La Comunitat es la única región que usa carpas a la intemperie para hospitalizados

La Comunitat Valenciana es la única autonomía española que ha optado por instalar hospitales de campaña en carpas de lona a la intemperie. El resto de comunidades autónomas, sean del color político que sean, han decidido ubicar estas instalaciones de apoyo a los principales centros hospitalarios en infraestructuras que ya disponían de un mínimo de habitabilidad o que, al menos, estuvieran más protegidas bajo un techo.

Asturias, Aragón y Extremadura son comunidades regidas por el PSOE, al igual que la Comunitat Valenciana, donde el principal partido del tripartito es el socialista que rige Ximo Puig. En las tres primeras regiones se decidió desde el inicio de la pandemia por hospitales de campaña instalados bajo techo, no en carpas al aire libre. Y continúan con la misma política. La misma que siguió Madrid durante la primera ola de la pandemia, o la que hoy en día todavía mantiene otra comunidad liderada por el PP, Castilla y León.

La Diputación General de Aragón, durante la primera ola del Covid, optó por tener a su disposición dos hospitales de campaña en Zaragoza: uno en un auditorio, que ya está desmontado, y otro en la Feria de Muestras de la capital maña. Este último, con capacidad para 400 camas, continúa esperando que lleguen los primeros pacientes. «Todavía no se ha necesitado», aseguran desde el departamento de Salud del ejecutivo que preside Javier Lambán. Por el alquiler de los equipos pagó en nueve meses 5,3 millones.

El hospital de campaña de Zaragoza, aseguraron fuentes del departamento de Sanidad de Aragón, estuvo montado en tan solo 15 días. No tuvieron la necesidad de efectuar movimientos de tierras ni construir cimientos sobre los que instalar las habitaciones y las camas, tampoco precisaron de realizar nuevas tomas de electricidad para suministrar energía a los aparatos como ha sucedido con los hospitales al aire libre que montó la Generalitat. En la Comunitat Valenciana los hospitales de campaña tardaron unos meses en estar operativos desde que el 19 de marzo por la tarde anunciara su puesta en marcha el presidente Ximo Puig. Bien es cierto que hubo un periodo de intensas lluvias en primavera que dificultó la construcción. Aquella jornada, cuando se amontonaban los infectados, las listas de fallecidos empezaba a dar miedo y los hospitales prácticamente se encontraban desabastecidos de material para prevenir contagios, el jefe del Consell dijo que los tres hospitales de campaña estarían en 15 días. Se terminaron bastante más tarde, porque a finales de abril tampoco se encontraban operativos. De hecho la conexión eléctrica en baja tensión se tramitó en julio. La ventaja es que entonces no se llegaron a necesitar estas tres instalaciones.

Otra ventaja de estos centros que no se encuentran a la intemperie es que ni las lluvias torrenciales ni los fuertes vientos les ocasionan más problemas que los que pueda sufrir cualquier otro edificio. No es el caso de los centros que dispone la Conselleria de Sanidad. Su construcción la retrasaron, entre otras cuestiones, las lluvias de la primavera de 2020. La Dana del pasado mes de noviembre también causó problemas, minimizados por la administración autonómica, al igual que el episodio de fuertes vientos del pasado fin de semana, por el que el hospital de campaña de Valencia tuvo que ser evacuado.

José Navarro, el dueño de la empresa zaragozana especializada en este tipo de actuaciones, de las pocas que hay en el país, asegura que, con motivo de la pandemia, solamente ha levantado en España los de Castellón, Alicante y Valencia.

Asturias ha optado también por un hospital de campaña situado a cubierto. Lo denominan H144 y está instalado en un pabellón del Recinto Ferial de Gijón, aseguraron desde la consejería de Sanidad de esa autonomía. Este cetro sanitario está destinado a personas mayores y a pacientes que necesitan estar ingresados pero no se encuentran tan graves como para precisar una cama en un hospital.

Otra cuestión son las carpas, «tiendas modulares» las llaman, instaladas junto al Hospital Universitario de Cabueñes. «Pero esas carpas no funcionan como un hospital de campaña», precisan desde el departamento de Sanidad del Principado. Estas tiendas se pusieron en funcionamiento durante la segunda ola para realizar triaje y clasificación de pacientes. «Allí no se instalaron camas en ningún momento», insisten.

En el Hospital Universitario Central de Asturias el Ejército instaló un hospital de campaña de tiendas. Pero las lonas no se encontraban a la intemperie, sino que se colocaron en el interior del aparcamiento del citado centro sanitario. Este hospital de campaña se desmontó cuando amainaron los hospitalizaciones avanzada ya la pasada primavera.

Extremadura, cuando tuvo que elegir un hospital de campaña optó por el modelo de la Comunidad de Madrid: un centro sanitario provisional dentro de un edificio. En este caso, 150 camas que instaló el Ejército en el interior de la Institución Ferial de Badajoz.

Por lo que respecta a comunidades regidas por el PP, en este caso con el apoyo de Ciudadanos, que cuentan con un anexo a un hospital de referencia, se encuentra la Junta de Castilla y León. En esta autonomía el Hospital Medina de Campo dispone de tiendas modulares junto al área de Urgencias. «Pero no es un hospital de campaña», aseguran desde el departamento de Sanidad del Ejecutivo que preside Alfonso Fernández Mañueco. «Esas tiendas modulares son para atención de enfermos de Covid, para realizar un cribado de los enfermos que llegan», insisten. Sí disponen de una instalación con camas para la estancia de enfermos de coronavirus. Se sitúa «en el pabellón ferial» de Valladolid, apuntan desde la consejería.

La principal defensa del Consell es que las estructuras pueden ser reutilizadas en caso de una catástrofe natural, como por ejemplo inundaciones. «Dios quiera que no las tengamos que utilizar nunca», afirmó en su última intervención pública el secretario autonómico de Emergencias, José María Ángel.