Las defensas de los detenidos por el crimen de Patraix recurren los autos de prisión

Las dos abogadas de la pareja detenida por el crimen de Patraix presentaron un recurso contra el auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza de la viuda y su amante. Según las letradas, no existe riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas, ambas personas encarceladas tienen arraigo y la prisión provisional no debe suponer una anticipación de la pena.

La abogada que ejerce la defensa de María Jesús M., de 27 años, también esgrime como argumento de su recurso la confesión ante el juez del autor material del crimen. Salvador R., de 47 años, exculpó a la viuda en su declaración en el juzgado y afirmó que él había planificado y cometido el asesinato. María Jesús se encuentra ingresada en la enfermería de la cárcel tras ser incluida en el programa de prevención de suicidios.

Una persona allegada a la viuda ha manifestado a LAS PROVINCIAS que no se está respetando la presunción de inocencia de Maje, como llaman a la joven detenida sus familiares y amigos. El juez que instruye el caso tiene previsto tomar declaración a más personas en los próximos días para esclarecer los hechos criminales.

Salvador confesó que asesinó al ingeniero Antonio Navarro con un cuchillo cebollero que había comprado en una ferretería de la calle Lérida de Valencia, pero dio vagas explicaciones cuando le preguntaron el motivo. También aseguró que no tenía ninguna inquina contra la víctima y que pensó que matar al marido de su amante sería bueno para Maje, porque su familia no llevaría bien el divorcio.

Cuando fue detenido el 10 de enero en el Hospital de Manises, Salvador llevaba en su mochila varias cartas de amor que los amantes se enviaron durante su relación. Algunas de ellas fueron escritas poco meses antes de que la joven se casara con Antonio en Novelda. En una de las misivas, Maje pide disculpas a Salvador porque su matrimonio supone «un proceso traumático para los dos», pero dice que la boda era algo que ella tenía que vivir «como experiencia». Aunque la mochila se quedó en el servicio de urgencias del hospital, la mujer del asesino entregó las cartas a la policía al día siguiente.