ISABEL DOMINGO
VALENCIA.
Jueves, 23 de mayo 2019, 00:37
«Nos ha molestado la respuesta de Sanidad pues es algo que ocurre desde mucho tiempo antes y, según el personal, estaba siendo habitual en esa planta». Quien así habla es una de las familiares de una afectada por las picaduras de las chinches en el Hospital Clínico de Valencia, en concreto en la planta tercera. Su caso ocurrió en noviembre del año pasado y se suma al detectado el pasado fin de semana en el centro sanitario.
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La presencia de estos insectos, conocidos como 'cimex lectularius' o 'chinche de las camas', no es nueva en el Clínico pues el centro acumula quejas de usuarios que han padecido su presencia durante su estancia en las habitaciones del hospital situado en la avenida Blasco Ibáñez desde hace meses. De hecho, el propio personal sanitario confirma que el caso detectado durante el fin de semana -y que obligó a cerrar varias habitaciones en la quinta planta- no es el primero y ellos mismos son quienes animan a los afectados a presentar una reclamación para que quede constancia.
Es lo que hizo la familia del paciente ingresado en noviembre de 2018, que ya mostró su sorpresa por la contestación que el Servicio de Atención e Información al Paciente del departamento de salud Clínico-La Malvarrosa les dio tras presentar la queja por la presencia de chinches en la habitación del área de Nefrología (el caso más reciente se ha dado en la quinta planta, en Cirugía Torácica). En el escrito, los responsables sanitarios ofrecían disculpas «por las molestias ocasionadas» y agradecen «la valiosa colaboración que nos aporta su información». En concreto, hace referencia a las fotos y vídeos que los familiares entregaron a la supervisora de la planta como testimonio de la presencia de chinches en la habitación.
Poco más porque, como indican los familiares, «los insectos no aparecieron a través de la ventilación, como nos decían, sino que estaban los sillones». Sin embargo, «lo que nos ha molestado es la respuesta actual de Sanidad», en referencia a la hoja informativa entregada ayer a los pacientes actualmente afectados, como publicó LAS PROVINCIAS.
En ella, la Conselleria de Sanidad achaca la presencia de chinches en el hospital al aumento de viajes de los ciudadanos, bien por motivos profesionales o de ocio, «y por el aumento de viviendas con uso turístico». Para los afectados, la respuesta de la conselleria intenta «normalizar o suavizar un problema que ya viene de atrás» y recuerdan que noviembre, por ejemplo, no es un mes de intenso trasiego de visitantes a la ciudad, por lo que mostraron su desconcierto.
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Como tampoco lo fue febrero del año pasado, cuando se produjo otra de las reclamaciones por la aparición de estos insectos en otra habitación del Clínico. En este caso, los familiares pensaron en un primer momento que eran pulgas pero, tras un análisis, el centro comprobó que eran chinches. También dejaron constancia de su «indignación y sorpresa al ver que en un hospital suceden estas cosas», señalaron entonces.
En todos los casos detectados, la dirección del hospital puso en marcha el protocolo establecido, que consiste en trasladar al paciente afectado, vaciar la habitación, tratarla con los productos requeridos para desinfectarla y sustituir los muebles por otros. En este sentido, suelen ser los familiares quienes sufren las picaduras al encontrarse las chinches en los sillones destinados al descanso de los acompañantes.
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Asimismo, las habitaciones afectadas o sospechosas de estarlo se bloquean y permanecen cerradas, como realizó el Clínico esta semana. El tratamiento para su erradicación consiste bien en someterlas a una temperatura superior a 50 grados o utilizando biocidas a cargo de empresas especializadas.
Sin embargo, sobre las actuaciones desarrolladas estos meses para evitar la presencia de los insectos y si se va a aplicar alguna medida excepcional tras el último brote, el departamento que dirige Ana Barceló en funciones no facilitó ninguna información tras la consulta realizada por este diario.
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Mientras, fuentes sindicales señalaron que es un problema que suele producirse en el centro, lo desvincularon de la falta de limpieza y reconocieron las dificultades para controlar la presencia de los 'cimex lectularius'.
Sobre esto desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), su directora general, Milagros Fernández de Lezeta, recordó la importancia de «llevar a cabo una actuación preventiva como principal estrategia para evitar sufrir este tipo de plagas», especialmente debido a «las numerosas restricciones que la Unión Europea ha ido imponiendo frente al uso de determinados productos químicos».
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Fernández explicó que las chinches «son una especie que en nuestra país se consideraba erradicada desde hace medio siglo. Sin embargo, volvió a introducirse de nuevo hace algunos años aprovechando el tránsito de personas y la globalización de enseres». Actualmente, según la organización estatal que representa a los servicios de control de plagas, están presentes en la mayoría de las comunidades autónomas «aunque tienen una especial incidencia en las regiones más turísticas, dado que se asocian al incremento del turismo y al tráfico internacional de mercancías».
«Los hospitales, por ejemplo, donde existe una alta rotación de pacientes son precisamente uno de los espacios más afectados, aunque pueden infestar cualquier lugar: hoteles, viviendas, oficinas, almacenes, gimnasios, etc.», añadió.
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Desde Anecpla también explicaron que las chinches se introducen en los hoteles o en los hospitales a través de maletas y ropa y viaja con los turistas o los pacientes en sus traslados. «Sus escondites favoritos son los colchones, maletas, camas, almohadas y ropa de cama, mesillas de noche, molduras, cabeceros, muebles, somieres, armarios, sofás y sillas, e incluso podemos encontrarlos en el cableado eléctrico, rodapiés, armarios, tapajuntas o puertas». Asimismo, insistieron en la importancia de la prevención.
La detección de chinches en el Clínico, que tiene pendiente la reforma y ampliación de sus instalaciones desde 2002 (actualmente se redacta el proyecto para rehabilitar la Escuela de Agrícolas), se suma a la larga lista de incidencias que acumula este hospital, más allá de la saturación de pacientes o de la presencia de camas en los pasillos coincidiendo con los picos asistenciales.
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Este mismo año, por ejemplo, el sindicato Csif denunciaba que el sótano del centro sanitario se ha convertido en un «vertedero» por la acumulación de camas y todo tipo de mobiliario en esta zona. Y el verano pasado concluyeron los trabajos de reparación y refuerzo en varias dependencias por la aluminosis.
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