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La regresión en el litoral valenciano es un problema que se va agravando año tras año desde hace unas décadas. Cada vez es más evidente el deterioro de algunas playas donde la amplitud de la línea litoral apenas tiene un par de metros. Los factores ... que provocan este retroceso son principalmente la falta de aportes de sedimentos por parte de los ríos y las obras que se han instalado en la costa, puertos o espigones, que frenan la dinámica de la arena. Pero también otras causas como la urbanización en zonas que antes eran ocupadas por estos sedimentos o la incidencia de temporales más agresivos a partir del año 2000, con excepción de este último año donde el litoral de la Comunitat no ha sufrido grandes golpes marítimos.
Todos estos factores han llevado a una veintena de municipios a estar en una situación muy delicada y necesitar de actuaciones urgentes para evitar la pérdida total de sus arenales. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica ya se ha apuntado a la finitud de la arena, sin embargo, la Demarcación de Costas de Valencia ha asegurado que esto no será un problema para la conservación del litoral. «Efectivamente, la arena es finita pero hay que tener en cuenta que la arena no la estamos destruyendo ni consumiendo en actividades ajenas al sistema litoral (como podría ser en otras actividades extractivas como la elaboración de hormigón, de vidrio, agricultura, etc.) La arena la aportamos a las playas pero seguirá siendo arena y, por lo tanto, no estamos agotando el recurso», explican a LAS PROVINCIAS.
Precisamente, la política de recuperación de las playas del actual ministerio se ha centrado en las aportaciones de sedimentos descartando otras actuaciones más permanentes, como la construcción de espigones o arrecifes, en la mayoría de los casos. «Hay que tener en consideración que en playas predominantemente abiertas, como las existentes en la provincia valenciana, las alternativas que suelen ser seleccionadas son aquellas que no afectan negativamente a las playas situadas aguas abajo de la dinámica litoral. Se intenta que la resolución de un problema en un tramo de costa no cree un problema similar en el tramo de costa situado aguas abajo. Esta premisa queda garantizada con la adopción de soluciones blandas (aporte exclusivo de arena)», apuntan desde Costas.
Una opinión que comparten expertos como el catedrático del departamento de Ingeniería Cartográfica Geodesia y Fotogrametría de la Universidad Politécnica de Valencia, Josep Pardo, que recuerda que durante mucho tiempo y de forma sistemática se han llevado a cabo obras con nuevas estructuras y se ha demostrado que solucionan el problema en cuestión pero generan nuevos en las zonas colindantes al forzar que la arena quede retenida en un punto concreto. Un ejemplo reciente es el de los espigones de Almenara construidos en 2020 y desde ese momento las playas del sur, Sagunto y Canet d'En Berenguer, se han visto afectadas por una importante regresión.
Por tanto se apunta a los vertidos de arena como una línea de solución aunque Pardo también señala que es cierto que «ya no estamos en una situación de sobrante de sedimentos como hace años». De hecho en zonas donde tradicionalmente se acumulaba la arena, por las dinámicas, como puede ser la playa norte de Valencia se ha notado un descenso de la cantidad por lo que en un futuro, la falta de sedimentos se puede convertir en un problema.
Para el catedrático de la UPV, además de las grandes aportaciones de arena, éstas se deben acompañar con un seguimiento para que sean efectivas y evitar que los sedimentos se pierdan. «Se debe monitorizar para ver la recirculación de la arena y ver dónde se deposita y volverla a transportar antes de que la situación en la playa regenerada sea crítica», explica Pardo.
En este sentido, Costas Valencia subraya que para aprovechar al máximo las regeneraciones se pretende llevar a cabo «una adecuada gestión de la arena aportada para extender su periodo de residencia en el sistema litoral mediante operaciones de mantenimiento como son los trasvases entre distintas playas».
En la Comunitat Valenciana, las últimas grandes regeneraciones realizadas en las playas del Sur de Valencia y en les Deveses de Dénia se han nutrido de áridos extraídos de un yacimiento en el fondo marino de Cullera. En total, para estas dos actuaciones se han utilizado casi cuatro millones de metros cúbicos de arena, tres millones para Pinedo y El Saler y unos 650.000 metros cúbicos en Dénia, y una inversión global de 43 millones de euros financiados por fondos europeos a través del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia del Gobierno de España.
El yacimiento de Cullera es una antigua playa con una gran cantidad de metros cúbicos de arena de calidad pero también tiene una capacidad limitada. Según los estudios se tiene caracterizado un volumen aproximado de unos 65 millones de metros cúbicos de arena en este banco submarino, aunque existe un volumen mayor de material suelto (presuntamente también arenas) pendiente de caracterizar por encontrarse a profundidades inalcanzables con las técnicas de sondeo existentes en la actualidad. Otros yacimientos de los que se tienen constancia en Valencia y Alicante no han resultado idóneos por su calidad.
Somos Mediterránea, la plataforma ciudadana en defensa del litoral, estima que además de este banco existen unos 6.000 millones de metros cúbicos de sedimentos en toda la cuenca del Mediterráneo que se pueden utilizar ya que para la regeneración de todas las playas afectadas.
De norte a sur de la Comunitat Valenciana encontramos municipios con playas en situación muy grave. En la provincia de Castellón, uno de los ejemplos de los efectos de las infraestructuras es Morro de Gos en Oropesa. Los vecinos llevan años solicitando el cierre inmediato del canal de la Illeta. Esta construcción, aseguran, es la que ha causado la degradación de la zona y, pese a tener el compromiso municipal de que se iba a clausurar, sigue todo igual. Informes y trámites burocráticos que se están alargando y que ponen en riesgo esta zona turística de Oropesa.
Esta degradación ha llevado a que en esta playa de Oropesa el agua llegue casi hasta los lavapiés y no haya espacio para las sombrillas ya que no queda arena. Además, del cierre de la Illeta esperan que se haga una gran aportación de arena para solucionar la problemática más inmediata.
Nules es otra de las poblaciones que lleva años reclamando una actuación de envergadura. Recientemente se acabó la regeneración de un tramo, aprobada en 2010, y ha mejorado un tercio del litoral, el resto sigue esperando la llegada de sedimentos. La zona más afectada por el gran temporal Gloria de 2021, cuando las olas llegaron a las viviendas, no ha entrado dentro de esta iniciativa por lo que los vecinos siguen reclamando que se ponga en marcha una actuación global y se invierta lo suficiente para dejar toda la costa en buen estado.
Siguiendo hacia el sur, se encuentra Moncófar donde esta misma semana la Dirección General de la Costa y el Mar ha aprobado el pliego de prescripciones técnicas de la «redacción del proyecto constructivo frente al litoral de las playas de Masbó y el Grau en el término municipal de Moncofa» por un importe de 111.058,83 euros y con un plazo de ejecución de 12 meses.
La licitación de la redacción del proyecto es el primer paso para la futura construcción de los demandados espigones que protejan al Grau de la acuciante regresión costera. Ahora quedan todavía años de trámites para ver el inicio de las obras pero se esperaba este primer paso ya que desde hace más de quince años no se actuaba en esta zona del litoral.
Torre de Sal en Cabanes es otro de los puntos con una regresión muy evidente que ya pone en riesgo a las viviendas de primera línea.
Ya en la provincia de Valencia, los primeros municipios del norte Sagunto y Canet d'En Berenguer desde 2021 sufren la regresión de playas como la de Almardà, Corinto o Malvarrosa, a causa de una actuación de regeneración en Almenara donde se construyeron escolleras según denuncian las asociaciones vecinales. Esta área está a la espera de un millón de metros cúbicos de arena pero el proyecto se ha retrasado al necesitar una nueva declaración de impacto ambiental para la extracción del banco de Cullera.
Ya al sur de la ciudad de Valencia, El Perelló es otro municipio que está a la espera de la llegada de la arena. En su caso, la regeneración que pasó los primeros trámites en 2020 y que sigue a la espera de aprobaciones definitivas, pretende ampliar la línea de costa en 45 metros. Este proyecto contempla también la actuación en otras de las playas del término de Sueca afectadas por la pérdida de áridos como El Pouet y Les Palmeres.
Las playas del sur de Cullera y el norte de Tavernes son otro de los puntos negros del mapa litoral. El Marenyet, l'Estany y el Brosquil junto con la Goleta sufren una fuerte regresión poniendo en peligro las viviendas ante la falta de protección. Aquí hay pendientes varios proyectos de aportaciones, e incluso de construcción de diques, que se remontan a muchos años atrás.
A partir de la desembocadura del río Serpis también se aprecia la reducción de la línea litoral y, sobre todo, el principal problema es que la perdida de volumen de arena ha provocado que se hundan estas playas y que no cuenten con protección. Rafalcaid, Daimús, Guardamar, Bellreguard, Miramar, Piles y el norte de Oliva son siete playas que están a la espera del proyecto definitivo para su recuperación. Aquí el Ministerio ha optado por la aportación de sedimentos pese a que había otras propuestas con espigones exentos. Desde Salvem les platges del Sud de Gandia recuerdan durante los estudios previos la empresa encargada de realizarlo señaló que la aportación única de arena no sería efectiva y que no se está cumpliendo con los objetivos de la administración al no contemplar el cordón dunar.
En la provincia de Alicante, la playa de Les Deveses de Dénia ha sido tradicionalmente la imagen de la regresión con viviendas afectadas por el oleaje. Hace tan sólo unos meses acababa la gran regeneración de esta zona para evitar la problemática pero en esta localidad siguen esperando otros tramos del litoral como Bay Beach o Marineta Casiana.
En la misma ciudad de Alicante, los vecinos de la playa de la Albufereta llevan décadas reclamando actuaciones que protejan esta área del litoral. Los temporales han causado graves daños que no se reparan y pese a contar con estudios donde se señala que hay que invertir para su recuperación, las administraciones no avanzan.
Tampoco se espera que la arena llegue a la playa de la Babilonia en Guardamar del Segura donde los propietarios de las viviendas reclaman que se frene la erosión que ya ha causado daños irreparables tanto a las propiedades privadas como a elementos urbanos. La construcción de un espigón en la dirección opuesta en la desembocadura del río Segura en los años 90 ha sido la causante de la regresión y de la acumulación de sedimentos en la parte contraria. Expertos señalan que la solución pasa por dragar la arena de la desembocadura y colocar un arrecife sumergido pero este municipio alicantino no ha entrado nunca en la agenda de regeneración del Ministerio.
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