B. ORTOLÀ
VALL D'EBO.
Lunes, 23 de septiembre 2019, 00:27
Allá por el otoño de 1919, José Vicente Mengual, conocido en la Vall d'Ebo como el Tío Rull, decidió pasar una jornada de cacería con su perro por el término municipal de esta pequeña población situada en el interior de la Marina Alta.
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Mengual llevaba varias horas paseando con su mascota cuando, en un momento determinado, ésta avistó a un conejo que para escaparse del can, hizo un pequeño agujero en la tierra. El Tío Rull decidió entonces hacer entrar por ese mismo agujero a un hurón, con la intención de espantar al conejo y hacerlo salir de esta madriguera improvisada, pero ninguno de los dos volvió a salir.
Al día siguiente el cazador volvió al mismo sitio para investigar, quitó unas pocas piedras e hizo un descubrimiento, una gran cueva. Se trataba de una cavidad con una belleza inusual, estaba repleta de pequeñas columnas de piedra que sobresalían del techo y del suelo. Se trata de estalactitas y estalagmitas, formadas, por los sedimentos que deposita cada gota que se filtra de las lluvias y que empezaron a formarse en el Mioceno, entre 23 y 5 millones de años de antigüedad. Pasados unos años, con el boom del turismo en los 60, el Tío Rull decidió abrir la cueva al público de manera continua. Hizo algunos pasadizos, que sumados a algunos ataques de vandalismo, deterioraron el interior de la cueva.
Diez millones de pesetas
Con la intención de preservar este peculiar espacio del valle, la Diputación de Alicante decidió comprar la cueva a los familiares de Mengual por un montante de 10 millones de pesetas. Ese mismo año la cedió al Ayuntamiento para que la mantuviese y le sacase rendimiento con las visitas turísticas. Hoy día, la Cueva del Rull sigue siendo una de las pocas cuevas de la costa mediterránea abiertas al público que aún sigue su proceso de formación continuada.
Con un recorrido circular de unos 220 metros, el visitante puede ver desde diferentes perspectivas las formaciones que gracias a una adecuada iluminación artificial, crean un efecto hipnotizador que atrae a turistas, tanto del territorio nacional como internacional.
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Según la alcaldesa de la localidad, Nori Jiménez, «casi todas las semanas vienen autobuses de escolares». La mayoría, matiza, «son de por aquí la Comunidad Valenciana, aunque en verano, las visitas de extranjeros aumenta notablemente».
Para celebrar el centenario del descubrimiento de este enclave tan importante para los vecinos de la Vall d'Ebo, el Ayuntamiento ha preparado una jornada de actos los próximos sábado 28 y domingo 29 de septiembre. El primer acto tendrá lugar en la misma cueva el sábado al mediodía. La Asociación de Cuevas Turísticas Españolas entregará al municipio una placa conmemorativa per este centenario. Posteriormente, a las 13 horas en la plaza de las Escuelas está previsto un vino de honor. Ya por la tarde, a las 18 horas, la soprano Montse Bermúdez ofrecerá un concierto.
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Al día siguiente se cerrarán los actos conmemorativos con una comida popular, «una buena paella», matiza la alcaldesa, en la calle Sant Miquel. La jornada estará amenizada por la banda de música local.
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