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Una piara de jabalíes en las inmediaciones de Xàtiva. LP

Los cazadores se hartan de jabalíes

Reclaman compensaciones por controlar la plaga tras abatir 42.000 en un año | Los animales se atreven cada vez más a entrar en ciudades, pueblos y urbanizaciones en busca de comida

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 15 de febrero 2023, 02:30

Los jabalíes ya no temen a los humanos. Son muchos los animales que se atreven a entrar en ciudades, pueblos y urbanizaciones en busca de comida. Hace apenas unas semanas, un ejemplar de unos 120 kilos se metió en una urbanización de Villalonga. Hasta se ... le pudo ver por el casco urbano. El alcalde de la localidad acudió a la sociedad de cazadores para abatirlo. Esta es la única opción que tienen muchos municipios de la Comunitat que se enfrentan a las incursiones cada vez más frecuentes de animales salvajes.

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El año pasado se abatieron en la Comunitat 42.315 ejemplares de jabalí. Esta cifra supone un incremento del 20% respecto al año anterior y el triple que hace una década, según datos de la Conselleria de Emergencia Climática. Estas cifras dan muestra del problema en el que se ha convertido la sobrepoblación de algunas especies salvajes. Cada vez más aparecen piaras de jabalíes que se acercan a los cascos urbanos y a las urbanizaciones en busca de comida. Se han avistado en Vilamarxant, la Pobla de Vallbona o Villalonga, entre otros muchos municipios.

La lista sería interminable. En el 55% de los municipios de la Comunitat (en cerca de 300 localidades) existe una sobrepoblación de jabalíes, según la orden de caza del jabalí de la Generalitat Valenciana. Y sigue aumentando porque la proliferación de estos animales no para de crecer.

Las administraciones no han puesto demasiados medios para hacer frente a esta plaga y el peso de controlarlos ha recaído en los cazadores, por lo que ha llegado un momento, alertan, en el que no dan abasto. «Estamos llegando al límite, pero seguimos trabajando para paliar la situación con nuestros recursos y nuestro tiempo, como venimos haciendo en cada pueblo de la Comunidad Valenciana», ha explicado Lorena Martínez, presidenta de la Federación de Caza de la Comunitat.

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Pero la situación les ha sobrepasado y desde la Federación advierten que van a dejar de de cazar este tipo de animales ante la situación a la que han llegado. «Mientras, otros continúan criminalizándonos y persiguiéndonos, incluso desde las instituciones se dictan normas obviando a los cazadores y al mundo rural», ha explicado Martínez.

Así se lo van a transmitir a la Conselleria de Emergencia Climática. «La falta de medidas está causando problemas a los cazadores», expresan desde la entidad. Cada vez hay menos licencias y más trabajo, además se trata de una labor que se está haciendo sin ningún tipo de retribución. Por todo ello, reclaman a la administración un gesto con ellos tal y como han tenido otras autonomías. Por ejemplo en Castilla y La Mancha la Junta ha regalado las licencias a los cazadores empadronados allí, mientras que el Gobierno regional murciano ha dispuesto que las tasas de aprovechamiento de los cotos sean gratuitas. En Cataluña se paga una cantidad por ejemplar abatido.

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Todo ello como compensación por la labor que realizan los cazadores en la contención de la sobrepoblación de algunas especies salvajes. «Los responsables del medio ambiente en la Comunitat deben apartar las consideraciones ideológicas y posicionarse en favor de la caza. La sobreabundancia actual, que perciben como algo que solo atañe al mundo rural, ha evolucionado a un problema de seguridad y salud pública», ha explicado Martínez.

Hay que tener en cuenta que esta superpoblación conlleva varios riesgos. Por un lado, están destrozando campos de cultivo incluso llevándose por delante las infraestructuras de riego con los consiguientes daños que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) ha valorado en 45 millones en pérdidas el pasado año. Incluso en ocasiones algunos propietarios de campos han tenido que soportar ataques de estos animales.

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Pero los agricultores no son los únicos afectados. Los ganaderos pueden también tener problemas ya que estos animales pueden ser portadores de alguna enfermedad como la tuberculosis o la peste porcina con el riesgo de infección.

Además, cada vez están causando más accidentes de tráfico en las carreteras, especialmente por la noche, con lo que el problema de la fauna salvaje deja de circunscribirse a los agricultores.

Los problemas no sólo los causan los jabalíes. También hay otras especies que han proliferado en el mundo forestal valenciano como corzos, conejos o arruís.

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El problema de la superpoblación de animales empezó hace una década y en los últimos años se ha intensificado. El abandono del mundo rural ha repercutido directamente en el incremento de la fauna salvaje que ahora crece prácticamente sin control de ningún tipo. También la disminución del número de cazadores ha contribuido a agravar el problema ya que estas especies no tienen ningún de depredador.

La Conselleria de Emergencia Climática publicó en 2021 una orden de caza del jabalí en la que ampliaba la posibilidad de cazar estos animales hasta todo el año en algunas modalidades. Esta es una de las pocas medidas que desde la administración se han tomado para el control de esta plaga.

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Esta orden incluye también la autorización excepcional de artes o medios que mejoran el rendimiento de las cacerías. Así se elimina la prohibición en estos municipios del uso de visores nocturnos, atrayentes o dispositivos electrónicos de fototrampeo.

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Otra de las medidas incluidas en la orden es que se pueda exigir un plan de control de la especie a los titulares de zonas como puede ser un refugio de fauna o un espacio natural donde no se permita la caza. Este documento puede ser necesario si la ausencia de gestión unido a altas densidades de jabalí puede comprometer los esfuerzos de gestión y control en su entorno próximo. También se facilita la tramitación de las autorizaciones de caza-control.

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Fuentes de esta conselleria han señalado que se ha procedido a la homologación de las cajas trampa para captura de jabalí como técnica de control complementaria a la caza deportiva o recreativa para contar con herramientas útiles en espacios en los que esta no sea una alternativa viable o donde su capacidad no sea suficiente para garantizar el control de las poblaciones.

Las mismas fuentes explicaron que la conselleria está desarrollando un proyecto denominado 'Acciones para la conservación de especies amenazadas, control de jabalís y erradicación de arruís en los espacios naturales protegidos: Marjal de Pego-Oliva, Prat de Cabanes-Torreblanca, Desert de les Palmes, Font Roja y Serra de Mariola'.

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Por último, también especificaron que en los presupuestos de 2023 se contempla una línea de ayudas para control de la especie dotada con 100.000 euros. Se va a dirigir a ayuntamientos con terrenos sin gestión cinegética para que contraten el control de la especie bien con empresas, clubes de cazadores o con personal autónomo que cumpla los requisitos para realizar estas funciones.

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