Doscientos ocho colegios han optado por aplicar programas plurilingües experimentales, la vía que establece la ley actual para saltarse los porcentajes mínimos de exposición de cada una de las lenguas de enseñanza. En todos los que ha autorizado la conselleria rige un patrón común: en Infantil (de tres a seis años) no existe ni una hora de castellano, que se pospone hasta Primaria (educación obligatoria). Sólo en cinco se ha decidido implantar un proyecto que da un peso especial al inglés -40% de las horas, siendo el 60% para el valenciano-, mientras que los 203 restantes imparten entre el 88% y el 91% del tiempo lectivo en la lengua autonómica, dejando entre el 9% y el 12% restante para la extranjera. De los 208, seis son concertados y el resto públicos.
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Los datos figuran en la Guía de Centros Docentes de la Conselleria de Educación, donde se pueden consultar los porcentajes que aplica cada colegio. La muestra incluye a 1.380 escuelas que ofrecen la citada etapa, si bien es cierto que en el caso de los centros infantiles (incluido el segundo ciclo) no hay información sobre el peso de las lenguas.
En el caso de los experimentales, hasta hace unos meses no se concretaba esta información, aunque una Proposición No de Ley presentada por Ciudadanos en Les Corts instó a la administración a facilitarla. La propuesta llegó después de que la diputada Mercedes Ventura, tras una petición parlamentaria, pudiera acceder a los programas lingüísticos de estos centros acudiendo in situ a la sede de la conselleria, desvelando que eran unos doscientos centros los que aplicaban programas experimentales que relegaban el castellano. Finalmente la cifra, en base a los datos de la guía, se eleva a 208.
La Ley de Plurilingüismo establece por regla general que en Infantil se debían impartir al menos el 25% de las horas en castellano y otras tantas en valenciano, dejando un 10% (puede ser un 9% o un 11%) para la exposición al inglés. El resto del tiempo lo ajustaba cada escuela como quería. Sin embargo, permite la aplicación de «programas plurilingües experimentales innovadores siempre que cumplan o superen los objetivos establecidos» en la ley. Estos son garantizar «el logro de una competencia plurilingüe», la igualdad de oportunidades y la integración en la sociedad valenciana y posibilitar la normalización del uso social e institucional del valenciano.
En la guía sólo figuran los programas autorizados, por lo que no se puede saber si alguna otra opción -por ejemplo dar casi todas las clases en castellano o en lengua extranjera- fue propuesta por los colegios y desestimada por Educación.
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La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, denunció ayer que el gobierno local «ha recortado las ayudas de comedor» para el curso próximo en 34.691 euros respecto a la pasada convocatoria y que se han concedido 1.485 becas sobre un total de 2.813 peticiones, «lo que supone que casi el 50% de las solicitudes son rechazadas».
La popular señaló que el alcalde firmó la resolución de las ayudas de comedor el 30 de agosto «por un importe total de 1.516.927 euros, mientras que las becas para el curso anterior ascendían a 1.551.618». «El recorte que ha aplicado el Ayuntamiento inicialmente asciende a casi 35.000 euros. Con los niveles actuales de pobreza, resulta incomprensible que el alcalde Joan Ribó apruebe una reducción de las becas de comedor para el próximo curso escolar», criticó.
En este contexto, se mostró «muy preocupada» por el incremento de los índices de pobreza en Valencia, «que ha crecido seis puntos de manera general y nueve puntos la pobreza infantil, con uno de cada tres menores de 16 años en riesgo de exclusión social», añadió. Por ello, Catalá reclamó de nuevo al alcalde que sea «más sensible» con esta situación y ponga en marcha un plan de choque contra la pobreza infantil dotado de dos millones de euros anuales».
Asimismo insistió en la necesidad de que el Ayuntamiento impulse medidas para «minimizar» el riesgo de exclusión social por la pobreza. «Estamos viendo cómo la Casa Caridad ha duplicado el número de atenciones, cómo el riesgo de pobreza infantil es alarmante y cómo el número de personas sin techo no deja de crecer», dijo.
Todos los centros con programas experimentales incluyen un archivo accesible desde la guía donde se justifican los motivos, básicamente pedagógicos. Es un texto modelo que destaca que la variedad lingüística y cultural reclama que los centros «diversifiquen el tratamiento metodológico en función del contexto sociolingüístico de cada alumno», dice que numerosos países de todo el mundo aplican programas enriquecidos «para garantizar que el alumnado aprenda una lengua distinta a la familiar con una presencia ambiental significativa» y que personalidades de reconocido prestigio avalan estas metodologías, consistentes en el caso valenciano en el aplazamiento del castellano.
Además, se señala que se han aplicado desde los años 80 y que las evaluaciones realizadas coinciden en que los alumnos «han desarrollado destrezas enriquecedoras» y que «han acabado la escolarización obligatoria con un rendimiento académico igual o superior que el resto y con mejor competencia plurilingüe».
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