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D. GUINDO
VALENCIA.
Miércoles, 26 de junio 2019, 01:08
«Nos llamaron del instituto y nos dijeron que nuestro hijo había roto un cristal y que estaba muy agitado y diciendo cosas incongruentes; sospechaban que había consumido drogas». Los padres de Roberto (nombre ficticio para preservar su identidad) creían que el joven de 16 años fumaba marihuana esporádicamente, pero no tenían ni idea de que había dado el salto a la sintética. Lo descubrieron de repente, tras una llamada del centro de ESO y después de que el adolescente confesara: «Creía que me perseguían y que la gente podía leerme la mente».
A los oídos de la orientadora del instituto había llegado que alrededor del centro educativo «se está trapicheando con marihuana sintética», aunque desconoce los efectos. El estado del joven le hace sospechar, y así se lo hace saber a los padres, que trasladan de inmediato al joven al Área de Prevención de Proyecto Hombre. Asustados relatan la situación de su hijo: «Está en estado delirante y muy angustiado. Lo está pasando tan mal que reconoce estar fumando 'pescao', por lo que pide ayuda desesperadamente».
Tras intentar calmar un poco a los padres, desde la fundación «tratamos de explicarles en qué consiste la marihuana sintética y la gravedad del cuadro que presenta su hijo», por lo que son remitidos a urgencias y allí tratan los síntomas de agitación y el cuadro delirante.
Posteriormente, el joven comenzó a asistir al programa de la entidad. «Al principio, se plantean medidas de protección hacia el joven, para evitar al máximo que en momentos de deseo de consumo pueda recaer. Tras unos meses de trabajo con él y su familia, va recuperando poco a poco la normalidad. Toma conciencia de que el problema comienza ya desde los consumos de marihuana, hace un par de años, ya que fue dejando de lado actividades como el fútbol, o la banda de música para dedicar todo su tiempo libre al consumo. Cambió a sus amigos de siempre por los 'colegas' del parque y ha suspendido el curso», explican desde la entidad. Sus objetivos actualmente pasan por ir recuperando esa normalidad que el consumo fue deteriorando, ya que eran sus factores de protección. Para ello, «acude a nuestro programa semanalmente, junto a sus padres, que han ido tomando conciencia del problema y mejorando la relación con el hijo».
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