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La eliminación del concepto de demanda social, introducido en la Lomce aprobada por el PP en 2013, se ha convertido en el principal caballo de batalla de la enseñanza concertada. Los populares quisieron blindar la red, de manera que las administraciones tuvieran en cuenta este criterio a la hora de planificar las plazas escolares que se pudieran necesitar. Que el sector critique insistentemente esta supresión en la Lomloe no es casual, sabedor de su ascendencia entre buena parte de las familias.
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Los datos de la última admisión de alumnos en la ciudad de Valencia, a los que ha accedido LAS PROVINCIAS, consolidan la idea. De las 1.057 plazas de 1º de Infantil (tres años) que quedaron sin ocupar tras el proceso ordinario, 794 (75,12%) pertenecían a centros públicos y 263 (24,88%) a concertados. Cabe tener en cuenta que en la capital las redes están equilibradas en número de centros -91 y 75 respectivamente-. Y en plazas escolares la cifra se iguala más al ofrecer los segundos más unidades.
Los datos se extraen de las estadísticas que manejan las comisiones de escolarización, que se trasladan a los centros de los diferentes distritos escolares para guiar a familias que piden información, fundamentalmente para matriculaciones tardías. Son datos orientativos y provisionales, pues seguro que habrá plazas que en las tablas aparecen como vacantes pero han sido ocupadas posteriormente. En cualquier caso, sirven para valorar cómo funciona la demanda.
La escolarización en 1º de Infantil es clave en términos de preferencia familiar, al ser el nivel de entrada al colegio donde se educarán los hijos durante los próximos años. Y lo lógico es pensar que los que están más llenos son los más demandados, pues el acceso viene determinado por los centros que se colocan en los primeros puestos de la solicitud de admisión. Si no se entra en el prioritario se valoran las segundas y sucesivas peticiones. A nivel de Comunitat, según informó en su momento Educación, el 92,5% de las familias accedieron al que situaron en primer lugar.
Con la desaparición del distrito único, Valencia volvió a la división por zonas escolares, recuperándose las 21 áreas de influencia a efectos de escolarización, que aglutinan diferentes escuelas sostenidas con fondos públicos. En 15 de estas quedaron más vacantes en sus centros públicos que en los concertados. Y estos sumaron más puestos libres en cuatro (distritos I, II, III y V). Los dos restantes (XIII y XVII) no tienen oferta de tres años concertada, por lo que no se puede hacer esta comparación.
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Si se fija la mirada en los colegios sin vacantes, aquellos que ocuparon todas las plazas de 1º de Infantil que ofrecieron durante la admisión, 17 eran de titularidad pública (18,68% del total de la red -91-) y 39 concertados (52% del global -75-).
En los últimos tres cursos, desde que este periódico tiene acceso a las estadísticas orientativas del proceso, se ha mantenido la dinámica: la concertada presenta una mayor ocupación. La principal diferencia en esta ocasión es el crecimiento del número de vacantes totales, efecto directo de la caída de la natalidad. En la admisión para el curso 2019-2020 hubo 643 (13,53% eran de la concertada y 86,47% de la pública) y en el procedimiento anterior 740 (11,49%- 88,51%).
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La eliminación del concepto de demanda social no es una medida nueva. Ya en julio de 2018 la ministra Celaá anunció modificaciones legislativas para retirarlo, con el argumento de que relegaba a la escuela pública a la subsidiariedad. De ahí que desaparezca en la futura Lomloe.
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