El Consell ha destinado siete millones de euros asignados inicialmente a Edificant, el programa de obras de mejora en centros públicos mediante los ayuntamientos, a la compra de dos edificios que tendrán un uso administrativo. La resolución que da cuenta de la transferencia de la cuantía dice que hay dinero sobrante ante los retrasos que acumula el citado plan como consecuencia de la pandemia.
Publicidad
Los inmuebles en cuestión son el Palacio de Tremolar de Valencia, que linda con la sede principal de la Conselleria de Hacienda, en la calle Trinquete de los Caballeros, y un edificio de la plaza Tetuán de Castellón. Las operaciones han sido gestionadas por la Dirección General de Sector Público y Patrimonio, y desde el departamento que dirige Vicent Soler explican que la primera servirá para ampliar sus instalaciones, incluyendo la apertura del inmueble al público, mientras que la segunda acogerá la sede en la provincia de la Conselleria de Innovación.
Las mismas fuentes señalan que la transferencia de crédito se produce porque hay disponibilidad presupuestaria y no supone recortes para Edificant, en el sentido de que se ajusta a las necesidades de inversión que trasladan los ayuntamientos y que en próximos ejercicios se repondrá la cuantía en caso de que se precise. Es decir, que no peligran los compromisos adquiridos con los municipios incluidos en el plan. En cualquier caso el ejemplo sirve para apuntalar la idea de que el presupuesto anunciado por el Consell es mucho mayor del que realmente se acaba necesitando, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido la duodécima modificación de créditos sufrida en 2020.
Las cuentas autonómicas preveían para Edificant un presupuesto de 310,3 millones, pero se han desviado fondos para otros menesteres por valor de 126,68 (40,8%). Se trata de pagos por las ayudas a trabajadores en ERTE (20), de la Renta Valenciana de Inclusión (50), gastos corrientes y extraordinarios de los centros debido a la pandemia como material, limpieza o refuerzo del comedor (tres modificaciones por valor de 26,63 millones), el arrendamiento de barracones (2,5), la compra de tablets (dos cambios que suman 9,16 millones), la financiación de actividades extraescolares (1,92), una ampliación de capital de la sociedad Circuito del Motor (7), la liquidación de un convenio con la Diputación de Valencia (2,41) y la compra de los dos edificios citados (7,06).
Más allá de los cambios de destino, los pagos a los contratistas por obras o servicios realizados a través de la inversión no afectada, la que sí se mantiene, han sido discretos. En 2019 estos abonos se elevaron a 14,3 millones según el Portal de Transparencia o a 25,2 en base a la cifra facilitada en su momento por Educación. Y partiendo de la base de que el Presupuesto de aquel ejercicio ascendía a 303, de los que 86 ya se transfirieron a otros gastos -sin que mediara la pandemia-. El Consell alega que se adapta a los ritmos de los ayuntamientos y que el dinero reservado y no gastado se reprograma para próximos ejercicios.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.