«Los cuerpos de mis vecinos aparecieron junto a mi casa»

Aún le cuesta mucho hablar pero lo cuenta todo con mucha entereza. Aunque lo haya perdido todo, en lo material. Tiene a su lado a su mujer y a sus hijos.Y eso es lo más importante.

Vicente Campos es policía nacional y residía en una vivienda situada a unos siete kilómetros de distancia de Pedralba. Y decimos 'residía' porque su casa ha quedado totalmente arrasada por la ola que afectó a este municipio y que ha dejado un grave rastro de destrucción.

Él se quedó incomunicado en Chiva. Su mujer, Laura Hernández le llamó, cuando el agua ya le llegaba a la cintura y estaba a punto de cubrir a sus hijos, Valentín y Alejandro, de 9 y 11 años de edad.

Fueron minutos de gran tensión, la familia intentó liberar a los animales para que pudieran nadar y no se ahogaran. Sin embargo, las pérdidas han sido mortales en este sentido: «Hemos perdido más de 20 perros de competición», explicó Campos, muy amante de los animales.

Laura y sus dos hijos, sólo con dos paraguas de pequeño tamaño tuvieron el tiempo justo para refugiarse en una pequeña caseta de aperos. Allí permanecieron unas cinco horas hasta que pudieron rescatarlos. «Mi mujer los sacó en el último momento del barranco», explica Vicente aún con la voz temblorosa.

Pero el horror estaba lejos de finalizar. Pocas horas después, se realizó un hallazgo macabro muy cerca de los restos de su casa: un pastor que llevaba a sus ovejas por la zona vio una rueda y entre las cañas y la suciedad apareció el coche y los cuerpos de un matrimonio de nacionalidad inglesa que vivían a menos de medio kilómetro en línea recta a su casa. Dentro del vehículo encontraron gasolina y bombonas de butano: «Fueron a comprar por si se quedaban aislados y cuando estaban volviendo a su casa la ola se los llevó», afirma este vecino. Este matrimonio inglés llevaba menos de dos años residiendo en la localidad y mantenía amistad con otros ciudadanos del Reino Unido residentes en la zona que habían escogido Pedralba como lugar de descanso tras su jubilación.

El trauma aún continúa en la familia de Vicente. Tras quedarse sin nada, primero pasaron una noche en un pabellón, después en la casa de un concejal y, posteriormente, la familia de un amigo de sus hijos les ha dejado un hogar provisional, porque su domicilio quedó totalmente destrozado y partido por la mitad.

Para intentar aumentar un poco el ánimo de la familia, el pasado domingo Alejandro cumplía 12 años. Sus amigos le organizaron una pequeña fiesta de cumpleaños para celebrar que, pese a todo, la vida debe seguir.

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