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Carmen Plata, vacunándose ayer en Navarrés. damián torres
La conselleria inmuniza a los cuidadores de dependientes y olvida a los no reconocidos

La conselleria inmuniza a los cuidadores de dependientes y olvida a los no reconocidos

Carmen dejó el trabajo para ocuparse de su hija con parálisis cerebral y es una de las primeras en recibir una dosis: «Es un alivio»

F. RICÓS

VALENCIA.

Sábado, 6 de marzo 2021, 01:20

Carmen Plata es la madre de Andrea, una gran dependiente de 27 años. Es una de las primeras 65.000 cuidadoras no profesionales reconocidas en recibir la primera dosis contra el Covid-19. La Conselleria de Sanidad ha incorporado al plan de vacunación como preferentes a las personas que se hacen cargo de sus familiares que están en situación de dependencia, unas 65.900, según los datos del Ministerio de Derechos Sociales, comenta Eva Guzmán, de la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia.

Carmen se vacunó ayer en Navarrés. Llegó al pequeño ambulatorio de esta localidad situada en las faldas del mazizo del Caroig. Estaba citada a las 13.40 horas. Entró, la pincharon y se marchó. Fue cosa de dos minutos de reloj. «Es un alivio, por desgracia», afirmó a la salida.

Hacía sol en Navarrés, aunque el viento era fresco. Carmen lleva a una chaqueta rosa acolchada. «Vine el jueves a una analítica y me dijeron que si recibían dosis, me llamarían. A mediodía me llamaron y me citaron para hoy (ayer). Así de fácil», contó Carmen.

«La mayoría de cuidadoras son mayores de 55 años y no se les puede pinchar la vacuna de Astrazeneca», asegura Carmen Plata

Estaba nerviosa, confesó. «No por la vacuna, por el reportaje», bromeó. «Mi hija pequeña, de 22 años, es periodista». En su casa son cuatro: ella, su marido, su hija mayor que es la dependiente, «Andrea, la joya de la corona», la define, y la periodista, de 22, de la que habla con orgullo.

A Andrea, que va a un centro ocupacional de Enguera, la vacunaron la segunda semana de febrero. Está a punto de recibir la segunda dosis.

Carmen recuerda que su hija mayor fue prematura. Llegaban gemelos. Uno nació muerto y Andrea sufrió parálisis cerebral que le afecta especialmente al aparato locomotor. «Necesita ayuda hasta para comer», cuenta con normalidad mientras le da el sol en un lado del rostro, justo en la esquina del centro de salud, y el viento suave refresca el rostro. «Tenía un trabajo fijo y lo dejé para poder cuidarla», relata.

Está satisfecha por su vacunación y por la de sus compañeras de este trabajo no remunerado, pero se muestra preocupada porque hay muchas cuidadoras de personas dependientes que aún no están reconocidas por la Administración y por los familiares de aquellas que atienden a sus mayores dependientes cuando finalizan su tarea los cuidadores profesionales, porque a ellas les llegará la vacuna cuando les toque, no están consideradas preferentes, relatan ella y la coordinadora de la Plataforma, Eva Guzmán. «Son miles, no sé cuántas, pero miles», comenta Guzmán.

Les preocupa también que a las cuidadoras no profesionales de más de 55 años no se le puede inocular la vacuna que a Carmen le pusieron ayer, AstraZeneca, no está indicada para ellas, mientras que la de Pfizer está siendo usada con otros grupos preferentes. «Es gente ya mayor que cuida de su padre o de su madre y con ellos tenemos este problema», relata Carmen, que también pertenece a la Plataforma que coordina Guzmán. «La cuestión es que aún hay pocas vacunas», afirma.

Reconoce que tuvieron que «hacer ruido» para que Sanidad les incluyeran ahora en la vacunación. «¿Si nosotras nos infectamos quién cuidaría a la persona a la que nosotras nos dedicamos?», se pregunta esta vecina de Navarrés. «En casa nos contagiamos de Covid por Reyes. Menos mal que a mí fue a la que menos afectó. ¿Si hubiésemos estado graves qué hubiese podido pasar? ¿Qué hubiéramos hecho?»

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