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Faltan médicos. Faltaban antes de la pandemia y siguen faltando después, sobre todo en los centros de salud y en las denominadas plazas de difícil cobertura, como vienen siendo, por ejemplo, algunos puestos en hospitales como los de Vinaròs o Requena. Y frente a ello, ... la red pública valenciana todavía no es capaz de dar la formación especializada necesaria a todo aquel egresado (es decir, que ha terminado la carrera, en este caso de Medicina) que ha sido admitido a las pruebas que permiten la especialización MIR. Uno de cada cinco se queda sin plaza, algo que, cuanto menos, llama la atención cuando desde las fuerzas sindicales, los colegios profesionales y las propias administraciones reconocen que es necesario contar con más personal facultativo.
Así se extrae del último informe elaborado por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada que pormenoriza por universidades y comunidades autónomas la situación. En el caso de la Comunitat, la cifra de egresados en 2022 por las universidades Cardenal Herrera CEU, Católica San Vicente Mártir, Jaime I de Castellón, Miguel Hernández de Elche y la de Valencia ascendió a 665, pero en total hubo casi un millar (998 concretamente) de admitidos definitivos al MIR 2022-2023. Esta última cifra es mayor puesto que hay alumnos que vuelven a optar a una especialidad que se quedaron sin plaza, por ejemplo, o no superaron la prueba la primera vez y lo intentan de nuevo, entre otros motivos.
El informe detalla también que al examen para acceder al MIR se presentaron 947 (51 se quedaron por el camino también por otro amplio abanico de posibilidades) y, de ellos, superaron la nota de corte 929 (por lo que 18 lo deberán intentar de nuevo si quieren lograr alguna especialidad que le permita ejercer en la sanidad pública y en la mayor parte de la privada).
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Así las cosas, y pese a haber superado todos los escollos, sólo 785 de ellos contaron con una plaza para desarrollar su formación MIR, mientras que otros 213 se quedaron sin ella, lo que supone que el 21,3% de todos los admitidos finalmente no lograron especializarse y, por tanto, optar a formar parte de los equipos de hospitales y centros de salud. Es más, aunque en el caso de la Comunitat se cubrieron todas las plazas ofertadas, en otras autonomías quedaron puestos vacantes; eso sí, todos de Medicina de Familia, curiosamente la especialidad que más recursos humanos necesita ahora y que más médicos requerirá en el futuro más próximo, puesto que es el ámbito con una media de edad más alta y con más facultativos a las puertas de la jubilación.
Ante esta situación, la Conselleria de Sanidad, entre otros gobiernos regionales, han solicitado al Ministerio de Sanidad que agilice los trámites para que hospitales y consultorios puedan incrementar la cantidad de alumnos a los que formar, puesto que como ya reconocieron desde el propio departamento, la capacidad de las infraestructuras sanitarias públicas valencianas es mayor que las plazas ofertadas. Sin embargo, cada vez son menos los médicos (sobre todo de familia) que se ofrecen para formar a los futuros facultativos, puesto que como vienen denunciando las fuerzas sindicales y las sociedades científicas de Medicina Familiar, con la saturación actual de los centros de salud y la sobrecarga de trabajo que esto implica resulta «complicado» compaginarlo con las tareas más formativas y educativas.
Vinaròs, Requena y Elda son las zonas en las que de forma más inmediata se va a centrar la Conselleria de Sanidad para tratar de atenuar la falta de médicos que sufren en algunas especialidades, así como algún otro que cuente con plazas de difícil cobertura. Así lo aseguró ayer el nuevo titular del ramo Marciano Gómez, quien agregó que «cuando consigamos resolverlo la idea del departamento es profundizar en un marco normativo específico para este tipo de hospitales». Asimismo, una de las primeras medidas que va a adoptar el departamento es la reposición del Cicu en Alicante y Castellón (la anterior Administración los unificó en Valencia). En relación a los profesionales, «lo primero que tenemos que hacer es dignificar al personal, desde el punto de vista laboral, científico e investigador», aunque advirtió de que la nueva conselleria reevaluará los acuerdos adoptados en marzo de 2023 (como la jornada de 35 horas o la limitación de agendas en Atención Primaria) que, como señaló, «no están subidos a ningún marco normativo», de ahí que se intentará buscar «la mejor salida». También mencionó «el problema que tenemos con las OPE» –en alusión a los procesos de consolidación de plazas entre interinos, como marca Europa–. «Tenemos un colapso total y buscaremos medidas muy ágiles sin menoscabar los derechos de nadie». Y se auditarán todos los departamentos de salud (de gestión directa y concertada). «No me voy a precipitar, no voy a andar con sectarismo, sino con principios de esfuerzo, eficiencia y, si puedo, excelencia».
«Es urgente y prioritario incrementar el presupuesto y la plantilla de médicos de familia en Atención Primaria para hacer más atractiva la especialidad para los nuevos MIR y que no queden desiertas o se abandonen tantas plazas cada año», concluye el informe del centro andaluz.
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