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Sin descanso en busca de Elisabeth
La Guardia Civil se despliega por el tramo del barranco del Poyo en que creen que podría encontrarse el cuerpo de una de las tres personas que siguen desaparecidas
Manuel García
Riba-roja de Túria
Jueves, 10 de abril 2025, 12:19
Casi medio año después de la tragedia que nunca se olvidará, el barranco del Poyo aún presenta un aspecto que impone mucho respeto. Caminar por ... su cauce, ahora seco pero que conserva las heridas de lo ocurrido el 29 de octubre, causa impresión. Las máquinas siguen trabajando a los dos lados de este gran espacio para retirar y ordenar la tierra. Hay mucho por hacer.
Pero la tarea más importante, más allá de recuperar la normalidad en la zona, se refiere a la búsqueda de las tres personas que aún siguen desaparecidas. En la mañana de este jueves, de nuevo y sin descanso, pese a que la lógica indica que todo está perdido ya, alrededor de una veintena de efectivos de la Guardia Civil, del Grupo de Reserva y Seguridad, se despliegan y rastrean de nuevo la zona en busca de cualquier indicio que dé alguna pista sobre el paradero de Elisabeth Gil, una de las tres personas que aún hoy sigue desaparecida. Los estudios efectuados indican que en este punto podría hallarse su cuerpo, pero el tiempo transcurrido y la solidificación de la tierra no juega a favor de quienes la buscan.
El teniente Rubén Rodríguez no parpadea a la hora de asegurar que han buscado y seguirán buscando de manera minuciosa y exhaustiva a las tres personas de las que no se tiene noticia. En este tramo del barranco los esfuerzos se centran en Elisabeth.
Los agentes se despliegan por la zona y, como un equipo bien trabajado, recorren palmo a palmo la zona, rastrean con minuciosidad y con esperanza. Primero a pie, cuando se puede, y luego con la ayuda de maquinaria para retirar la tierra y objetos acumulados. Posteriormente, se vuelve a pasar a pie, con bastones con los que tantear la tierra en busca de algún indicio.
El momento de rendirse aún tardará en llegar. Y es que no existe un número predeterminado de visitas a cada espacio susceptible de tener en su interior a algún afectado por la riada: «No se ha dejado de buscar en ningún momento», han señalado desde la Guardia Civil, quienes desean que este mensaje llegue nítido a las familias.
La principal dificultad en esta zona estriba en la gran cantidad de material que arrastró el agua: cañas, ramas o vehículos. Conforme la zona está cada vez más limpia se van utilizado los diferentes medios.
«Por la trayectoria del río, por el agua, por donde apareció el coche, consideramos que el cuerpo tiene que estar por aquí», señala. Y es que el tiempo pasa y la familia de esta mujer de 37 años sigue con la herida abierta de saber que ha fallecido pero continúan sin poder comenzar el duelo al no haberse hallado su cuerpo.
En febrero se dio un paso que se creía definitivo al encontrarse el coche que conducía. La Guardia Civil y la UME encontraron el pasado 13 de febrero en el barranco del Poyo el vehículo de una de las tres personas que continúan desaparecidas tras la dana. El coche apareció destrozado pero estaba vacío, por lo que el cuerpo sigue sin aparecer. Los agentes pudieron identificar que se trataba del vehículo de la mujer, que en el momento de la riada tenía 37 años, porque hallaron la documentación con su nombre en el interior del automóvil.
Se trata de un Ford Focus, en el que viajaban Eli y su madre, Elvira Martínez, que sí apareció sin vida. El operativo llevaba buscando el vehículo y a la desaparecida en un amplio terreno entre Cheste y Chiva. El vehículo estaba irreconocible pero sí lograron identificar algunas piezas del chasis, mientras que la documentación, casi milagrosamente, sí se encontraba en buen estado en el interior.
Sin embargo, desde aquel día han pasado dos meses y no hay rastro de ella, pese a que en ningún momento se ha parado el proceso de búsqueda de las víctimas, tarea en la que participan diferentes organismos con un mismo fin: dar un poco de paz a unas familias destrozadas.
En un momento de la mañana, todo comienza de manera acompasada. No queda ni un centímetro cuadrado por vigilar y la concentración es máxima. El barranco del Poyo aún presenta muchas dificultades para poder conseguir que un cuerpo aparezca. Una de las hipótesis es que pueda estar debajo de una gran cantidad de tierra, ahora sólida.
De este modo, los componentes de este operativo van a seguir adelante hasta que se dé la zona «como 100% limpia» y entonces puedan pasar a otro lugar en busca de desaparecidos.
Elisabeth forma parte de esa pequeña lista de personas que aún siguen desaparecidas y que completan José Javier y Francisco. A todos ellos se les busca sin descanso pero se es consciente también de que la tarea, aunque se afronta con todo el entusiasmo del mundo, no es nada sencilla.
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