«Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están en línea recta». Esta fue la frase que pronunció en el Senado la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, para apuntar uno de los factores que podría haber provocado una virulencia especial del Covid-19 en estos territorios. La ocurrencia de Calvo fue muy criticada y argumento de mofas y chanzas por una explicación poco científica de una ministra del Gobierno de España. Calvo se puso al nivel de la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que dijo hace algunas semanas que en Portugal el coronavirus había sido más benigno que en España porque el país está más al oeste. «¿Los socialistas españoles existen para que los socialistas portugueses parezcan menos ridículos?», se preguntaba el columnista portugués Alberto Gonçalves, uno de los más reconocidos en el país vecino.
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Carmen Calvo no iba desencaminada en su teoría, el problema es que no supo explicar lo que se conoce como la célula de Ferrel, que es el área de la tierra que se encuentra entre los paralelos 30º y 60º de ambos hemisferios. En la célula de Ferrel, que es la que enlaza la Polar y la de Hadley, es donde se concentra el 80% de la población porque reúne las mejores condiciones para vivir por su clima subtropical y templado.
El problema de Calvo es que explicó la especial incidencia del coronavirus en este franja de territorio como si fuera una lección de parvulario y con una expresión poco científica e impropia de una vicepresidenta del Gobierno de España.
El último informe científico-técnico del Ministerio de Sanidad, fechado a 18 de mayo, recoge una apartado que analiza la estacionalidad del virus para valorar si la enfermedad seguirá en máximos durante el verano o es posible que haya una tregua a la espera de la llegada del otoño. Se desconoce si el Covid- 19 tendrá un patrón estacional como la gripe o los catarros comunes.
En China se elaboró un informe que, calculando el número básico de reproducción diario en más de cien ciudades con más de 40 positivos, concluye que hay una relación lineal inversa con la temperatura y la humedad. Por cada aumento en un grado Celsius y 1% de humedad, el número de reproducción se redujo 0,0383 y 0,0224, respectivamente.
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Además, investigadores de Estados Unidos e Irán han observado una expansión geográfica mundial desde China a otras regiones en un corredor estrecho entre los paralelos 30º y 50º norte, en plena célula de Ferrel, que es lo que no supo explicar Carmen Calvo, que optó por la curiosa definición de la línea recta desde Pekín a Nueva York pasando por Teherán y Madrid.
Además, y según la investigación, en este amplia zona del hemisferio norte el patrón climático es similar al inicio de la pandemia en pleno invierno (5-11º C y 47-79% humedad). En lugares más próximos a China, con mayor intercambio de personas, como India, la expansión no se ha producido del mismo modo, lo que apoyaría la hipótesis del patrón estacional. La previsión es que en verano la transmisión sea más baja por las temperaturas en la celda de Ferrel pero hay que tener otros factores en cuenta como el relajamiento en las distancias de seguridad y la movilidad.
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