Delegaciones
Jueves, 21 de enero 2021, 23:49
Colas de gente a la espera de poder entrar en los grandes almacenes se vieron ayer en las zonas comerciales de Alfafar, Sedaví y Massanassa, tan solo unas horas después de que la Generalitat levantase el cierre perimetral de los 29 municipios de la Comunitat que habían permanecido confinados desde el 7 de enero.
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La estampa de aparcamientos llenos y gente esperando en colas para entrar en las tiendas tuvo lugar a primera hora de la mañana. De hecho en IKEA tuvieron que personarse dos agentes de la Policía Autonómica para controlar el aforo de personas. «Me esperaba menos gente y aunque parezca mentira, faltaban muchos productos», comentaba Ana, una cliente que llegó a media mañana. También se encontraba abarrotado el aparcamiento de una tienda de bricolaje situada en Massanassa, donde no se ha decretado ninguna limitación de aforo en los parkings. Para evitar de nuevo esta situación la Policía de la Generalitat realizará este fin de semana controles en las zonas comerciales de la Comunitat.
Mientras tanto, el casco urbano de Massanassa, donde pese a la movilidad para transitar, la afluencia de personas no era diferente a la de los últimos días. La hostelería era el gremio más molesto ayer en la zona, pues pese a la apertura perimetral, sus negocios seguirán 15 días más cerrados o sirviendo comidas para llevar, como lo han estado haciendo estas dos últimas semanas, «una situación insostenible». También criticaban la situación desde la Asociación Hostelería Benetússer, calificaban de «injusta» la medida con situaciones tan estridentes como un bar abierto a una parte de la calle por ser término de Valencia, y otro enfrente cerrado por estar dentro del perímetro confinado.
El ajetreo matinal en la zona comarcial de l'Horta contrastaba ayer con la tranquilidad instalada en otros puntos de la Comunitat como en Xàtiva, donde la arteria principal de la ciudad, la popular Alameda presentaba un aspecto desolador, con terrazas vacías y sillas y mesas apiladas a la hora del almuerzo y sin apenas gente.
Sobre el cese del confinamiento de la ciudad, dos opiniones distintas. Por una parte, la de los ciudadanos, quienes creían necesario mantener el cierre y, por otra, los comerciantes, a favor de abrir a la espera de clientes de fuera.
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Gina, italania, aunque afincada en Xàtiva desde hace dos años, veía ayer bien lo de los cierres perimetrales, pero no la hostelería y los bares. «La gente debe de estar al aire libre. Donde más posibilidad de contagios se producen es en las casas. Por eso, que cierren la ciudad bien, pero que permitan abrir las terrazas con los aforos y limitaciones correspondientes», manfiestó.
Otra vecina, Vicenta Juan, subrayó que no se ha percibido más afluencia de gente a Xàtiva tras el decaimiento del cierre. «Es normal, tienen miedo porque la situación está por». Para Juan, aunque las restricciones están bien, el confinamiento domiciliario no debería decretarse porque «necesitamos trabajar».
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«No entiendo por qué abren la ciudad pero ponen más restricciones, como cerrar a las 6 de la tarde», apuntó Jaime Álvarez, gerente de una tienda de ropa. «La gente de fuera no va a venir, de hecho lo estamos comprobando hoy porque, además, bares y restaurantes están cerrados. La gente que viene no sólo lo hace a comprar, sino que también se toma algo, come o cena y luego se vuelve a casa. Al no contar con eso, no va a venir», aseguró.
En su opinión, «si para acabar con esto tiene que cerrar establecimientos, no lo hagas a medias, lo cierras todo y no alargas el proceso. Si lo que pretenden es ayudarnos, no lo están haciendo, llevamos mucho tiempo a medias y eso nos está perjudicando», subrayó.
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Más al sur, en Oliva, en La Safor, comentaban ayer dos vecinas que el confimaniento perimetral no les había afectado mucho, «no hemos salido mucho en los últimos meses. Aquí en Oliva hay de todo». Aunque algunos vecinos como Carmen, si habían echado en falta poder desplazarse a otros municipios, «mi hija vive en Piles y hace muchos días que no nos hemos visto».
En Alcoy, con una incidencia de más de 2.400 positivos por 100.000 habitantes, existía ayer disparidad de opiniones respecto al cese del cierre perimetral. «En el estado en el que nos encontramos si se puede evitar el que venga más gente de lo necesario es mejor para que no se expanda más el virus», comentaba ayer una vecina, Sandra. Por su parte el alcalde, Toni Francés aseguraba entender que con la nueva normativa, «no tenía sentido el confinamiento».
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