activa, desde el convencimiento que nuestra candidatura es la más centrada ideológicamente, pues la mayor distancia en este sentido la ostentaban las candidaturas de los profesores Ortiz y Capilla«, dijo Barat a este periódico.

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Sin decirlo está aludiendo al pasado de Capilla, a su vinculación con Justo Nieto, con el que fue vicerrector y director general de Universidades con el PP, cuando este último accedió al cargo de conseller. En otras palabras, quiere posicionarse en el término medio, destacar que él no es pasado, sino futuro, apoyado en la experiencia de gestión de su equipo.

No será fácil, porque Capilla jugará sus bazas. Sí, él ha sido vicerrector con Mora durante ocho años, pero el equipo que ha conformado es nuevo: no hay ningún compañero del consejo de dirección, a diferencia de lo que sucede con Barat, que incluye a varios.

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Esto dijo a LAS PROVINCIAS poco después del escrutinio. «Ha habido un esfuerzo de todos los equipos con sus programas y sus mensajes, y el resultado refleja una foto de las sensibilidades que hay en la universidad, y de cuáles son las peticiones de cambio, que son fuertes porque el profesor Ortiz ha sacado un gran resultado y ha hecho una gran campaña. Vamos a trabajar, a ver qué cosas nos debemos replantear para esta segunda campaña. Tenemos muchas posibilidades porque verdaderamente representamos el cambio«, señaló.

El lunes, y durante siete días, las cartas empezarán a ponerse boca arriba. Los dos rivales no van a tener problema en buscar acercamientos con el equipo de Ortiz, que pese a la derrota seguirá teniendo presencia en lo que queda de proceso. Incluso se puede sondear alguna incorporación a los equipos como gesto estético, para dar sensación de convergencia. Todo el puñado de votos que decidirán la victoria el próximo día 18.

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