![El corte total del by-pass augura un gran colapso](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/04/195975586--1200x840.jpg)
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El corte total de la circulación en el by-pass hace presagiar grandes problemas de tráfico en el área metropolitana de Valencia, puesto que esta autovía, la A-7, soporta habitualmente una gran concentración de vehículos que, ahora, con su obligado desvío a otras calzadas, no harán más que incrementar los problemas de saturación que también sufren a diario las opciones teóricamente alternativas.
El by-pass es una de las autovía con más densa circulación de Europa, si no la que más en muchos momentos. Con tal nombre se denomina a la circunvalación a Valencia y su área metropolitana que da continuidad al corredor mediterráneo de la A-7 y la AP-7, que ahora quedan interrumpidas aquí, a poca distancia de su cruce con la A-3, la autovía Valencia-Madrid.
Con un trasiego diario de más de 100.000 vehículos, es de destacar que entre ellos figura un altísimo porcentaje de camiones de gran tonelaje, pues esta calzada es la principal vía de comunicación para el transporte de mercancías norte-sur por el litoral mediterráneo español, incluida la mayor parte del tráfico de todo tipo que procede de Marruecos y se dirige al resto de Europa, o en sentido contrario.
De la A-7 depende un sinfín de actividades comerciales, industriales y de distribución agroalimentaria que a buen seguro se verán resentidas o encarecidas por las evidentes restricciones derivadas de este accidente, derivado de las riadas e inundaciones que han sembrado el caos en gran parte de la provincia de Valencia.
En este caso, las repercusiones económicas trascienden el ámbito provincial e implicarán a casi toda España y parte de Europa, así como a zonas del norte de África.
Por aquí circulan a diario miles de camiones que transportan toda clase de frutas y hortalizas que se dirigen al resto de Europa desde Marruecos, Andalucía, Murcia y Comunitat Valenciana. Es la vía esencial sobre la que descansa mayoritariamente la exportación hortofrutícola española, que sólo contará con paso libre si su origen se encuentra a partir del punto de interrupción del by-pass en dirección norte, es decir, la mitad norte de Valencia, Castellón y Cataluña.
El resto de los transportes de mercancías tendrán que buscar vías alternativas, lo que no va a ser nada fácil, porque las que puedan encontrarse más as mano sobre el mapa ya se encuentran normalmente muy masificadas y otras que puedan buscarse son más largas, lentas y estrechas.
Particularmente problemáticas van a ser las consecuencias para el desarrollo de la campaña citrícola en una buena porción de la Comunitat Valenciana, precisamente en este momento, cuando se está entrando en plena actividad y urge acelerar la recolección y la venta de las variedades ya maduras.
Las firmas comercializadoras naranjeras con almacenes de confección y empaquetado situados al norte no tendrán mayor problema que el derivado de las dificultades de acceso a fincas del sur, donde tuvieran prevista la recolección de cosechas comprometidas, pero aun así siempre podrán derivar sus preferencias a producciones más al norte.
Los almacenes situados en comarcas del sur serán los que soportarán mayores problemas, al tener que buscar alternativas de paso, que no son nada fáciles. Según la ubicación de cada caso, puede que lo más factible sea desviarse por Madrid, vía Albacete, y de allí a Irún o a Barcelona y a la frontera. Esto es lo que previsiblemente se hará desde más al sur (Murcia, Almería, Sevilla, Huelva...), lo que probablemente acarreará mayores problemas alrededor de la capital española, ya de por sí muy saturada.
Lo que ha recomendado el Ministerio de Transportes, para la circulación que obligadamente deba superar este paso, es utilizar alternativas cercanas como la V-30 o la V-31. Sin embargo se trata de un ofrecimiento que en la práctica tiene poco de alternativo, puesto que la V-30 (vías marginales del cauce del Turia) está casi siempre saturada con prolongados atascos, y circular por la V-31 (pista de Silla), además de soportar idéntico problema significa que al final se acaba desembocando necesariamente en la V-30, para intentar llegar al by-pass al norte del puente que ha colapsado en el término de Quart de Poblet.
Por consiguiente no hay alternativas cercanas viables y con garantías de ofrecer una circulación mínimamente fluida y todo parece abocado a saturar mucho más lo que ya de por sí viene saturándose durante la mayor parte de un día laborable.
Cualquier otra opción que quepa elegir sobre el mapa puede significa complicarse mucho la vida o acabar dando tumbos por carreteras comarcales, incluso desembocar en puntos muy complicados donde resulte muy difícil que puedan maniobrar los grandes camiones; como hemos visto en diversas ocasiones estos días, con tantos cortes de carreteras y mucha confusión si no se conoce bien el territorio y se siguen las instrucciones de navegadores no actualizados para buscar salidas.
Por otro lado hay que tener en cuenta que el by-pass cumple también una función esencial para el llamado tráfico 'de agitación', que es el de proximidad o cercanía, no necesariamente el de largos trayectos; es decir, el de personas que viven, por ejemplo, en Torrent y trabajan en Lliria, o al revés, o que han de ir de Picassent a Paterna para cualquier cuestión; así como la ingente carga de transportes de distribución comercial y paquetería de ventas online en la vasta área metropolitana de Valencia.
Todo un conglomerado de situaciones que, como se ve, confluyen a diario y a toda hora en una vía que está repleta desde hace tiempo, razón por la cual se emprendieron hace casi dos años obras de ampliación para construir tres carriles más por lado, precisamente destinados al tráfico de proximidad, dejando el centro, lo actual, para largos trayectos.
Sin embargo, estas obras de ampliación van tan lentas que no es previsible que puedan completarse en pocos años. Hará falta que se multipliquen las inversiones necesarias con urgencia, porque de lo contrario el By-pass acabará convirtiéndose en una continua ratonera, de la que huir por caminos aledaños, incluso cuando ya estén realizadas las obras de reposición del puente roto sobre el Gallego.
En este punto se están realizando ya operaciones para ofrecer una solución provisional de paso, mientras se realicen las definitivas, que tardarán varios meses en poder completarse, según ha informado el ministro de Transportes, Óscar Puente.
La solución provisional en la que se está trabajando consiste en construir una desvío del By-pass a base de grandes cajones de hormigón (para dejar paso al agua del barranco en caso de que volviera a llover) sobre los que discurrirá la nueva calzada temporal de asfalto. Esto puede estar ultimado en unas semanas, quizá dos o tres según el ministro, pero hay que tener presente que la circulación por este punto estará limitada: cabe que sean dos carriles por sentido, no tres como el resto de la autovía, y la velocidad quede limitada a 40 km/hora, con lo que es prácticamente seguro que cuando se disponga de tal alternativa de continuidad provisional en el by-pass, los atascos serán monumentales y casi continuos, como cuando, en situación normal, se accidenta algún vehículo, aunque solamente sea uno y esté bien apartado de los carriles de circulación y, sin embargo, se frena todo de golpe y se forman colas de varios kilómetros que tardan horas en deshacerse.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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