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La ciencia se habla en femenino plural

La ciencia se habla en femenino plural

Las valencianas triunfan ya en altos cargos de diversos sectores científicos y lideran investigaciones que sirven de espejo a futuras generaciones

José Molins

Valencia

Martes, 11 de febrero 2025, 00:47

Hasta hace sólo unos años la ciencia era un campo casi reservado para hombres. En especial los puestos de responsabilidad, donde sólo ellos accedían. Pero cada vez es más frecuente encontrar a mujeres ostentando altos cargos científicos. Este martes, 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia y LAS PROVINCIAS ha querido contar la experiencia de algunas de las más destacadas valencianas en la actualidad en distintos sectores del panorama científico nacional e incluso europeo.

Desde el campo sanitario, donde destaca Leonor Cerdá con aplicaciones de Inteligencia Artificial que puedan mejorar la vida de los pacientes y permitan a los médicos encontrar tratamientos y diagnósticos más eficaces, o desde el sector de los microchips, en el que Mayte Bacete es un referente europeo, experta designada por el Ministerio y presidenta de la asociación industrial Valencia Silicon Cluster.

Desde la física, la sanidad, la tecnología o la biología, estas valencianas destacan en la investigación científica

Pero también destacan María Moreno, una física que ha triunfado en Suiza con su investigación sobre partículas y que no para de coleccionar premios con su trayectoria y experimentos. Y María José López Galiano, que con su juventud, y pese a la falta de financiación con la que se topa en algunos proyectos, ha conseguido destacar y saltar a la fama por su investigación sobre los obeliscos, unas entidades biológicas que nadie había descubierto hasta ahora y que le ha otorgado mucha reputación. Todas ellas son el presente y el espejo para las futuras científicas.

Instituto de Investigación La Fe

Leonor Cerdá

La investigadora Leonor Cerdá. LP

Se trata de una joven talento que ha quemado etapas y ya lidera proyectos de investigación nacionales y europeos. Leonor Cerdá es física y está triunfando como investigadora biomédica en el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, donde se especializa en análisis de datos e Inteligencia Artificial (IA) aplicada a la imagen médica. A sus 34 años, imparte clases en la universidad y ha sido jurado de los prestigiosos premios Jaume I, que reconocen la excelencia en la trayectoria científica y empresarial en España.

Esta joven de Benicarló cursó un máster en Física Avanzada y posteriormente realizó su doctorado en Física de Partículas en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) en Paterna. «Mi tesis se centra en la búsqueda de nueva física a través del estudio de la desintegración de pares de bosones de Higgs. Con este análisis, intentamos determinar si el Modelo Estándar de la física de partículas es suficiente para describir la realidad o si existen nuevas interacciones fundamentales aún desconocidas», explica Cerdá.

Al acabar esa tesis, decidió aplicar sus conocimientos en el campo de la salud y, en 2019, se incorporó al Instituto de Investigación Sanitaria La Fe como investigadora en análisis de datos de imagen médica. «Trabajamos en el procesamiento de imágenes médicas obtenidas mediante resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TAC) y tomografía por emisión de positrones (PET). Desarrollamos algoritmos de IA para extraer biomarcadores de imagen que nos ayuden a predecir eventos clínicos críticos, como la supervivencia o la respuesta al tratamiento en pacientes oncológicos», detalla la científica.

A partir de ahí va adquiriendo responsabilidad. Su primer proyecto europeo fue en el ámbito del cáncer infantil, centrado en mejorar el diagnóstico de tumores sólidos en niños mediante IA e imagen médica. Desde entonces, su trayectoria ha crecido rápidamente, y en la actualidad participa en más de 15 proyectos europeos, en los que aplica IA y análisis de datos biomédicos para mejorar el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades. «Con el tiempo, fui adquiriendo un mayor liderazgo dentro del grupo de investigación y, hace dos años, comencé a dirigir el área de computación e inteligencia artificial del mismo. Actualmente, coordino un equipo de diez ingenieros y físicos en el Grupo de Investigación Biomédica en Imagen», explica.

Además, es investigadora principal del proyecto nacional DeTeRMIA destinado a mejorar las técnicas de resonancia magnética mediante IA en el cáncer de próstata. También coordina el proyecto europeo SYNTHIA, que se centra en la generación de datos sintéticos para seis enfermedades distintas, con el fin de mejorar la disponibilidad de datos en la investigación biomédica. «Desde el año pasado, también soy profesora asociada en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad Politécnica de Valencia, donde imparto docencia en los Grados de Informática y Ciencia de Datos», añade.

Trayectoria

  • Proyecto europeo. Sobre el cáncer infanti, para mejorar el diagnóstico con IA.

  • DeTeRMIA. Investigadora principal sobre cáncer de próstata.

  • Profesora UPV. En Investigación.

«Mis objetivos son desarrollar un proyecto innovador que transforme la investigación biomédica, integrando datos genómicos, imagen médica y bases de datos clínicas que actualmente no están interconectadas. Mediante IA generativa, buscamos fusionar esta información para ofrecer diagnósticos más precisos y personalizados a los pacientes», explica Cerdá.

Sobre el papel de la mujer en la ciencia, Cerdá indica que «está costando abrirse paso, aunque en el entorno de la salud las mujeres somos mayoría, pero donde se nota más esa falta de paridad es en puestos de mayor responsabilidad. La mayoría de grupos de investigación siguen siendo hombres», señala. «Desde las políticas del Instituto La Fe soy responsable y coinvestigadora principal del grupo, se ha fomentado para que las nuevas generaciones estén optando a puestos de liderazgo y con responsabilidad en diferentes órganos. Veo un cambio generacional, aunque tardará unos años hasta que se vea ese cambio en los niveles más altos», indica.

Eso sí, deja claro que el avance de las mujeres en estos ámbitos no es fruto de concesiones, sino del talento, la formación y el esfuerzo. «Las mujeres que acceden a estos puestos lo hacen porque tienen la capacidad y la preparación para ello, no porque se les regale nada. La clave está en generar oportunidades equitativas para que el mérito y la excelencia sean los criterios que realmente primen», concluye.

Instituto de Física Corpuscular

María Moreno

La investigadora valenciana María Moreno. LP

Aunque también comenzó en la facultad de física, la carrera de María Moreno es más internacional y está ligada a su destacada labor en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Suiza, donde investigan los científicos más reputados. A sus 40 años esta valenciana ha ganado cuatro premios y ha tenido varios cargos de responsabilidad tras sus reconocidos trabajos. Actualmente es investigadora en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC), un centro mixto del CSIC y en la Universitat de València (UV).

Nada más licenciarse en la universidad logró entrar como colaboradora en el CERN y en el laboratorio internacional trabajó en un experimento del Gran Colisionador de Hadrones LHC (el mayor acelerador de partículas), que empezó en 2008 y todavía sigue vigente hasta 2040. «En el CERN nos dedicamos a estudiar las partículas fundamentales (aquellas que ya no se dividen más). El núcleo está formado por varias partículas, pero hay otras más pequeñas que ya no se dividen, y esas no existen libres en la naturaleza. Para estudiarlas tenemos que ir a experimentos de altas energías, construyendo aceleradores de partículas y las hacemos chocar, y eso lo hacemos en el CERN», explica.

Estuvo trabajando en Alemania, de nuevo en Suiza con un «muy buen contrato» en el CERN y ahora está en Valencia, aunque viaja a esta organización europea frecuentemente para participar en proyectos. «A nivel internacional es el centro puntero de investigación por su dimensión, envergadura de los proyectos y experimentos que se realizan. Es el mayor laboratorio de física del mundo», destaca Moreno.

La valenciana participa en el experimento más grande que se está realizando actualmente en el CERN, llamado ATLAS, un potente detector de partículas. «He tenido varios cargos de responsabilidad dentro del grupo de trabajo del bosón de Higgs y Quark top, la partícula elemental más pesada que se conoce», explica. «Para poder participar necesitas estar vinculado en un grupo. Yo lo inicié en un programa de verano, solicité colaboración, y aunque cogen a muy pocos estudiantes, me cogieron. Me gustó cómo trabajan allí y quería hacer el doctorado en eso», recuerda la mujer.

Trayectoria

  • CERN. Su labor en el centro de Suiza ha ido ganando importancia.

  • ATLAS. Participa en el experimento más grande del CERN.

  • Premios. Ha obtenido cuatro galardones nacionales y europeos.

Entre los cuatro premios que ha ganado en su trayectoria, señala que el de la Sociedad Física Española que recibió en 2018 «es el más importante», ya que lo otorgan a jóvenes investigadores de física experimental. Los otros son de un centro americano para jóvenes investigadoras que tuvieran relevancia en su campo por sus contribuciones al estudio del bosón de Higgs, «ya que saqué un artículo importante en una prestigiosa revista», indica. Después en 2020 se llevó un premio científico local en Algemesí y en 2024 otro galardón a mujeres científicas que daba el grupo L'Oreal.

Por dónde está ahora mismo, es una de las mujeres jóvenes más relevantes de la investigación. «En nuestro grupo hay referentes femeninos y siempre me han marcado, mis compañeras más veteranas también me han servido de ejemplo», se sincera la investigadora. También da clases en la universidad en varias asignaturas, en el laboratorio y en un máster. «Me gusta hacer ver a la sociedad para qué sirve la física», asegura.

Sobre el papel de la mujer en la ciencia, Moreno señala que «es una realidad que hay pocas mujeres, pero en física ya hay un 25% de chicas, aunque cuando vas a doctorados el número va disminuyendo, y en categorías superiores todavía más. Se están tomando medidas pero falta mucho por hacer, habría que hacer ver a las mujeres y niñas que estas carreras no son tan difíciles y podrían estudiarlas», expresa. Pero la conciliación es una barrera. «Conforme evolucionan en la carrera hay que viajar mucho, y se pone por encima la carrera personal a la profesional, por eso muchas no llegan a esos puestos».

MaxLinear y Valencia Silicon Cluster

Mayte Bacete

Mayte Bacete. LP

Uno de los más claros exponentes de que las mujeres también llegan a altos cargos en la ciencia es Mayte Bacete. La valenciana es directora general de MaxLinear Hispania y presidenta del Valencia Silicon Cluster, una asociación industrial constituida por las principales empresas de microelectrónica y fotónica integrada que desarrollan su actividad en la Comunitat. A sus 49 años, esta ingeniera industrial es un referente europeo en microchips y una de las expertas del proyecto PERTE Chip del Ministerio de Economía.

Comenzó su carrera en Lyon (Francia), donde acabó sus estudios, y se trasladó a Madrid a una filial española de la empresa francesa donde estaba, en un equipo de I+D. «Luego surgió la posibilidad de hacer una start up en Valencia para llevar proyectos financiados en la empresa DS2 y me pude venir a mi tierra», indica Bacete. «Mi perfil era más enfocado a la gestión, y cuando vine a Valencia encajaba bastante, así que con el tiempo me convertí en directora de operaciones para la fabricación de chips, en una empresa que desarrollaba tecnología de comunicación a través de red eléctrica», explica. «Yo llevaba la dirección de operaciones con Asia y Europa». Ahí es nada.

En 2010, cuando estaba en la empresa Marvell Technology de EEUU, le ofrecieron ser la directora en España y siete años después esa compañía vendió la empresa a MaxLinear, donde actualmente sigue como directora. Pero no se queda ahí. «En paralelo soy presidenta de Valencia Silicon Cluster, donde empezamos a trabajar empresas de microelectrónica, ya que somos 4 multinacionales con sede en Valencia», asegura la mujer.

«Empezamos a buscar talento especializado entre todos, estamos enfocados en tecnología basada en chips y apostamos por esto. Esta asociación nace para dar respuesta a soluciones tecnológicas de última generación», apunta la profesional. «Aunque es una asociación joven, tenemos bastante impulso, porque se trata de un sector que tiene una importancia estratégica, y se tiene que potenciar, como demuestran los movimientos internacionales», destaca.

Bacete quiere seguir creciendo con sus proyectos: «Tenemos ambición de que se vea a Valencia como un centro de actividad tecnológica de primer nivel internacional, hay mucho por hacer». Por el momento han conseguido tres cátedras con 15 millones de presupuesto que «van a suponer un empujón muy grande para la formación de talento para que las empresas de aquí puedan crecer», explica. Su objetivo es que esas cátedras se renueven mas allá de 2027, que es cuando acaban.

Trayectoria

  • Presidenta. En la asociación Valencia Silicon Cluster.

  • Chips. Fue directora de operaciones con Asia y Europa.

  • Talento. Buscan investigadores para potenciar el sector.

Estos chips con los que trabaja tienen diversas aplicaciones, ya que se usan para comunicaciones, dentro de la casa, en infraestructuras, como antenas móviles, para automoción en la conducción autónoma e incluso en la medicina. «Este sector tiene demanda de talento muy grande. Además está el proyecto de la construcción del campus internacional de semiconductores, somos el ecosistema mas grande de semiconductores de España, y la previsión es que el sector crezca porque vengan empresas a invertir en el sector de los chips en Valencia», indica la experta.

Bacete cifra en un 12% las mujeres que se dedican a estos sectores científicos y al haber poca cantidad «también hay menos probabilidades de que haya mujeres en puestos de responsabilidad. A veces nosotras mismas nos ponemos límite. Yo me he lanzado, aunque llevaba detrás preocupaciones como si vas a ser capaz y por temas familiares, pero si todas las piezas encajan, se puede llevar todo», determina.

Investigadora UV

María José López Galiano

María José López Galiano. LP

Quizá es la más mediática tras su reciente paso por el programa 'La revuelta'. Esta bióloga de L'Alcúdia se especializó al hacer un máster en Biología molecular, celular y genética. Forma parte del equipo de investigación de Biología de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y su estudio sobre los obeliscos ha alcanzado notoriedad nacional.

En un momento en que se vio fuera del mercado laboral por falta de financiación, consiguió una beca en el CSIC para dos años y ahí investigó sobre los obeliscos. «Son entidades biológicas nuevas, hasta ahora no se habían descubierto, son diferentes a lo que ya conocemos. Las hemos encontrado en muestras de microbiota intestinal humana y de animales», explica López Galiano.

«Esos elementos los hemos podido relacionar con un huésped bacteriano que tenemos en nuestra placa dental, a veces es beneficiosa para nosotros pero también puede ocasionar problemas cardiacos», apunta la joven, de 32 años. «Es la primera vez que se consigue relacionar con una bacteria pero aún no sabemos mucho, porque lo tienen unas bacterias sí y otras no, no sabemos si le da resistencia al tratamiento, y todo esto nos abre un gran abanico para explorar sus posibilidades», asegura.

El problema es que ese proyecto, que era potente y tuvo éxito tras su publicación, se quedó paralizado por falta de financiación. Un drama a la orden el día en la investigación en España. «Es muy complicado abrirse paso, el principal problema es conseguir financiación. Estás en proyectos de 2 o 3 años, y cuando se acaba el dinero, da igual lo interesante que sea lo que hayas hecho, se acaba», lamenta María José.

Trayectoria

  • Descubrimiento. Su trabajo fue el primero en detectar obeliscos en la microbiota.

  • Agricultura. Trabaja en la UV con aplicaciones biotecnológicas.

  • CSIC. Investigadora del centro y de la UPV.

«En mi caso estoy acostumbrada a contratos temporales, desde becas a contratos vinculados a proyectos de dos o tres años dependiendo del dinero. Y aunque quieras seguir en el mismo grupo, te quedas fuera. Porque cuando se pide nueva financiación, esos contratos son públicos, vuelves a presentarte y compites con otra gente. Es frustrante, no tienes ninguna seguridad», expone la científica.

Actualmente está trabajando en la UV en el sector de la agricultura, con aplicaciones biotecnológicas como las proteínas que producen las plantas «para conseguir que sean más resistentes al estrés. Si conseguimos encontrar algo potencialmente utilizable, se podría lanzar al mercado, es hacer ciencia básica para poder tener ciencia aplicada», indica.

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