El colegio mayor Galileo Galilei hará una criba exhaustiva con pruebas para tener controlado el brote

La dirección del colegio mayor Galileo Galilei ha establecido un férreo protocolo para controlar el brote de coronavirus que se ha dado en sus instalaciones. Entre las medidas que se han puesto en marcha destaca la incorporación de tres nuevos médicos, que se suman al que ya existe en el centro, para mantener controlados y atendidos a todos los estudiantes que se encuentran internos en las instalaciones. De momento, todos los jóvenes que han salido positivos tras someterse a un test de coronavirus son asintomáticos pero el complejo Galileo Galilei quiere que se mantenga un control médico sobre todos los residentes por si pudiera haber algún tipo de complicación en alguno de los infectados.

Para ello, y según confirmaron fuentes del colegio mayor, se han comprado varias unidades de pruebas diagnósticas para cribar cada dos o tres días a los residentes y poder descubrir nuevos positivos o la negativización de algunos de los infectados. El objetivo es mantener casi a diario un control firme de la situación y ofrecer la máxima transparencia a los responsables sanitarios y educativos sobre el estado de los 600 residentes que hay en el Galileo Galilei.

Todos los internos del colegio, en el momento de formalizar su inscripción en el centro, firmaron una documento que recogía toda la normativa relativa a los protocolos a seguir durante la pandemia. El centro confirma que a través de esa información se trasladó a los residentes las prohibiciones sobre las reuniones masivas y la necesidad de cumplir unas normas con el fin de evitar situaciones de posibles riesgos asociados a brotes de Covid-19. Además, cada uno de los estudiantes que ocupaba plaza, en ese mismo documento, era informado de las consecuencias que podía tener, incluso con posibles sanciones, el incumplimiento del protocolo establecido para hacer frente al coronavirus. A la hora de llegar al colegio mayor los residentes formalizaban con su rúbrica ese contrato.

Los esfuerzos de los responsables del Galileo Galilei están dirigidos en este momento al control médico de la situación y a procurar que los estudiantes sigan todas las indicaciones para suavizar los efectos del brote. Los positivos están en sus habitaciones confinados y el personal del centro, equipado con los obligados trajes de protección individual, dejan las bandejas en la puerta de las habitaciones para que los positivos dispongan de la comida y de la cena. Además, la dirección del centro ha remitido un documento a los padres de todos los residentes en el que se les informa de manera puntual de la situación que se vive en el centro, del total de positivos y de las medidas que se han ejecutado y que se van a adoptar en los próximos días. Una de las iniciativas es aleccionar a todos los residentes sobre las consecuencias que tiene un acto como el cometido el pasado fin de semana en la azotea del edificio, donde una fiesta de bienvenida está en el punto de mira como uno de los focos de contagio. La idea es que sean conscientes de que un comportamiento sin la seguridad exigida puede generar un caos como el que se ha vivido en la Universitat Politècnica de Valencia.

El colegio reconoce la celebración de una fiesta en la azotea que los empleados no pudieron detectar en un primer momento. Además, y según una encuesta que se realizó a los estudiantes antes de someterse a la PCR para determinar su estado, el 65% de los positivos aseguró que no habían participado en la celebración ibicenca que está bajo la lupa de Salud Pública.

Durante estos días, de puertas para adentro, se han vivido situaciones complicadas a nivel personal al comunicar a alguno de los residentes que su resultado era positivo. Por todo ello, el centro mantiene en todo momento un dispositivo médico activo para estar minuto a minuto pendiente de los residentes, que todavía estarán unos días más en aislamiento.