A la tercera fue la vencida. El Consell designará a Alberto Esteban Lahiguera como director conservador del parque natural de la Albufera. Este viernes, la web de la Conselleria de Administración Pública publicaba diversos nombramientos y entre ellos se encontraba el de Esteban.
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El ... parque estaba sin directora desde que el pasado 3 de julio Paloma Mateache se jubiló. Desde entonces se han convocado dos concursos que han quedado vacantes. De esta forma, se evidencia que muy pocos funcionarios han estado dispuestos a ocupar este puesto por el alto nivel de conflictividad del parque.
El Botánico modificó el proceso de elección de los directores-conservadores de los parques naturales y estableció como premisa que tenían que ser funcionarios y no cargos de designación directa. Mateache ocupó este puesto en comisión de servicios hasta que se jubiló.
Mientras, la Conselleria de Transición Ecológica ha tenido que esperar casi seis meses y declarar vacantes dos concursos para designar al nuevo director. Además, ha tenido que recurrir a un funcionario interino cuando el Decreto de Provisión de Puestos de Trabajo de la Generalitat señala que estas plazas sólo en casos excepcionales pueden ser ocupadas por personal esta categoría.
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Desde luego el puesto de director del parque de la Albufera no es el más tranquilo y conlleva un alto nivel de conflictividad. Se ha comenzado a tramitar el nuevo plan rector de usos y gestión (PRUG) del paraje casi una década después de que el anterior fuera anulado en parte por el Tribunal Supremo. Se trata de un trabajo complejo y complicado por los diferentes intereses en juego.
El agua sigue siendo un foco de desencuentros mientras la Fiscalía investiga el control de los niveles del lago y la gestión de las compuertas que regulan las salidas. También continúan pendientes de resolver cientos de licencias de ocupación de amarres de embarcación y de locales de restauración.
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Por otro lado, todavía no se han aprobado varias normas de alto nivel. Junto al PRUG, no se ha dado luz verde al documento de gestión que exige la pertenencia a la Red Natura 2000. Además, el plan de prevención de incendios está caducado.
El bosque de la Devesa carece también del plan de gestión forestal que es obligatorio desde el año 2010. Por otra parte, los conflictos entre cazadores y ecologistas están a la orden del día.
Los agricultores no se quedan al margen de este clima de conflictividad. Ahora se enfrentan a un cambio en el tratamiento de la paja del arroz después de que la Conselleria de Emergencia Climática haya decidido prohibir la quema de los rastrojos.
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Todos estos factores hacen que el puesto no sea el más apetecido para los funcionarios que han optado por otras formas de promoción más tranquilas.
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