El desborde de acequias en la Albufera impide plantar en decenas de hectáreas

Numerosos campos de arroz se han quedado este año en barbecho ante los desbordamientos de algunas acequias. No se ha podido extraer el agua ni los agricultores han podido plantar el arroz. La falta de limpieza de las acequias y el alto nivel de la laguna tras una primavera lluviosa han provocado la inundación de decenas de hectáreas en las zonas más bajas del parque.

Es lo que le ha sucedido a Josep Felip, agricultor y delegado de AVA en Sollana, que no ha podido plantar en tres campos con una extensión de 40 hanegadas. «Las acequias no pueden sacar el agua porque el nivel de la laguna se encuentra muy elevado», explicó. Eran parcelas donde el año pasado sí que se pudo cultivar arroz.

El presidente de la Comunidad de Regantes de Sollana, José Luis Orobal, explicó que la situación es especialmente delicada en las zonas intermedias del parque natural. «En la parte alta, las tierras de cultivo se han secado y los tancats tienen bombas para extraer el agua. El mayor problema se presenta en los campos que se sitúan entre estos dos extremos», recalcó Orobal.

En este sentido, Orobal también denunció las dificultades que tienen para poder limpiar las acequias e impedir los desbordamientos, especialmente en años tan lluviosos como el actual. «La conselleria recorta cada vez más el tiempo disponible para hacer estos trabajos de adecuación en las acequias y, ademas, no permite las actuaciones más agresivas», recalcó.

El problema se agrava porque los agricultores no pueden utilizar determinados materiales para restaurar las acequias. Así Orobal indicó que de esta forma no se pueden asegurar las motas y evitar que se derrumben con lo que el remedio puede ser peor que la enfermedad, ya que el barro se deposita en el acanalamiento obturando el espacio para que discurra el agua.

Ya el año pasado la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) denunció el mal estado en el que se encuentran la mayor parte de las acequias. La situación se ha agravado en los últimos meses, especialmente por las últimas lluvias. Desde la entidad de representación agraria advirtieron de los daños medioambientales que está provocando en el parque además de las dificultades inherentes a los cultivos.

Una de las consecuencias de no limpiar las acequias, tal y como recordaron los agricultores, es que el agua se estanca y no puede circular. Con ello, se reduce la cantidad de oxígeno con graves daños tanto en la flora como en la fauna.

Además, las bombas para extraer agua en los tancats no pueden funcionar con eficacia. Al no circular el agua sólo sacan la que se encuentra a su alrededor y acaban trabajando en seco.

Las quejas de los agricultores han puesto el foco en la Conselleria de Emergencia Climática por las dificultades que está poniendo para proceder a la retirada de sedimentos y de la vegetación que se acumula en las acequias.

La situación se agrava por el hecho de que la administración autonómica exige que el nivel de agua de la laguna se mantenga muy elevado para garantizar las condiciones medioambientales con lo que el drenaje de las acequias se hace cada vez más complicado. Ademas, la cantidad de sedimentos acumulados en el lago todavía complica más los trabajos, ya que reduce la capacidad para absorber el agua que llega por las acequias.

Con las lluvias de este año la acumulación en la laguna se ha incrementado y ha obligado a los agricultores a intensificar los trabajos. «Se debería arbitrar una solución. No podemos estar todos los años limpiando los mismos sitios. No es económico», resaltó Orobal.

En la misma línea, el presidente de los regantes de Sollana lamentó que están arrastrando esta situación desde años y cada vez las condiciones para los agricultores son más duras. «Cada vez es peor», recalcó.

Para Orobal la solución definitiva se encuentra en el dragado de la laguna con lo que capacidad de evacuación de las acequias se multiplicará y se zanjará elproblema de forma definitiva.