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Tras acabar el año y las carreteras valencianas dibujan un penoso balance: 132 personas han periodo la vida en accidentes de circulación. Es el balance provisional de la DGT y demuestra que la Comunitat ha experimentado durante 2018 el peor repunte de tragedias sobre el asfalto a nivel autonómico. Además, la región no presentaba unas cifras de muertes tan elevadas desde 2011. Lo que está sucediendo en tierras valencianas contrasta con la situación a nivel nacional, que marca un ligero descenso del 2% en el número de fallecimientos.
Las últimas desgracias llegaron ayer, con la muerte de un tractorista a causa de un vuelco en Alginet y un brutal choque frontal en la N-332 a su paso por Santa Pola. Este último siniestro, ocurrido sobre las 13 horas, costó la vida a una mujer de 71 años y dejó cinco heridos graves, según fuentes de Tráfico.
En 2017 hubo en la región 113 fallecidos en carretera, lo que supone un incremento del 16% en 2018. Durante el año que hoy concluye Cataluña es la región con más víctimas en accidentes mortales (183). Le sigue Andalucía, con 160 fallecidos, y en tercera posición aparece ya la Comunitat, aunque con el mayor repunte de toda España.
Si ponemos el foco en los vehículos de dos ruedas, el número de motoristas fallecidos en 2018 en carretera y ciudad se ha disparado. Hasta el día de Navidad habían perecido 47 en tierras valencianas frente a los 37 del año pasado por las mismas fechas. Supone un preocupante aumento del 27%.
Sin embargo, los esfuerzos por garantizar la seguridad de los ciclistas tras la tragedia de los tres fallecidos en Oliva parece haber dado su fruto. Este año, la Jefatura Provincial de Tráfico contabiliza 8 muertes hasta el 25 de diciembre, cuando el año pasado por estas fechas la lista negra era de 12 víctimas. En este caso un considerable descenso del 33%.
A las 130 muertes de este año en las carreteras hay que sumar otras 31 en las denominadas vías urbanas, las de los pueblos y ciudades. En estos entornos la evolución es mucho más positiva, puesto que el año pasado había medio centenar de muertes contabilizadas, lo que significa un notable descenso del 38%. A la espera de que los datos de Tráfico sean definitivos, es la cifra más baja de fallecidos en casco urbano de los últimos años.
En los próximos días, Tráfico comenzará a materializar con el cambio de señales la reducción de velocidad de 100 a 90 kilómetros por hora que el Gobierno aprobó la semana pasada para las carreteras secundarias. La intención del director general de Tráfico, Pere Navarro, es lograr una reducción del 10% en el número de muertes. Otro de los planes para el año próximo es castigar con más fuerza del uso del móvil al volante por la creciente influencia de las distracciones en los accidentes de circulación. En cuanto a la primera medida, las víctimas la acogen con satisfacción. La Asociación DIA de víctimas celebra la restricción, «pues en estas vías, caracterizadas por tener un solo carril por sentido y no estar desdobladas, se concentra el grueso de los accidentes. En particular, los muy graves y los mortales».
Así valora el cambio Francisco Canes, presidente de DIA: «Sabemos que la medida es impopular, pero estamos convencidos de que puede salvar muchas vidas, además de prevenir de grandes lesiones a cientos de personas».
No todo son malas noticias. Si bien los accidentes mortales crecen en la Comunitat, descienden las infracciones más graves al volante, aquellas que se consideran delito contra la seguridad vial. Según las últimas cifras del Ministerio de Interior, la delincuencia vial ha caído al nivel más bajo de los últimos ocho años, lo que demuestra que cierto grado de cautela está calando entre la población.
Según estadísticas del Ministerio del interior, en 2017, el último año computado, se registraron más de 5.400 delitos contra la seguridad del tráfico, un 20% menos que en el año anterior. Pese a todo supone 14 excesos delictivos al volante cada día en la región, ya sea por niveles elevados de alcoholemia, conducción temeraria, bajo efectos de las drogas o sin carné.
Las peores conductas de los conductores dejan, según Interior, 77 víctimas al año. El esfuerzo de las policías y la Guardia Civil pone cada año ante la justicia a más de 4.000 delincuentes al año. La Fiscalía arroja algo de luz sobre los delitos viales más repetidos en la región. Sólo en la provincia de Valencia, el Ministerio Público abrió algo más de un millar de diligencias y, de ellas, 652 eran por alcohol y drogas al volante. Llama poderosamente la atención el elevado número de casos de personas que son 'cazadas' conduciendo pese a tenerlo prohibido: 237 en un año. Esto demuestra la dificultad de las autoridades a la hora de apartar de los vehículos a quienes han perdido los puntos del carné o a quienes no pueden conducir por orden judicial.
Y por desgracia siguen repitiéndose ejemplos deleznables que acaban colgados en las redes sociales de internet. La Guardia Civil detuvo la semana pasada a un hombre de 51 años después de que un vídeo viral difundiera por La Costera su acción de riesgo al volante. Entró bebido en un coche, inició la marcha de manera brusca, sin esperar a que otro ocupante cerrara la puerta del coche. Después, se estrelló en una carretera a su paso por Ayacor. El infractor ha acabado detenido por dos delitos contra la seguridad vial, conducción temeraria y bajo los efectos del alcohol.
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