-¿Qué temen los centros de Educación Infantil privados?
-Han cubierto una necesidad social desde hace años, cuando las administraciones públicas no lo hacían. En su mayoría son empresas formadas por mujeres que han facilitado la conciliación, el acceso al mercado laboral, y ahora se encuentran con que no se les tiene en cuenta ante la ampliación de plazas públicas de dos-tres años. Se hace difícil sostener escuelas con niños de entre cero y dos. Sería justo que les incluyeran en estas gratuidades. Y que el programa se centrara en crear las plazas que sean necesarias donde no haya oferta.
-¿Cómo están siendo las relaciones con la Conselleria de Educación en este curso tan difícil?
-Con la pandemia no nos hemos visto discriminados: hemos tenido ayudas covid para gastos de funcionamiento extraordinarios, el profesorado ha sido vacunado a la vez, y disponemos de refuerzos de personal y de medios materiales, como los purificadores de aire que nos han llegado. No sería justo que nos quejáramos, pero que nadie dude de que lo haremos cuando sí corresponda.
-Por ejemplo, por el retraso en el pago de las ayudas por gastos extraordinarios de este curso.
-Aún no han llegado a la mayoría de los centros, y provoca que estos deban adelantar el dinero. Es una cuantía elevada en muchos casos. Nos consta que el 30% del importe llegará de manera inminente y el 70% restante junto a los gastos de funcionamiento ordinarios correspondientes al mes de abril. Engaña un poco, pues esta cuantía nos la pagarán en unos dos o tres meses.
-¿Cómo valora que la enseñanza concertada no haya sido incluida en los refuerzos del plan Proa+, destinado a alumnos especialmente vulnerables?
-Desde la conselleria se nos dijo que se debió a cuestiones de gestión. Los profesores de refuerzo no habrían llegado hasta mayo o junio. Estamos hablando de alumnado vulnerable, el que más recursos precisa. Si este año no ha podido ser deben llegar el siguiente porque tenemos estudiantes de este tipo. Nos quedamos con el compromiso de que se nos va a incluir en el próximo ejercicio.
-¿Cómo cree que debería organizarse el nuevo curso?
-Los centros abogan por seguir como ahora. Así se lo hemos hecho saber a la conselleria: manteniendo ayudas, profesorado adicional y la organización con ratios bajas. La pandemia no ha acabado y se ha hecho un esfuerzo importante, incluso con obras para separar espacios.
-¿Y la semipresencialidad en Secundaria? Las quejas de las familias han sido habituales.
-Somos conscientes. Tanto la administración como los centros tenemos que hacer un esfuerzo para evitarla en lo posible el curso que viene. Es una cuestión que se debería considerar, pero siempre que haya espacios disponibles suficientes y en cualquier caso primando la seguridad.
-¿Cómo valora la reciente renovación de conciertos?
-Han contactado con Feceval muchos centros que han perdido aulas de apoyo a la integración en Secundaria, y se están preparando alegaciones para justificar su necesidad. También nos ha sucedido con algunos ciclos de FP. El resto han sido sobre todo ajustes por cuestiones vegetativas.
-¿Teme el futuro de la red de iniciativa social, con la Lomloe desplegando efectos y la incidencia de la caída de la natalidad?
-Bajando las ratios se daría estabilidad al sistema que tenemos, como se ha hecho con medio centenar de municipios. En eso estamos de acuerdo todos. La administración defiende que mejora la calidad, y yo añado que también ayuda a mantener la red. En cuanto a la Lomloe, no me gusta la base, que no sea una ley de consenso y que no se haya dedicado el tiempo suficiente para alcanzar un pacto educativo.