A la hora de reservar unas vacaciones de verano, podemos planificar el viaje con todo detalle y antelación, para no dejar nada al azar, o directamente ser más aventureros y optar por elegir destino unos días antes. Y en la Comunitat, este verano, una ... de cada cuatro personas que viajará estos días, improvisará y comprará sus vacaciones en el último minuto. Así lo aseguran desde la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat, que confirman las elevadas cifras de reservas last minute en nuestro territorio.
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La improvisación sigue marcando las decisiones de viaje de los valencianos, sobre todo entre los jóvenes. El fenómeno conocido como 'last minute' mantiene cifras notables, que explotaron tras la pandemia y se volvieron a contener con la vuelta a la normalidad. A pesar de que las personas que optan por planificar sus vacaciones con antelación son aún la mayoría, en la Comunitat se observa una clara tendencia a la última hora.
Siempre se ha dicho que la antelación es algo clave a la hora de viajar, no solo por el precio de los billetes y los alojamientos, sino también por el margen de tiempo para poder planificar las actividades y sacarle el máximo jugo al viaje. Entonces, ¿a qué se debe esta tendencia de esperar hasta última hora para viajar en la Comunitat? El presidente de los empresarios turísticos de la Comunitat, Luís Martí, asegura que «la tendencia de reservar a última hora se debe a la inmediatez y la gran cantidad de ofertas, unida a la flexibilidad de las vacaciones». La cifra de reservas 'last minute' en la Comunitat se mantiene en cifras notables. «Actualmente suponen un 25% de los viajes», añade y, cuando suceden, se realizan con muy poco margen de tiempo: «lo más frecuente es que reserven con 48 horas de antelación» concluye.
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El destino vacacional de Álvaro Pérez, de 23 años y estudiante de Comercio Internacional, ha sido elegido a última hora. «La idea de irnos de viaje fuera de España estaba clara, pero el país lo hemos decidido dos días antes». Sin embargo, el motivo de esta demora no se debe a la búsqueda de un chollo de última hora, sino a la dificultad para cuadrar fechas con su grupo de amigos. «De nuestro grupo de cuatro, dos aplazaban la fecha cada semana por temas laborales. Al final, ha tocado escoger el destino que ofreciera los vuelos más económicos con tan poco margen de tiempo, en este caso ha sido Colonia, en Alemania». «Viajar 'last minute' es arriesgado muchas veces, pero cada vez lo veo con mayor frecuencia entre la gente de nuestra edad», concluye.
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Una de las principales motivaciones para reservar en el último minuto es la posibilidad de acceder a ofertas muy atractivas. Aerolíneas, hoteles y agencias de viaje suelen ofrecer descuentos significativos para llenar los asientos vacíos en aviones o las habitaciones desocupadas. Iván Méndez Torrubias, gestor de la Unión de Agencias de Viajes (UNAV) asegura que «los viajeros 'last minute' son esencialmente los jóvenes, que suelen buscar gangas más ajustadas a sus presupuestos, que por lo general suelen ser más bajos. En este sentido, siguen muy atentos a las ofertas que se publican en las webs para 'cazar' los mejores viajes». Las agencias, conocedoras de este fenómeno, aprovechan para completar las plazas vacantes atrayéndolos con ofertas irresistibles. «En general, los precios suelen tener un 20% de descuento, en promedio, con respecto a los precios generales. E incluso a veces se pueden encontrar auténticas gangas, cercanas al 50%, que suelen servir además de reclamo publicitario», concluye Méndez. Sin duda, estas ofertas pueden representar ahorros sustanciales, una tentación difícil de ignorar.
Viajes Turia, una agencia valenciana, confirma también el creciente interés de sus clientes en los chollos de última hora. Se trata de packs que suelen incluir trayecto, hotel y diversas actividades. Según ellos, que una misma empresa gestione ambas cosas ofrece mayor seguridad y comodidad, sobre todo ante un imprevisto que obligue a una modificación de la reserva o una cancelación.
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Sin embargo, no todo es tan sencillo. La disponibilidad limitada es el mayor enemigo de quienes esperan hasta el último momento para hacer sus reservas. Los destinos populares y las opciones más convenientes suelen agotarse rápidamente, dejando a los rezagados con pocas alternativas, muchas veces menos atractivas o más costosas. Contrariamente a la creencia popular, esperar hasta el último minuto no siempre garantiza el mejor precio. En temporadas de alta demanda, los precios pueden dispararse, dejando a los viajeros con la amarga sensación de haber perdido una oportunidad de oro al no haber reservado antes.
En 2024, el grupo de edad más aficionado a las reservas last minute en España es el de los nacidos entre 1982 y 1994, los llamados millennials. Así lo confirma Laura Pérez, Country Manager de We Road, una web especializada en organizar viajes para este grupo de población: «El 83% de los millennials viaja en verano: se trata de un grupo de edad muy viajero». De ellos, «solo un poco más de la mitad reserva con antelación, el resto se espera al último momento», remarca. Según Pérez, la generación millennial tiene mayores complicaciones a la hora de cuadrar sus vacaciones. Muchos de ellos tienen relación de pareja, un trabajo estable y se comienzan a enfrentar a los desafíos de la vida cotidiana. Por ello tienden a dejar el tema «vacaciones» para el último minuto, explica. «A pesar de esto, aquellos que no logran que sus amistades los acompañen en el viaje no suelen tirar la toalla, sino que se preguntan ¿qué me impide irme solo? Un 86% de los millennials que deciden viajar «last minute» lo hacen completamente solos», concluye Laura Pérez.
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A parte de no encontrar un grupo de amigos con los que viajar, muchas veces los millennials deciden ir sin gente conocida a modo de terapia: desconectar para reconectar. Laura Pérez asegura que: «si uno viaja lejos, a Sri Lanka o Indonesia, los desconocidos pueden convertirse en aliados y apoyos. De hecho, surgen fuertes amistades e incluso relaciones sentimentales a partir de estas experiencias». Esto mismo le ocurrió a Francisco Benavides, un millennial de 31 años que recientemente embarcó en solitario destino a Tailandia. «Necesitaba salir de la rutina y de la comodidad que siento en mi hogar. Desconectar y a la vez ponerme a prueba. Gracias a esta experiencia he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa que me llevo para siempre. La complicidad que he sentido en todo momento con el grupo ha hecho que me olvidara de los 10.000 km de distancia de casa».
En definitiva, jóvenes inquietos por viajar pero con limitaciones, tanto presupuestarias como de agenda, mantienen los viajes last minute. Hay demanda entre los millennials y las empresas turísticas intentan cubrirla con oferta ajustada, conciliando ese nicho de mercado con el más tradicional y también de mayor edad, que busca destinos y trayectos con anticipación.
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