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Baltasar Navarro nos abre las puertas de la antigua trilladora de arroz en la que trabaja y que se encuentra a la entrada de Sollana. Allí está construyendo en una barca para pescar en la Albufera. Tan sólo le faltan un par de semanas para que esté lista tras dedicarse a ella durante los últimos tres meses.
Se trata de un 'barquetot' (un tipo de embarcación típico de la Albufera diferente del 'albuferenc porque tiene un fondo más plano) de 5,5 metros de longitud con una capacidad de carga de 800 kilos. Baltasar la va a utilizar para pescar en el lago. También hace unos meses construyó otra de diez metros, pero de madera de mobila, que utiliza para dar paseos a los turistas que acuden al parque natural.
Baltasar es uno de los pocos constructores de barcas que quedan en el entorno del lago. Tan sólo hay otro que está en El Palmar y un segundo en Catarroja. "Es un oficio que se pierde", indica Baltasar. La razón no es otra que la cuestión económica. “¿Quién puede pagar este trabajo?” reflexiona este constructor de embarcaciones. Y enumera las razones. La barca que hizo para pasear por la Albufera tardó seis meses en construirla a doce horas diarias. "¿A qué precio tendría que venderla para que me compensara? Sería un dineral y nadie me lo pagaría", apunta Baltasar que recuerda que el que tiene su taller en El Palmar ha cobrado una a 36.000 euros por una de estas embarcaciones. En este sentido, apunta que sólo la madera para la de paseo le costó 9.000 euros y la de esta nueva barca, que es madera de pino, ha salido por 1.200 euros el metro.
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Y es que el trabajo es complicado. Primero hay que encontrar la madera, algo que puede parecer más fácil de lo que es en realidad. "La compré en Alzira y me dicen que ya no piden más stock porque no hay demanda. Casi no existen carpinteros que la demandan", aclara Navarro.
Baltasar Navarro se ha iniciado en la construcción de barcas de manos de su suegro, Paco Felip, que era policía nacional y se aficionó a la construcción artesanal de estas embarcaciones en su tiempo libre. Durante estas décadas Felip ha realizado una treintena de embarcaciones.
Lo curioso es que Felip también se aficionó a construir barcas de la mano de su suegro. Ahora él ha transmitido su experiencia a su yerno. Y así pasa la tradición, de mano en mano. "Pero cada vez es más difícil", apuntan tanto Felip como su yerno.
Que la tradición se acaba lo confirma también Baltasar que señala que tiene cuatro embarcaciones. Una de 4,70 metros, otra de nueve, una tercera de diez y la que ahora está construyendo.
Baltasar Navarro, que también es pescador, detalla que se dedicará a la pesca ambulante por lo que no tiene un puesto fijo en la Albufera. La diferencia entre las dos modalidades es que los usuarios de la ambulante tienen que recoger las redes cada vez que salen a faenar, no se pueden quedar en el lago.
Los constructores de estas embarcaciones tienen un vocabulario propio. Las distintas partes de las barcas tienen su nombre específico en valenciano. Por ejemplo, el 'salvatirs', que es una madera que evita que la hélice del motor se enganche con las artes de pesca. Precisamente esta pieza varía según se construya en El Palmar (donde es más estrecha) que en Sollana, donde es más ancha. Otro término propio es el de 'mola' con el que se nombra a la quilla.
Ahora a la barca que Baltasar está haciendo le falta la impermeabilización para lo que se suele utilizar fibra de vidrio y resina de poliéster junto con serrín. Luego tendrá que pintarla de color negro y marcarla con tres franjas en un lado, un sistema que utilizan en la Albufera para identificar quien ha sido el artesano que la construido.
Una vez que concluyan las tareas de fabricación se tiene que matricular la embarcación ante los gestores del parque para conseguir el permiso que permite navegar por la laguna. No es un trámite sencillo. "Para pescar sólo se permite a los que están inscritos en la comunidad de El Palmar", explica Navarro, como es su caso, que añade que tampoco es un trámite sencillo matricular a las barcas de paseo.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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