Juan Vicente Jurado, de concejal de Barberá a desalojado

Todo el entuerto parte del concurso de acreedores en el que entra su empresa, la pirotecnia Garuda. La sociedad no consiguió salir airosa de un ambicioso plan de apertura de pequeñas tiendas para la venta de productos. Por aquel entonces, eran las hijas de Jurado quienes se encargaban ya del negocio. En ese proceso, otra sociedad se queda con la pirotecnica y con una propiedad inmobiliaria que estaba a nombre de la mercantil. Se trata de un lujoso chalé, valorado en cerca de tres millones de euros.

El pasado 13 de enero, una comitiva judicial se presentó en el inmueble, en el municipio de Godella. Previamente, había sido imposible notificar a los inquilinos –al parecer no existían– la citada diligencia. El grupo contactó ese mismo día con algunos vecinos que trasladaron idéntica conclusión: la casa estaba deshabitada. Fue necesario llamar a un cerrajero que abrió, no sin esfuerzo, la puerta principal del inmueble. Al parecer, cuando se disponía con la segunda, la de la entrada a la vivienda, apareció una mujer que dijo llamarse Elmira.

De inmediato, según las fuentes consultadas, parece desentenderse del asunto y llama a su marido, Juan Vicente Jurado, quien afirma ante la comitiva que él reside allí con su pareja. Ante el asombro de la expedición judicial –Jurado apenas tardó unos minutos en personarse en el lugar– asegura que la vivienda pertenece a una empresa y que se compró con el dinero que aportó su esposa.

De igual modo afirmó desconocer cualquier dato del procedimiento judicial por el que la vivienda ya no le pertenecía. En esa situación de incertidumbre, la toma de posesión de la propiedad quedó en suspenso, según documentos judiciales.

Además, se le ha dado un plazo de diez días al exedil para que aporte los títulos que le darían derecho a permanecer en ese inmueble. Fuentes judiciales sostienen que todo forma parte de una maniobra del que fuera edil de Barberá para retrasar que los nuevos propietarios puedan acceder al inmueble, tal y como les corresponde tras la operación de compraventa.

LAS PROVINCIAS ha tratado sin éxito de ponerse en contacto con Jurado para ofrecerle la posibilidad de dar su versión acerca de la ocupación del chalé, en la avenida de las Mimosas.

No es la primera vez que Jurado tiene encontronazos con la Justicia. Un juzgado de Valencia ejecutó hace años el desahucio de una planta baja en la que el concejal popular tenía durante las Fallas una tienda de venta de petardos y del que, según el propietario, adeudaba unos 18.000 euros por quince meses de alquiler. El dueño de este inmueble, Pablo Martínez Tenorio, señaló en su momento que pese a que tenía otros interesados en el local, se lo alquiló a Jurado porque le pareció «una persona honesta» y le dio «confianza» el que le entregara una tarjeta de visita como concejal del Ayuntamiento.

Jurado es un histórico del PP de Valencia. De 1973 a 1979 ya estuvo en cargos públicos, y entró en el Ayuntamiento en 1995. Tras la dimisión del vicealcalde, Alfonso Grau, se convirtió el concejal de más edad del gobierno donde se encargó del Alumbrado y Fuentes Ornamentales. No dudó en cargar contra Grau cuando se vio salpicado por el caso del pitufeo y el blanqueo de 50.000 euros del Grupo Municipal. «Si hay alguien que se ha salido del tiesto, ese es el señor Grau», manifestó a su salida de del cuartel de la Guardia Civil.

Jurado abandonó la primera línea política y lo hizo sin nostalgia. «En esta vida lo único que he hecho es trabajar y tengo claro que me voy a jubilar», dijo entonces. Seguro que a sus 80 años no esperaba ejercer de sorprendente inquilino de esta vivienda.