Secciones
Servicios
Destacamos
La deuda contraída por el Consell con las universidades públicas valencianas se eleva al cierre del ejercicio 2020 a 115,5 millones de euros, según se desprende de la documentación facilitada por el departamento que dirige Carolina Pascual. Y eso que en las últimas semanas se ha pactado con las cinco instituciones un adelanto extraordinario de la cuantía, de 61,37 millones, que se pagarán con dinero sobrante de los últimos presupuestos autonómicos.
El montante se refiere exclusivamente a la llamada deuda histórica, que se acumuló entre los años 2004 y 2008 debido a los impagos de la administración, que dejó de transferir a los centros una parte importante de la subvención ordinaria (la que sirve para cubrir nóminas de personal y costes de funcionamiento, entre otros gastos) y de inversiones en infraestructuras. Las universidades llenaron el vacío sobre todo mediante pólizas de crédito, con el compromiso de que en los siguientes ejercicios se les ingresaría el dinero pendiente a través de anualidades que se prolongarían hasta 2022. Los abonos fueron efectivos en 2009 y 2010, paralizándose en 2011 ante los graves problemas de tesorería la Generalitat.
A finales de 2014 se firmó un nuevo acuerdo en el que se reprogramaban las cantidades pendientes. Buena parte del montante se trataba de deuda contraída por los centros, que pasó a ser asumida por la administración, quedando una cuantía de 394,6 millones que se iría pagando poco a poco, con el mismo horizonte de 2022, para ser destinada a gasto corriente e inversión. Es decir, además de las transferencias ordinarias que se reflejan en los presupuestos (entre 650 y 700 millones a repartir entre las cinco, básicamente en función de su tamaño), percibirían un extra derivado de la deuda histórica.
El convenio fue un regalo envenenado para el Botánico -se firmó poco antes de las elecciones de 2015- y en algún momento llegó a plantearse la necesidad de volver a modificar el calendario debido a que los importes pactados eran especialmente elevados a medida que avanzaban las anualidades, y difíciles de encajar en las siempre tensionadas cuentas anuales del Consell.
Para los últimos abonos, los más grandes, la estrategia ha sido distinta: se adelanta el pago previsto para el siguiente ejercicio con remanentes de tesorería (dinero de otras partidas presupuestarias que no ha llegado a consumirse). Se hizo a finales de 2019, cuando se adelantaron los 68,93 millones que debían llegar en 2020, y lo mismo pasará con buena parte de la cuantía de 2021: 61,37. Exactamente, Hacienda se compromete a hacer las modificaciones necesarias para generar este crédito con cargo a los presupuestos de 2020.
Así, para el ejercicio que ahora empieza quedarán pendientes de pago 20,86 millones (incluidos en las cuentas autonómicas ya publicadas en el Dogv) y para 2022 otros 94,68, la anualidad más elevada de todas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.