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Cada año los cazadores valencianos abaten unos 30.000 jabalíes. En 2020, por las restricciones por la pandemia, será una cifra menor por lo que el riesgo es que se dispare la presencia de estos animales en los bosques valencianos. En un año sin caza podrían crecer hasta un 300%.
El presidente de la Federación Valenciana de Caza, Raúl Esteban, ha pedido que se amplíe la temporada de caza mayor al menos un mes «para que los clubes puedan cumplir con la gestión poblacional en sus acotados». También ha recordado que está en trámite una nueva ordenación que espera que recoja las demandas de los cazadores.
El representante de los cazadores ha ido más allá y ha reclamado «una política integral para ayudar económicamente al colectivo por sus esfuerzos y labor social». En concreto, Esteban que se reclame una reducción de tasas o se apliquen subvenciones como ya ocurre en países como Alemania.
Raúl Esteban ha explicado que tener que cazar durante casi seis meses al año jabalíes supone unos gastos extra que implica la alimentación de los perros, los desplazamientos, las pernoctaciones. Ante ello, el presidente de los cazadores ha afirmado que «la actividad cinegética ya no tiene nada de lúdica como se afanan en expresar algunos políticos desinformados». En este sentido, ha destacado que «la actividad al pasar a estar en un plan técnico de ordenación cinegética se convierte en un instrumento de gestión, o ya directamente con el nivel de densidad actual en un trabajo, una obligación, cuyos elevados costes tan sólo son soportados por los propios cazadores y los clubes, al contrario que ocurre con otros colectivos que cuentan con un amplio catálogo de subvenciones públicas a su disposición«.
Raúl esteban destacó que ha sido un año «marcado por las restricciones horarias y de movilidad impuestas por la pandemia». La consecuencia ha sido que muchos cazadores no han podido «realizar las necesarias esperas al jabalí, tanto por el toque de queda que obliga a estar de vuelta a las 22:00 horas como por las limitaciones de movilidad de núcleos de población de más de 50.000 habitantes».
En cualquier caso, ha valorado positivamente el decreto que la Generalitat tiene previsto publicar por el que se permite realizar esperas nocturnas dentro del horario fijado de toque de queda«, en el que se recoge una de sus reivindicaciones.
Todavía no hay cifras de la temporada, pero Esteban ha querido mostrar «la gran preocupación tanto de cazadores como de agricultores y operarios del mundo rural por un evidente aumento poblacional de determinadas poblaciones silvestres, como consecuencia de las citadas restricciones. Es el caso del jabalí, ciervo, corzo, cabra montés o muflón, así como del conejo.
El presidente de los cazadores ha recordado que las organizaciones agrarias fija las pérdidas en 30 millones anuales por los daños directos y también «por los accidentes que los animales silvestres provocan en las carreteras, la transmisión de epizootias y zoonosis como la sarna sarcóptica, además de otras enfermedades como la gripe aviar, la fiebre Crimea- Congo, la triquinosis, la PPA… Todo ello sumado a innumerables daños a las infraestructuras, a la flora y fauna autóctonas, que alteran el ecosistema».
Por todo ello, considerean que la caza «es esencial y debe ser reconocida como tal, también porque es la única herramienta eficaz de gestión para mantener las densidades poblacionales en niveles óptimos«. Ante ello ha pedido que no pongan »trabas« al cumplimiento de los planes cinegéticos.
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