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El kilómetro cero de la dana, la imagen que ocupó portadas de periódico y que llenó los informativos, ha iniciado su proceso de reconstrucción. La ... calle Buñol de Chiva, el punto en el que la riada exhibió toda su fuerza, cuenta ya desde esta semana con operarios con el fin de recuperar uno de los lugares más icónicos de una población que todavía no se ha repuesto del bofetón emocional que dejó el 29 de octubre el agua en el centro de la población.
Durante el día de ayer, eran varios los operarios que trabajaban en la calle Buñol. Unos, al mando de mediciones topográficas y marcando el suelo con señales, mientras que otros realizaban trabajos más desagradables como meterse enteros en el alcantarillado y sacar con capazos y cubos restos de basura, residuos y aguas fecales. Todo se echaba al cauce del barranco. De hecho, uno de los puntos más preocupantes en la recuperación de la calle Buñol es el estado del alcantarillado, ya que se alivia con una bomba y el hedor que desprende es insoportable para la mayoría de los vecinos de la zona.
Varios de los residentes en la calle Buñol todavía no han podido volver a sus casas y el único comercio que hay en el primer tramo de la calle, una tienda de ropa, aún no ha podido reabrir. La situación es un callejón sin salida. Al no estar la calle rehabilitada, un proceso que va a durar varios meses, los vecinos –algunos de ellos ya disponen de ayudas para poder reconstruir sus viviendas– no puede actuar en sus inmuebles ya que es imposible, por ejemplo, que entre un camión para descargar materiales de obra. Una cuadrilla de albañiles ahora mismo no puede actuar en unas plantas bajas que fueron arrasadas por la riada. En algunas fachadas el agua marcó un nivel de hasta tres metros de altura. De momento, iniciar los procesos de rehabilitación de las casas es una utopía.
Además, todavía hay casas que tienen pendiente el derribo, una tarea anunciada pero que todavía no se ha puesto en práctica. En el primer tramo de la calle hay al menos una vivienda que se va a demoler por los importantes daños estructurales que presenta. En las calles cercanas, como en el paseo de San Isidro, en la calle Doctor Bernat y en el barrio de Bechinos ya se han derribado varias edificaciones. Entre ellas, las que dan en su parte posterior al barranco y que se convirtieron en una de las postales trágicas de la catástrofe.
El Ayuntamiento de Chiva firmó hace dos semanas el contrato de emergencia para la reconstrucción de la calle Buñol, el barrio de Bechinos, Vista Alegre y la replaceta de Pascual Piquer con Grupo Bertolín. La tramitación de los proyectos se engloban en la ayuda recibida de 36 millones del Ministerio de Política Territorial. Esta obra de emergencia tiene previsto un plazo de duración de cuatro o cinco meses, en función de las condiciones y circunstancias que encuentre la empresa en el avance de la actuación, con unas infraestructuras muy dañadas.
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