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DANIEL GUINDO
Viernes, 30 de diciembre 2022, 00:29
Las listas de espera son, posiblemente, el déficit estructural más importante que sufren los pacientes de la sanidad pública. Demoras para tener cita con el médico de familia, para ser derivado al facultativo especialista, para ser atendido en las Urgencias hospitalarias y para pasar ... por el quirófano forman ya parte de la asistencia sanitaria de la Comunitat, que cerrará el ejercicio con unos 70.000 pacientes a la espera de una operación que, aunque no sea urgente, sí puede incrementar en gran medida su calidad de vida.
La pandemia de coronavirus ha generado un punto de inflexión en esta problemática y en la actualidad, directa e indirectamente, los quirófanos todavía sufren las secuelas de estos casi tres años conviviendo con el Covid. La paralización de las consultas (para centrar los esfuerzos sanitarios en combatir al virus) hizo que los médicos de Atención Especializada vieran a menos pacientes y, por tanto, detectaran menos dolencias que requerían una cirugía. La incorporación de pacientes a las listas de espera, ante ello, se frenó, pero los quirófanos tampoco funcionaban al cien por cien, por lo que la espera media crecía.
En la actualidad, al menos desde el pasado verano, la tendencia se ha revertido. Con la reactivación de las consultas, la entrada de pacientes a las listas de espera cada vez es mayor, mientras se va reduciendo la demora media al centrar los esfuerzos en intervenir a aquellos pacientes que llevan más tiempo esperando su operación, como señalan desde la Conselleria de Sanidad.
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Así, a lo largo de octubre y noviembre –las cifras de diciembre no se difundirán hasta bien entrado el mes de enero–, la bolsa de pacientes pendientes de una intervención se incrementó con 3.316 enfermos más (pasó de 65.978 a 69.294), lo que supone una media de medio centenar de pacientes más al día. Sin embargo, en estos dos meses, la demora media se redujo en 20 días (de 108 a 88). En la comparativa del último año –de noviembre a noviembre–, la lista de espera ha crecido en 8.620 pacientes, pero la demora media apenas se ha reducido en seis días (en febrero de 2020, último mes prepandemia, la demora media era de 80 días y había casi 62.000 pacientes en lista de espera). Esto se traduce en que la cantidad de operaciones que se realizan, tanto en jornada ordinaria como a través del sistema de autoconciertos (intervenir fuera del horario habitual abonando a los profesionales remuneraciones adicionales) y con las derivaciones a clínicas privadas, no son suficientes para compensar la entrada de nuevos pacientes que requieren una cirugía, de ahí que crezcan los listados.
Son varios los factores que influyen en estos vaivenes. Las distintas oleadas de Covid han frenado puntualmente la actividad de los quirófanos y han lastrado la detección precoz de dolencias que en la actualidad, con la pandemia cercada por la vacunación, afloran con más intensidad. También afectan momentos como los vividos en las últimas semanas, cuando el repunte de infecciones respiratorias y el descanso navideño del personal ha derivado en una importante caída en la programación de cirugías (sobre todo para no incrementar la ocupación de camas hospitalarias).
El incremento de pacientes frente a la reducción de las demoras también se aprecia en los distintos escalones de espera que detalla Sanidad. La bolsa de enfermos que aguardan durante, como máximo, tres meses se ha incrementado en el último año en 4.558 pacientes; la de usuarios que sufren demoras de entre tres y seis meses ha aumentado en 2.585 y la de aquellos en los que la intervención se eterniza por encima de los seis meses ha crecido en 1.477 pacientes; situación que también refleja ese intento de atenuar las demoras centrando el grueso de las intervenciones en aquellos que más tiempo llevan esperando.
Las demoras también «van por barrios» y, en este caso, por departamentos de salud. Así, el hospital Provincial de Castellón tiene el dudoso honor de ser el centro que acumula mayores esperas, con 129 días de media, seguido de La Fe, que acumula cuatro meses de demora, y el hospital General de Alicante, con 117 días. En el extremo contrario se encuentran el hospital de Gandia, con 41 días, el de Manises (de gestión indirecta) con 46, y el de Elx-Crevillent (también de concesión), con 50 días. Las diferencias entre unos y otros se deben, principalmente, a que los hospitales de referencia de cada provincia suelen desarrollar un abanico de intervenciones mucho más amplio, además de encargarse de las operaciones más dificultosas; pero también influye el modelo de gestión.
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