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A las 7 horas y 37 minutos, se ha puesto en marcha el primer autocar organizado por la Generalitat Valenciana para desplazar a los voluntarios de manera organizada. El punto de partida, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, está situado en los alrededores del Museo Príncipe Felipe. Junto al lago. El bus que ha abierto senda se dirige a Chiva, uno de los municipios más golpeados por la DANA, y traslada a 65 ciudadanos cargados con todo tipo de herramientas para ayudar en las labores de limpieza tras las trágicas inundaciones.
La Universitat de Valencia ha hecho también un llamamiento y decenas de estudiantes universitarios se han presentado para ayudar en todo lo que sea necesario. La previsión inicial es que se completen alrededor de 50 autobuses hacia las zonas afectadas en varias comarcas de Valencia.
Paco y Vicente se encuentra en la primera fila de ese autobús que ha dado el pistoletazo de salida. El vehículo tiene previsto regresar a las dos de la tarde. Estos dos ciudadanos han venido de forma independiente. Se han conocido sobre las seis de la mañana, cuando se han presentado en el museo para acudir al llamamiento realizado ayer por la tarde por el Consell, que ha tomado medidas para evitar que los voluntarios se trasladen sin orden a los municipios damnificados.
Paco, quien ha llegado desde Sagunto, estuvo ayer colaborando en Paiporta dentro de un grupo de 70 personas que se formó de manera espontánea junto al polígono Vara de Quart de Valencia. «Estuvimos ayudando para despejar accesos de viviendas de las personas más necesitadas y darles agua. Estuvimos en la casa de una mujer embarazada con su marido», cuenta.
Los alrededores del Museo Príncipe Felipe, donde la Generalitat había citado a partir de las 7 a la ciudadanía, ha sido invadida por miles de personas movidas por la solidaridad. La organización reparte palas, azadas, guantes, mascarillas y camisetas identificativas para poder facilitar los trabajos.
«Es emocionante ver cómo se vuelca la gente. El pueblo ayuda al pueblo», apunta Paco, de 53 años. «Esto no es para jugar», añade Vicente. Mientras tanto, abriéndose hueco en la marea de gente que se ha presentado en la Ciudad de las Artes, un miembro de la organización va explicando con un megáfono cuál va a ser el proceso. En el acceso establecido para coordinar, el equipo va llamando a grupos de 50 en 50 para formar cada una de las tropas que ocupará los autocares. La llegada de los buses para recoger a estos batallones es un goteo constante.
Tanto en el centro comercial Bonaire como en el de Alfafar se han establecido puntos de encuentro de Protección Civil, que desde allí guía a los autocares a un municipio u otro en funciones de las prioridades del momento. El criterio lo establece Emergencias.
Miguel Salvador es el presidente de la Plataforma del Voluntariado de la Comunidad Valenciana. Está al frente de un dispositivo con más de 70 integrantes. «Desde Conselleria se nos ha dejado la Ciudad de las Artes y se ha cerrado para el público. Va a ser una base física con material», explica antes de profundizar en el ritmo con el que van partiendo los vehículos: «Ya han salido 50 autobuses, que volverán a las dos desde las diferentes zonas. En ese intervalo, van a venir otros 50. Es decir, más de 5.000 personas van a hacer una acción puntual ya».
Desde las 7:37 de la mañana hasta las 12:19 estuvieron saliendo buses. 100 en total. Y algunos de ellos, los que realizaban los trayectos más rápidos, trataron de realizar dos viajes. De esta forma, el números de voluntarios distribuidos a lo largo de las casi cinco horas ha superado los 7.000.
Pasadas las 9:30 horas, ha aparecido un amplio convoy de buses de EMT Valencia para atender la demanda. Las expectativas se habían visto completamente superadas y, de esta forma, se ha activado el plan de refuerzo con 35 unidades que estaban prestando servicio de línea en la capital del Turia. Cada vehículo tiene capacidad para 70 personas.
«Esto viene coordinado por la Generalitat, que desde ayer nos pide ayuda para el traslado de todo este voluntariado. Se piensa en una forma ágil de mover a todo este personal a las zonas afectadas y se nos encomienda esta tarea. Dependía del volumen de gente. Nosotros siempre hemos estado a disposición del Ayuntamiento y Generalitat. Nuestra ímpetu era poder colaborar. Se intentó buscar soluciones alternativas para no impactar en el servicio que se está dando a la ciudadanía de Valencia. Pero viendo que el número de voluntarios era tan alto, al final se nos ha pedido ayuda», explica Juan Rafael Talaver, director de servicio de EMT Valencia.
Para ello, se ha recortado el servicio de cerca de 40 líneas: «Lo hemos reducido en algunas de las que más se han visto afectadas por las inundaciones porque no se puede llegar a completar las rutas, sobre todo La Torre, el Saler y las comunicaciones con el sur de Valencia». Algunos conductores de la EMT se han puesto al volante de los autobuses de forma voluntaria, ya que no estaban en su turno de trabajo: «Aparte de los que estaban de servicio, ha habido un llamamiento».
Cada voluntario que emprende el camino hacia las zonas asoladas es provisto de palas, cepillos, fregonas, cubos, botas, mascarillas, guantes, un picnic de comida para ellos con bocadillos y agua, camisetas identificativas blancas... «Pero hay mucha gente que lleva material propio», puntualiza.
¿Llegará el material para todos las personas? «De momento sí, estamos escaseando ya. Si no llega, que vayan compartiendo», comenta Salvador, quien celebra la decisión de la Generalitat de gestionar directamente los trabajos de los voluntarios que, durante los últimos días, se han presentado cargados de solidaridad en los diferentes municipios damnificados por las inundaciones.
«Es para que esté estructurado, coordinado, dirigido y vigilado, para hacerlo de una manera eficiente. Si no, sería un caos. En cada autobús, hay un coordinador de equipo para controlar a los 50», señala. Está conmovido. «Emociona no, lo siguiente. La respuesta es impresionante. Esto me afecta mucho. Ha sido una tragedia. Si hiciera falta vendrían autobuses del País Vasco, de Andalucía... Pero no sería viable. Colapsaríamos carreteras».
Sobre las 11, en una de las sala del museo, se ha producido una reunión entre la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, y la Plataforma del Voluntariado de la Comunidad Valenciana para culminar el plan de este sábado y tejer el de mañana. Fuera, en los alrededores, miles de personas eran avisadas de que se iban a quedar fuera. La capacidad logística estaba llegando a su final por hoy.
De esta forma, la organización preparó tarjetas para aquellos que no pudieron subirse al autobús con la intención de que este domingo tengan un acceso preferente a los buses, ya que se establecerán dos colas diferenciadas. La Generalitat está llevando a cabo gestiones para aumentar el número de vehículos y, aunque todavía no se maneja una cifra concreta, el incremento será ostensible.
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