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Temporeros españoles trabajan en la recogida de uva al sur de Francia. LP
Centenares de universitarios valencianos sin empleo se lanzan a la vendimia francesa

Centenares de universitarios valencianos sin empleo se lanzan a la vendimia francesa

Los jóvenes con título y sin ingresos han aumentado entre los 2.000 temporeros de la Comunitat que este año viajarán al país vecino

MAR GUADALAJARA

VALENCIA.

Sábado, 26 de agosto 2017, 21:06

Hace falta mucho sol, aunque no un calor excesivo, para que la maduración de la uva sea lenta y progresiva, es decir, perfecta. Este año las altas temperaturas han hecho madurar mucho más temprano la fruta por lo que se espera una cosecha menor. Sin embargo, aquello que nunca faltan son manos. Más de 2.000 temporeros de toda la Comunitat viajarán este año a vendimiar al país vecino, y entre ellos, los 300 universitarios, con idiomas y sin experiencia agraria.

«La mayoría de los temporeros provienen del sector de la construcción, son aquellos que se quedaron en paro tras la crisis, pero hace tres años se ha notado un aumento de universitarios que deciden ir para poder ganar algo de dinero», explica Delia García, Secretaria del Sector Agrario FICAPV de UGT. Los valencianos son los trabajadores que más marchan a vendimiar a Francia, después de los andaluces. En total, unos 15.000 españoles trabajarán en esta campaña, según los datos del sindicato.

Emilio es un valenciano que ha ido a trabajar en la recogida de uva durante más de 40 años. Ahora se dedica a reunir a gente «con ganas de trabajar, para hacer cuadrilla y vendimiar», explica. «Muchos son chavales jóvenes que quieren ahorrar, pero también cuento con gente de entre 40 y 55 años, que aún están en edad de trabajar; dependiendo de como esté la uva, se necesita más o menos gente, ahora somos 18», asegura. El martes que viene Emilio y su cuadrilla partirán hacia el sur de Francia, entre ellos Alejandro, un joven sin experiencia pero «con muchas ganas de ver cómo será, estoy dispuesto a dar al máximo; no tengo trabajo y necesito ganar dinero», reconoce, aunque también hay algo de vivir la experiencia en sus palabras.

«Trabajar en Francia vale la pena porque las condiciones son mejores que en nuestro país»

Emilio, trabajador de la vendimia

Cortes en las manos, picaduras, alguna torcedura o rasguño. Golpes en varias partes del cuerpo y quemaduras del sol. «El trabajo en el campo es duro, empezamos a las ocho de la mañana, hacemos un descanso para comer a las doce, porque allí comen antes, y de nuevo estamos hasta las cinco», explica Emilio. Hay que saber cómo cortar de manera precisa y cuidadosa cada racimo de uva para evitar daños al manipular la fruta, una tarea compleja a la que dedican largas jornadas de trabajo que al final traerá recompensa.

«Trabajar en Francia vale la pena, porque son mucho mejores las condiciones a las de aquí», asegura Emilio, siempre que el contrato se firme con empresas del país vecino, tal y como advierten desde el sindicato UGT: «Lo que nosotros aconsejamos es que firmen contrato con empresas franceses para que así puedan contraer sus derechos y tengan aseguradas las prestaciones por familiares y sociolaborales que los trabajadores tienen en Francia, porque aquí en España no se las garantizan», explica Delia García.

Los jornaleros pueden llegar a percibir en tres semanas entre 1.400 y 1.600 euros, sin contar las horas extra que pueden hacer aumentar estas cifras hasta los 2.500 euros. Estas remuneraciones están lejos de los 600 euros que estos mismos trabajadores obtendrían en puestos similares en España. Al final del contrato, recomiendan desde UGT pedir un recibo de salario, número de horas trabajadas, parte proporcional de vacaciones y cuotas a la seguridad Social efectuadas a su favor. La vendimia es trabajo, pero también convivencia. Los temporeros se alojan en las bodegas o caseríos de los empresarios. Tienen garantizado el alojamiento en la mayoría de los contratos. «Nos repartimos las tareas de limpieza y también la cocina, nos dan dinero para hacer una compra común», explica Emilio.

La realidad de hace décadas, en la que los españoles esperaban la vendimia para conseguir algo de dinero, es la misma que hoy en día. La cifra de jóvenes con título, idiomas y máster ha ido en aumento en los últimos tres años y los universitarios ya figuran entre los trabajadores que recogen la uva en Francia cada campaña, ante la falta de empleo. Tal vez, como Emilio explica, «lo mejor es centrarse en el trabajo y aprovechar la convivencia con los compañeros».

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