La cultura se observa, se analiza y se estudia, pero también se escucha. Que el oído es un sentido perfectamente válido para disfrutar del patrimonio, que también es inmaterial, se ha podido comprobar este sábado en Valencia, Alicante y Castellón gracias al talento de ochocientos ... músicos de 34 bandas de la Comunitat, que han ofrecido un concierto simultáneo en las tres capitales. Separados por centenares de kilómetros pero compartiendo repertorio -ocho pasodobles- y pasión han provocado un efecto idéntico entre vecinos, curiosos y turistas que han podido disfrutar del espectáculo: sorpresa en algunos casos, por lo inesperado, pero sobre todo satisfacción.
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En Valencia se han dado cita cinco bandas con especial protagonismo de los músicos jóvenes: Unió Musical de Llíria, Ateneo Musical y de Enseñanza 'Banda Primitiva' de Llíria, Ateneo Musical de Cullera, Centro Instructivo Musical 'La Armónica' de Buñol y la Sociedad Musical 'La Artística', también de esta última localidad.
El escenario elegido ha sido la plaza de la Virgen, entorno perfecto para combinar el patrimonio material (la Basílica y la Catedral) y el intangible: la armonía que emana de nuestras bandas. Se le puede preguntar a José María Llorente y Marian Martín, residentes de Madrid que el viernes aterrizaron en la capital para una escapada rápida de fin de semana.
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«La mañana la habíamos dedicado a ver el centro y visitar la catedral. Cuando hemos salido se estaba organizando el concierto y nos hemos quedado. Ha sido una coincidencia muy agradable», explican aprovechando un pequeño parón entre piezas.
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La pareja se muestra sorprendida cuando se les explica que la Comunitat es la región con más músicos por metro cuadrado del planeta. Dar a conocer esta seña de identidad, este valor cultural, es el gran objetivo del concierto, enmarcado en la iniciativa Terra de Música, impulsada por la Generalitat y la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV). «Suena de maravilla, te alegra el día», concluye Marian, que parece que quiera agotar la memoria del móvil grabando vídeos. El acto también forma parte de las actividades previas a la celebración de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
Entre el público se ven turistas, vecinos y muchos familiares que difícilmente pueden ocultar el orgullo de ver cómo los suyos se mueven con soltura entre partituras incomprensibles para los profanos, que sin embargo sí reconocen la interpretación, la música que sale de los instrumentos de viento, muy mayoritarios, y de percusión. Cuando la actuación se cierra con 'Paquito el Chocolatero' -el pasodoble valenciano con mayor renombre internacional- muchos de los asistentes se olvidan de las fotos y los vídeos y empiezan a seguir el ritmo con el cuerpo.
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La preparación del concierto no tiene secretos. Es constancia y dedicación, lo habitual. «Nos envían el programa de las piezas a interpretar y cada sociedad musical ensaya por su cuenta. Luego nos juntamos aquí, un poco a la aventura, pero ha salido bien», resume Esteban Espinosa, director de la banda juvenil de la Unió Musical de Llíria.
Martina e Iraya son dos de sus discípulas. Llegaron a este mundo a través de su colegio -Unió Musical de Llíria- que tiene un programa integrado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las dos se muestran felices tras la interpretación. «Nos hemos sentido muy a gusto, tocar tantas bandas juntas es muy divertido», explican. En el centro educativo tocan el piano, y en la banda, la flauta y la percusión.
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Natalia Nicola y Pablo García son los padres de Pau, que ya es músico y pese a su corta edad tiene claro que será la profesión a la que se dedicará de mayor. «Es bonito ver a tu hijo tocar, y en este caso ha sido emocionante con tanta gente joven junta», dice ella. El progenitor, por su parte, se muestra orgulloso de que tenga las cosas tan claras.
La clave sobre de dónde le viene la vocación la da el propio Pau, que forma parte del Ateneo Musical de Cullera. «Mi abuelo me enseñó el fagot y decidí que era el que quería tocar, me gustó que fuera tan grande», dice venciendo a la timidez. «Cuando estás interpretando sientes emoción de estar todos juntos y de que suene bien», concluye, resumiendo a la perfección el resultado del concierto.
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En Alicante las bandas se han dado cita en el puerto, mientras que en Castellón el escenario elegido ha sido la plaza de las Aulas. Los músicos han compartido siete pasodobles, aunque el primero sí ha diferido, haciendo un guiño a cada ciudad, como explican desde la FSMCV.
En Valencia ha abierto 'El Fallero' de José Serrano, en Alicante 'Ximo' de José María Ferrero, y en Castellón 'Rotllo i Canya' de José García Gómez. Les han seguido 'Ragón Falez' (Emilio Cebrián), 'El Tío Ramón' (Salvador Salvà), 'Amparito' (Jaime Texidor), 'Xàbia' (Salvador Salvà), 'Fiesta en Benidorm' (Rafael Domenech), 'Pérez Barceló' (Bernabé Sanchís), 'Tomás Ferrús' (Godofredo Garrigues) y 'Paquito el Chocolater'o (Gustavo Pascual).
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