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J. B.
VALENCIA.
Martes, 16 de octubre 2018, 00:58
El encargado de la laudatio del nombramiento fue el cardenal Antonio Cañizares, quien dijo que la sociedad le debe «gratitud» a Adolfo Suárez por su «enorme, estimulante y sacrificado servicio al país como presidente del Gobierno». Lo describió como «hombre de gran generosidad, de trato cordial inigualable y de una caridad humana y cristiana como pocos he conocido». De hecho insistió en su condición de humanista y cristiano. «Él decía que pensaba en cristiano y trataba de actuar como un cristiano en la vida pública. Y esto es la base de una universidad católica», destacó el Arzobispo, que también lo definió como «padre de la Constitución, la reconciliación y la unidad». «Con él fue posible la paz y la concordia, que vale más que toda la sabiduría política», sentenció.
Amigo del expresidente durante gran parte de su vida, dijo que en el pensamiento de Suárez fueron claves tres derechos recogidos en la Constitución: el de libertad religiosa, a la vida y a la enseñanza. Sobre este último, le dijo que pidió a su equipo que no cediera durante la elaboración de la Carta Magna, pues estaba en juego «si quien educa es el Estado o la familia, y si es el Estado no habremos salido de una dictadura». Para Cañizares «este es el mejor y gran pacto al que deberíamos atenernos».
Al acto acudieron personalidades como los expresidentes Joan Lerma y Francisco Camps. El primero, en declaraciones recogidas por Europa Press, defendió que la Constitución «ha garantizado 40 años de convivencia, paz y progreso», mientras que el segundo destacó que el acto también servía para reivindicar la Transición, «patrimonio de todos los españoles».
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