Cerca de 150 trasladados a centros sanitarios y seis ingresados

Únicamente seis inmigrantes de los 630 que llegaron en la flotilla al Puerto de Valencia fueron ingresados en hospitales por diversas dolencias, que ya arrastraban desde su lugar de origen, antes de ser rescatados por el 'Aquarius'. A un total de 144 personas se les evacuó ayer a centros sanitarios de la ciudad para valorar su estado físico, pero la gran mayoría no revestía gravedad y recibió el alta para desplazarse a sus alojamientos, junto al resto de inmigrantes.

Los seis más graves sufrían patologías, fruto de torturas en sus países de origen, y también había casos de diabetes que se habían descompensado en el barco. En total 200 personas necesitaron asistencia médica en el propio puerto.

Así lo explicó Jorge Suárez, subdirector general de Emergencias de la Generalitat, una vez completado el desembarco, en su balance de un día «muy intenso», en el que se vivieron «muchas emociones» e imperó la «coordinación en todo momento» entre las diferentes agencias y administraciones, con «importante apoyo tecnológico» para llevar el rescate a buen puerto.

En total, 274 personas llegaron a bordo del 'Dattilo', 106 en el 'Aquarius' y 250 en el 'Orione'. De los 68 niños que formaban parte del pasaje, 43 no iban acompañados por ningún adulto. En concreto, 22 fueron trasladados a hospitales y los otros 46 a su destino, junto a personal de Cruz Roja y Policía autonómica.

Previamente superaron los triajes pertinentes, antes y después de desembarcar. Una vez que los agentes de la Policía Científica apuntaron los datos de filiación y les tomaron las huellas, los inmigrantes fueron trasladados en autobuses y furgonetas a sus centros de acogida. Muchos de los náufragos fueron alojados en el complejo educativo de Cheste, incluidas mujeres y niños, otros menores salieron hacia Alicante. Durante todo el día, agentes de la Policía Portuaria, Guardia Civil y Policía Nacional de Valencia habían controlado los accesos al muelle para evitar la entrada de curiosos y proteger la intimidad de los migrantes.

A las 11.30 horas, dieciocho personas que arribaron a bordo del 'Dattilo' habían sido trasladados ya a diversos centros hospitalarios, incluidos seis menores. Un total de 58 inmigrantes del buque de la Guarda Costera italiana necesitaron atención sanitaria, 33 hombres y 25 mujeres, tras un primer diagnóstico que reflejó más patologías menores de lo esperado, en especial quemaduras por el contacto del agua con el fuel durante la travesía, así como malestares y escoriaciones en la piel.

Fue igualmente un día de emociones para el personal sanitario, impactado por las muestras de resiliencia de los más pequeños. La doctora Soler quiso hacer pública la «lección de civismo» que dieron los inmigrantes a su llegada a Valencia, así como la «cortesía, educación y respeto» con la que trataron en todo momento al equipo médico.

Y los que también realizaron una labor fundamental fueron los voluntarios de Cruz Roja. Uno de ellos, Ferran Justa, relató cómo atendieron a una niña guineana de once años, en estado de shock. «Le han dado un peluche y un abrazo y, emocionada, les ha dicho: 'hace muchísimo tiempo que no me daban un abrazo así'». Además señaló el «miedo por desconocer lo que iba a pasar» que sentían los menores, de entre 3 y 15 años, que completaron la dura travesía a bordo del 'Aquarius'.

Mª José Talaverano, a su vez, narró que una chica de veinte años, nada más bajar, se cogió de la mano de una voluntaria y no se soltó, «sintiéndose a salvo, como si fuera su ángel, la hemos visto sonreír, no paraba de hablar, ha sido precioso».