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Varias muestras de setas. Andrew Ridley
La Comunitat registra 700 casos de intoxicaciones alimentarias en un año

La Comunitat registra 700 casos de intoxicaciones alimentarias en un año

Valencia contabiliza una decena de situaciones cada doce meses pero los técnicos subrayan que los fallecimientos son «algo muy excepcional»

Á. S./I. D.

Miércoles, 20 de febrero 2019, 00:15

La Comunitat Valenciana registró en 2017 un total de 67 brotes toxiinfecciosos como el de ayer, con un total de 679 personas afectadas, con 77 hospitalizadas y ninguna defunción, según la memoria de gestión de la Conselleria de Sanidad de 2017.

Una cifra que descendió el año pasado, cuando se contabilizaron 46, según informó ayer el departamento de Ana Barceló. En lo que va de 2019 ya se han contabilizado 11. Los brotes no son tan graves como el del pasado sábado en Valencia, pues no suelen producirse fallecidos. El principal culpable es la salmonela, según explican tanto desde la conselleria como desde el Ayuntamiento de Valencia.

Lo sucedido en el restaurante de la calle Conde Altea no cayó dentro de la jurisdicción municipal por la división geográfica de la ciudad que se han hecho los inspectores. Según fuentes de la concejalía de Sanidad, hasta hace dos años todas las inspecciones sanitarias las hacía el Consistorio, pero desde entonces comparte la labor con el Consell.

¿Qué se hace cuando salta una alarma como la de este fin de semana? El protocolo está casi automatizado porque es relativamente común activarlo: en 2017 hubo 10 infecciones alimentarias en la ciudad. Los hospitales están obligados a avisar al servicio de Epidemiología de la conselleria. Se pone en marcha entonces un dispositivo especial que implica tanto el envío al local afectado de inspectores sanitarios como a los hospitales, donde comienzan una encuesta epidemiológica: se pregunta a todos los afectados qué han comido, si han viajado, si tienen alergias alimentarias. Se intenta así aislar la bacteria o el tóxico que ha provocado el malestar en los comensales. Se hace mediante la recopilación de muestras tanto de la comida del restaurante como de la vivienda de los afectados.

Algunos locales están obligados a guardar lo que se conoce como «menú testigo»: una muestra de cada plato que se ofrece para casos de intoxicaciones alimentarias. Es lo que ocurre sobre todo en salas de banquetes. En este caso, también se han recogido muestras del restaurante y de la casa de la familia afectada.

El cierre de los locales es casi inmediato, como ocurrió ayer. «Se hace de manera preventiva y luego se vuelve a abrir cuando todo está en condiciones», explican las mismas fuentes. Los cierres definitivos de bares o restaurantes no son nada comunes. «Muy mal tiene que estar el establecimiento para que se cierre para siempre», comentan desde el Consistorio.

Lo que sí suele hacerse es decretar el cese de actividad temporal hasta que se subsanen los problemas detectados en las inspecciones sanitarias, que se hacen de forma periódica a locales de la ciudad. Desde el Ayuntamiento también avisan de la excepcionalidad de lo ocurrido el sábado y alertan de que las infecciones alimentarias son como los accidentes: «Para que se produzcan tienen que juntarse muchos factores».

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